Por Pedro Lipcovich desde San Carlos de Bariloche
Bariloche está en
llamas: la frase, por ahora, es una metáfora bien adecuada a su clima social. Pero, como
van las cosas, podría ser real. Ayer, el fuego que devasta el área de Dina Huapi, a 12
kilómetros de San Carlos, había adquirido un comportamiento extremo y
avanzaba fuera de control, aunque no todavía en dirección a la ciudad. Hay evacuados en
la población de Pilcaniyeu. El pequeño poblado de Pichi Leufú también fue evacuado a
medianoche. Lo que también arde es el resentimiento de los habitantes de la ciudad, que
cuestionan la ineficacia y el descontrol en la lucha contra el fuego y ayer se
autoconvocaron frente al hotel cinco estrellas donde la máxima responsable del Plan
Nacional de Lucha contra el Fuego, María Julia Alsogaray, se preparaba para dar una
conferencia de prensa. En medio de una confusión indescriptible, la polifuncionaria
postergó varias veces el comienzo de la cita y finalmente mantuvo un breve diálogo con
la prensa en el que definió las protestas como actitudes típicas del activismo de
izquierda.
Que la vengan a ver, que la vengan a ver: esto no es un ministro, es una puta de
cabaret, coreaban centenares de manifestantes de toda edad y condición ante el
lujoso hotel Panamericano. Ilustraban su protesta con una pancarta donde una elegante
chanchita portaba una regadera de jardín.
La autoconvocatoria surgió a través de una radio: un vecino llamó para protestar, dio
al aire su teléfono, lo llamaron varios y organizaron la movilización. María Julia la
definió así: Es escasa, es desorganizada y es desentonada. Estas características
de activismo son típicas de la izquierda. Agreden al Presidente, me agreden a mí,
agreden al intendente y no es positivo, argumentó entre los gritos de los vecinos
furiosos. Sobre los incendios alcanzó a decir que están contenidos pero no
controlados, ya que pueden producirse más focos, y admitió que el presupuesto no
alcanza.
Página/12 dialogó con los autoconvocados: Desde agosto del año pasado, los datos
satelitales pronosticaban esta sequía, y no se hizo nada, protestaron. Usan
aviones y helicópteros con 1000 litros de capacidad, que no alcanzan para nada y nos
cuestan 800 dólares la hora. En Canadá, en España hay aviones con mucha más capacidad
que se podrían haber alquilado, porque ahora están en invierno y no necesitan
todos.
Pero, más allá de los cuestionamientos técnicos, lo que trasmite esta gente es la
indignación de quien se siente ultrajado. Por María Julia, sin duda, pero también por
el gobernador de Río Negro, Pablo Verani: ¿Cómo se atreve a decir que está
angustiado? El no está para angustiarse sino para no fracasar como fracasó
en esto, y por el intendente de San Carlos de Bariloche, César Miguel: En
cada incendio él aparece con un casco y una pala para la foto, para ganar votos.
No están inclinados a dar sus nombres: Muchos tenemos créditos hipotecarios del
Banco de la Provincia con cuotas impagas, y recordamos que, cuando la población apoyó a
los maestros en el conflicto con el (ex) gobernador Massaccesi, a los que se mostraron les
exigieron cancelar su deuda y a algunos les remataron la casa.
Como en los tiempos más desamparados de la humanidad, la población está a merced del
clima: Todos los días, nuestra charla es: ¿para dónde va el viento? ¿Adónde va
a ir hoy?. Las noches son en vela, atisbando los resplandores en el horizonte.
Precisamente porque ayer sopló viento el incendio próximo a la estancia San Ramón, que
estaba contenido, se descontroló. El casco de la estancia hasta las primeras
horas de la tarde se daba por protegido con contrafuegos, pero a las 5 de la tarde las
llamas, de 40 metros de altura, pegaron una voltereta e incendiaron todas las
edificaciones. Los ocupantes fueron evacuados. El incendio, que el miércoles se había
estacionado enDina Huapi, a 12 kilómetros de San Carlos de Bariloche, volvió a avanzar
pero esta vez en dirección contraria a la ciudad, y amenaza la localidad de Pilcaniyeu,
algunas de cuyas casas estaban siendo evacuadas anoche.
A lo largo de la céntrica calle Mitre, sobre la cual el cielo sigue tan límpido como
siempre y el Nahuel Huapi tan azul, la gente no ha perdido su cordialidad: Digan que
la ciudad no está incendiada, que los turistas pueden venir, piden a los
periodistas y tienen razón. El circuito turístico está intacto pero para ellos su
ciudad también abarca los bosques centenarios que la rodean: Hoy cuando venía para
mi trabajo vi que el cerro Carbón otra vez se incendió, porque lo dejaron sin
protección cuenta Claudia, cajera del bar Val Gardenia. Bariloche vive de la
naturaleza y queremos conservarla para mañana, para nuestros hijos.
Nadie dice qué
hacer
Por P.L.
Ayer a las 6 y media de la tarde, a 5
kilómetros del centro de San Carlos de Bariloche, sólo Página/12 y un puñado de
vecinos contemplaban cómo se quemaba el cerro Carbón. No se veían llamas. Unicamente
una columna espesa de humo gris que el viento empujaba hacia el cercano barrio de San
Francisco III. El jueves, el incendio había sido estimado bajo control y las autoridades,
sin dejar guardias de cenizas, habían desplazado todos los efectivos para
combatir el arrasador incendio de Estancia San Ramón.
