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ISRAEL ABRIO FUEGO DESDE SU CONSULADO EN BERLIN
Corre ya la sangre kurda en Europa

Los israelíes mataron a cuatro kurdos en Berlín. Un video mostró a Ocalan forzado  a elogiar a Turquía, que ayer atacó Irak.

Militantes kurdos protestan ante la sede socialista en Hamburgo.

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t.gif (862 bytes)  La represión de las protestas por la caída del líder kurdo Abdulá Ocalan en manos turcas empezó a cobrarse sus primeras víctimas. Agentes israelíes mataron a cuatro militantes en el consulado de Israel en Berlín. El premier Benjamin Netanyahu envió una delegación para investigar el incidente, que dijo “lamentar”. La televisión turca mostró a Ocalan en el avión, después de que le sacaran la venda de los ojos, declarando “Amo a Turquía y al pueblo turco”. Al mismo tiempo, llegaban noticias de que Turquía inició operaciones militares contra los kurdos en el norte de Irak, que fueron aprobadas implícitamente por la Casa Blanca.
Agentes de seguridad israelíes abrieron fuego ayer contra varias decenas de manifestantes kurdos que intentaron irrumpir en el consulado israelí en Berlín, después de conocer un agradecimiento del premier turco Bulent Ecevit al gobierno israelí por la captura de Ocalan. El balance de la policía alemana fueron tres muertos y 17 heridos, de los cuales uno ya murió, y otros siguen graves. Además, algunos policías alemanes resultaron heridos con barras de hierro. El gobierno alemán se declaró “conmovido” por la muerte de los tres kurdos, pero el canciller socialista Gerhard Schroeder fue terminante: “No podemos tolerar que se traiga a nuestras calles conflictos que no son los nuestros”, anunció. Más de 450 kurdos fueron detenidos en su país. La de Schroeder es una inquietud compartida a lo largo de Europa, que durante el día de ayer presenció desalojos de kurdos de consulados y embajadas, como también del edificio de las Naciones Unidas en Ginebra o de la sede del Partido Socialista en Marsella. Pero en otras ciudades, como en la embajada griega londinense, los kurdos mantienen la ocupación y han iniciado una huelga de hambre a la espera de una solución pacífica.
Testigos presenciales afirmaron que los disparos de los agentes israelíes contra los manifestantes se sucedieron en dos ráfagas, y sin previo aviso. Todavía no se precisó si los agentes están acreditados como personal diplomático y en consecuencia gozan de inmunidad. El gobierno israelí desmintió que hubiese prestado su auxilio en la captura de Ocalan, pero el diario Haaretz de Tel Aviv consignó versiones de que el Mossad cooperó con Turquía, país árabe pero no musulmán con el que mantiene buenas relaciones desde hace 40 años, por medio de escuchas de las comunicaciones de los aviones en que volaba. Según esta fuente, el Mossad proporciona al gobierno de Ankara informaciones sobre el exilio kurdo. Preventivamente, Israel cerró sus embajadas y consulados en Europa, y Kenia las 34 embajadas que posee en todo el mundo. En Washington, el Departamento de Estado emitió una “advertencia mundial” a sus ciudadanos que estén en el extranjero ante una posible reacción kurda.
La televisión turca mostró imágenes de Ocalan esposado y atado a su asiento, filmado en el avión que lo llevaba de Kenia, donde fue apresado en la embajada griega de Nairobi, a Turquía. Tras el arresto de Ocalan, que arriesga ser condenado a la pena de muerte, se multiplicaron los pedidos –desde Amnistía Internacional al ministro ruso de Relaciones Exteriores Igor Ivanov– para que su proceso sea “equitativo”. Danielle Mitterrand señaló que Turquía tiene un historial “espeluznante” de violación de derechos humanos. Los turcos han rechazado las recomendaciones europeas y repudiado a los observadores internacionales, proclamando la independencia de sus tribunales.
En Turquía, el apoyo al operativo comando del gobierno fue casi total. El septuagenario premier socialdemócrata Bulent Ecevit, conocido como el “conquistador de Chipre” por haber invadido la isla en 1974, recibió así un masivo apoyo para las elecciones del 18 de abril. Hürriyet, el principal diario turco, publicó la foto de un niño muerto en un ataque de la guerrilla con el epígrafe: “Duerme, encontramos a tu asesino”. En turco, “Asesino de bebés” es uno de los apodos familiares de Ocalan.
La cadena de televisión privada turca NTV anunció ayer que el ejército turco había lanzado el martes una operación en el norte de Irak contra los rebeldes del Partido de Trabajadores del Kurdistán (PKK), la agrupaciónseparatista que lidera Ocalan. “Respaldamos el derecho del gobierno turco de defenderse contra los terroristas”, declaró el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, James Foley. Y agregó, confiadamente, que “si las operaciones van más allá de la frontera, tendrán una duración y dimensión limitadas, y respetarán a los civiles”.

