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Por Esteban Pintos La
particular guerra dialéctica que iniciaron el año pasado Charly García y Andrés
Calamaro por motivos nunca bien aclarados –por lo menos públicamente–, que
continuó con amenazas de éste en una entrevista publicada en la revista Rolling Stone y
que también incluyó un confuso episodio dentro de la disquería Tower de Santa Fe y
Riobamba (el ex Abuelo de la Nada la emprendió a batazos contra una batea que contenía
CD’s de García), sumó un nuevo episodio al comienzo de esta semana y por un medio
tan inesperado como masivo. Concretamente, en la medianoche del lunes, García apareció
en la pantalla de América durante el programa “TV abierta” para referirse en
términos no muy amistosos ni condescendientes a su colega y ex amigo. Según le contó el
productor del programa Caíto Lorenzo a Página/12, García llamó a un camarógrafo y a
un productor de exteriores de “TV abierta” cuando éstos pasaban por la esquina
de su casa, y los citó para que registraran sus palabras. “Les dijo ‘quiero
decir algo en ese programa’, que tocaran el timbre de su casa en diez minutos y así
lo hicieron. Subieron, grabó eso y otras cosas que quería decir sobre otras
cuestiones”, dijo Lorenzo, quien ahora ofrece la cámara a Calamaro. El monólogo de García fue el siguiente: “Parece que un calamar, un calamar que viene del océano Atlántico, por ahí... ha irrumpido en su nueva forma de extra-de-varios, un animal pulposo y de la familia... qué sputza. Que, no contento con escupir para arriba todo lo que ha podido, ha vendido unos discos, no sé cómo se puede llamar la porquería que hace. Bueno, pero la noticia es la siguiente: que este ser armado de bates de béisbol, porque evidentemente es un apátrida, un hombre que reniega de su religión, sus costumbres y de él mismo todo el tiempo, y de los amigos de él, qué voy a decir... Y de la familia no voy a hablar. Se entretiene destruyendo las bateas de rock nacional a batazo limpio. Yo le recomendaría, porque él mira todos los canales... (mirando a cámara) Gil, pará... O sea, calamar asqueroso, ya molestaste demasiado, te van a matar. Yo no, porque cómo voy a gastar energía en vos. He leído una revista que decís que me vas a pegar nueve piñas, te he visto en la puerta de mi casa con dos seguridades tuyos, el bate de béisbol y se lo han tenido que meter en el culo. Niño: en España no te quieren y acá tampoco. Así que, por favor, ve a la iglesia y tené cuidado de tus amigos –los que se dicen tus amigos– que te quieren internar... Y pensá un poco, volvé a hacer las canciones lindas que hacías y say no more”, para rematar con un gesto de fuck you. Informado por Página/12 en la tarde de ayer –no había visto el programa, ni nadie le había contado–, Calamaro contestó de manera no menos furibunda. “La única noticia de Charly García que quiero recibir es... que se muera. No, no quiero que se muera, quiero cagarlo a trompadas. El puede decir de mí lo que se le cante el culo. Ya no escribe una puta canción buena. Vende menos que yo, coge menos que yo, canta menos que yo, escribe menos que yo y piensa menos que yo. Es una mierda... Ahora lo voy a llamar a la casa para terminar de una vez con esto, seguro que alguien va a atender el teléfono. El va a estar escondido abajo de la cama”.
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