Se confía en que, como toda la parte baja ya está quemada, el fuego no puede atacar
zonas pobladas. Sin embargo, voluntarios del Club Andino explicaron a este diario que
se están quemando los únicos renovales de árboles autóctonos, el único
semillero de la zona, pero a nadie parece importarle.
El Club Andino organiza brigadas de voluntarios y se muestra como la única institución
respetada por la mayoría de los barilochenses, que entregan allá su colaboración de
agua y alimentos. Pero los voluntarios se quejan ahora de que las autoridades no
aprovechan la gente que ponemos a su disposición, no indican a los brigadistas qué
hacer.
En el atardecer de ayer, un voluntario de una brigada que volvía del fuego más fuerte,
el de Estancia San Carlos, contaba que cerca de la estancia había un equipo de la
Policía Federal con un Unimog: les informamos que junto al casco había un estanque donde
podían instalar su motobomba, pero contestaron que no podían hacer nada hasta recibir
órdenes superiores y se quedaron donde estaban. Poco después, todo el personal que
combatía el fuego fue evacuado de la estancia. |
POCAS RESERVAS TURISTICAS Y MUCHOS LLAMADOS
El incendio afecta la demanda
Los
operadores de turismo en estos últimos días repitieron cientos de veces idéntico
cliché: Quédese tranquilo, el fuego está muy lejos del Centro Cívico, todo esto
está agrandado por los medios y para rematar: usted ya sabe. La
fórmula se reiteró hasta el hartazgo. Los teléfonos atragantaron líneas de agencias
porteñas y de la Dirección de Turismo de Bariloche. Si bien por el momento las
respuestas lograron detener una desestabilizadora caída de reservas, el incendio
restringió demandas de febrero.
Daniela Parolli atiende un teléfono en Paréntesis. Repite que tiene todo completo hasta
el 31 y, por suerte dice no hubo ninguna cancelación. Sin embargo
advierte un síntoma: nadie reservó para febrero. Me llamaron los hoteleros con los
que trabajamos para decirme que tienen todo vacío para el mes que viene, se
espanta. Su agencia trabaja con Hotel Bariloche y Altamira del Lago; en cada uno existen
unas 70 plazas disponibles sin previsiones de completarse. En Interplanet las consultas
fueron reiteradas. Tampoco allí se suspendieron viajes aunque coinciden en que la demanda
de este año para el mes próximo fue mucho más baja que la del 98.
El subdirector del ente municipal de Turismo de Bariloche, Daniel Torres, coincidió, en
términos generales, con esos datos. Hay mucha menos reserva en febrero, pero esto
se sabía desde antes de fin de año. De todos modos, esperábamos un febrero normal pero
las perspectivas son que la demanda se verá influenciada por el tema del incendio,
arguyó antes de admitir que fueron infinitas las llamadas que hemos tenido de gente
que está asustada. Para Torres no se podrá saber la incidencia del incendio hasta
pasado el 4 del mes próximo: Tradicionalmente agrega el funcionario los
últimos días del mes y los primeros son inestables para el turismo de esta región. La
gente empieza a llegar entrado el mes.
El esfuerzo en los próximos días será revertir las perspectivas agoreras. Por este
motivo, el director del organismo, Angel Robira Bosch, viajó a Buenos Aires para
entrevistarse personalmente con directivos de algunos medios. Desde las agencias
intentamos desalentar ese pánico que tiene la gente, dice Alberto, de
Almafuerte Travel. Desde un teléfono debe desactivar a esas personas que llaman
para preguntar si Bariloche está rodeada por fuego o piensa en una catástrofe.
Laura atiende consultas en Ecotur. No da tregua al cliente que impaciente pide
explicaciones sobre reaseguros en caso de que esté en Bariloche y deba retornar corrido
por el fuego: Mire insiste no tenemos seguro, pero si pasara algo cuando
vuelva le devolvemos los servicios que no utilizó.
| Rogativa para que llueva A causa de la sequía en el sur, las comunidades mapuches de Río Negro y
Chubut realizaron ayer con la salida del sol el nguillatum, el ritual para que
el espíritu del universo envíe lluvia. La rogativa es para pedir
lluvia, explicó Domingo Collueque, de 62 años, uno de los jefes espirituales de la
comunidad que dirigirá el ritual en lengua mapuche junto a otros caciques. El medio de
subsistencia de estas comunidades indígenas es la tierra, y los incendios producidos en
las últimas semanas amenazan su propia existencia. Los mapuches, reunidos en El Bolsón,
invitaron también a la población no indígena a formar parte de las ceremonias del
nguillatum que se repetirán hoy y mañana al amanecer.
Esta actitud no es habitual en la comunidad indígena que generalmente prefiere realizar
sus ritos tradicionales en soledad. El cacique Collueque, de Bariloche, dijo que la alta
cantidad de incendios y la caída de rayos constituyen una clara advertencia de que
hay que tratar bien al planeta porque si no va a desaparecer. |
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