 


 

REPRESENTANTES DE UNA ETNIA SIN ESTADO
La guerrilla trágica del PKK

Por J.C.S.

t.gif (862 bytes) A falta de partidos nacionalistas moderados, la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) es el único referente en el imaginario colectivo de millones de campesinos kurdos del sudeste de Anatolia o emigrantes en las grandes ciudades turcas o de la Unión Europea. El Estado turco kemalista, forjado en un fuerte centralismo nacionalista tras el desmembramiento del Imperio Otomano, hace 75 años, se ha negado a reconocer siempre los derechos culturales de una etnia que agrupa a 12 millones de personas en su propio territorio y a otras tantas repartidas entre Siria, Irak, Irán o el exilio.
Fiel a sus raíces marxistas-leninistas, el PKK impuso desde su fundación un descarado culto a la personalidad hacia su líder, Abdulá Ocalan: un kurdo que casi siempre habla en turco y que en 1984 desencadenó la lucha armada como única respuesta al histórico problema de la minoría kurda.
Como ocurre en casi todos los pueblos sin Estado, el nacionalismo kurdo ha recurrido a una identidad legendaria para reconstruir su propia historia –imperios mesopotámicos, cultos a Zoroastro– en la base de una lengua y cultura propias. Pero las tribus, los clanes kurdos, se dieron de bruces con la historia tras la I Guerra Mundial. Las promesas de las potencias aliadas de recompensar su apoyo guerrillero contra el Imperio Otomano parecieron haberse cumplido en el Tratado de Sevres, en 1920. Poco después, sin embargo, la conferencia de Lausana puso fin al sueño de un Estado independiente en la encrucijada de caminos de Medio Oriente y Asia central, donde aún sigue habiendo demasiados intereses (petróleo, rutas comerciales) en juego. La Turquía moderna fijó así sus fronteras, que años más tarde le garantizaron un papel predominante durante la Guerra Fría con su incorporación a la Alianza Atlántica. Precisamente, al final de este período de tensión, y en medio de los sucesivos golpes militares que ha vivido Turquía, el independentismo kurdo quedó encabezado por un grupo ultraizquierdista.
El PKK nació en noviembre de 1978 de las cenizas del llamado Ejército de Liberación Nacional del Kurdistán. Seis años después, la guerrilla inició su alzamiento armado contra el Estado turco desde sus bases en Siria y, tras la guerra del Golfo, en el norte de Irak. El PKK llegó a contar en sus filas con hasta 10.000 hombres armados frente a los 250.000 soldados turcos desplegados en el sudeste de Anatolia.
Tras más de 14 años de conflicto armado, el Kurdistán turco ha sufrido la política de tierra quemada emprendida por las autoridades de Ankara para aislar a la guerrilla; más de 3000 pueblos y aldeas fueron destruidos y más de 30.000 personas han muerto en los enfrentamientos registrados entre el ejército y los hombres de Ocalan.
Hoy el PKK cuenta con un ala política, el Frente de Liberación del Kurdistán, con sede en Bruselas, y otra militar, el Ejército Popular de Liberación del Kurdistán. Además, ha impulsado la creación de órganos de defensa de la causa kurda en el exilio, como es el caso del autoproclamado Parlamento kurdo, invitado por el Parlamento vasco a reunirse en su sede de Vitoria el próximo mes de julio.
Ocalan es el responsable de un paulatino giro en la estrategia kurda, al hablar de una posible solución negociada al conflicto. Para impulsar sus planes, la guerrilla dispone de un importante aparato mediático, cuyo buque insignia es la cadena de televisión por satélite MED-TV, con sede en Bruselas. El PKK se encuentra prohibido en Francia y Alemania.

 

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