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Por Horacio Cecchi El lunes pasado, poco antes de las 6 de la mañana, un llamado puso en alerta a la seccional 9, de Almagro. Los policías que acudieron al departamento B de la planta baja, de Humahuaca 4166, se encontraron con los cuerpos de un hombre y una mujer, orientales de apariencia, con tres orificios de bala cada uno. Luego se supo que ella provenía de Shanghai, China, porque se descubrió su pasaporte, y que residía en el lugar desde hace dos años, según los vecinos. De él no se obtuvo ningún dato, y si lo hubo fue mantenido en secreto. No era un matrimonio aseguró, muy escueto, un allegado a la investigación, todavía no sabemos qué relación tenían entre ellos. El caso hubiera seguido bajo un hermético silencio, de no haber sido porque en Villa Urquiza, Alvarez Thomas 3123 para más precisión, la casualidad oriental hizo que ayer, a las 2.40, aparecieran otros dos cuerpos de chinos, éstos de Taiwan, también acribillados en silencio, aunque más conocidos en el barrio. Se trataba del acupunturista Steve Cheng, de 35 años, taiwanés para los vecinos, nacido en Estados Unidos según fuentes de la seccional 39, y de su esposa Su Hua Zhang, de 24. Cheng apareció muerto en una de las habitaciones, con un balazo en el cuello y cuatro en el tórax. Su esposa fue hallada en el vestíbulo, con tres disparos en el abdomen. Cheng era muy respetado por sus artes, era amante de la pesca, y ambos eran reconocidos en el barrio. Es lo poco que se sabe de ellos, además de que desde hacía varios días se mostraban como asustados por algún motivo desconocido. Es lo que ahora dicen los vecinos, después de que Cheng y Zhang aparecieron muertos. Del otro caso, el de Almagro, el de la pareja que podría no ser tal, de chinos que por ahora sólo ella lo era, un detalle está siendo investigado con bastante firmeza: además del pasaporte de la mujer, descubrieron un contrato de locación del lugar a su nombre, en el que figura un locatario que firmó con un DNI que no corresponde con el nombre que asegura tener según el contrato. Más encerrada en sí misma, la pareja de chinos de Almagro no era demasiado conocida por los vecinos. Algunos sostienen que tenían un buen pasar, que eran dueños de un Mercedes y un BMW. Dicen que uno de los dos, o ambos, serían propietarios del pool Imperio, de Paraguay 3763. Cuando Página/12 concurrió al lugar, algo oscuro, con iluminación amarilla tenue, y ornamentación oriental según la usanza, las miradas de un grupo de orientales que se encontraba conversando en el lugar se clavaron en el extraño, y se hizo un abrupto silencio. Después sólo surgieron palabras supuestamente chinas y un no entiendo en castellano forzado. Es una comunidad muy cerrada donde el pánico a la muerte hace que el silencio reine por sobre todas las cosas, sentenció el jefe de Homicidios, Carlos Juárez. A última hora de ayer, los comisarios Hugo Bafaro, de la 9º, Juan Fernández, de la 39º, y Juárez, mantenían una reunión con el jefe policial Pablo Baltazar García, para encontrar alguna luz entre tanta sombra chinesca.
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