Lo
peor de la crisis internacional ya pasó. Desde Nueva York, el director gerente del
Fondo Monetario, Michel Camdessus, se permitió ayer expresar una visión optimista sobre
la marcha de la economía mundial. Pero la fuerza de los hechos parecería recomendar al
banquero al menos una cuota de prudencia. El Banco Central de Brasil debió intervenir
nuevamente ayer en el mercado de cambio, por tercer día consecutivo, para contener la
cotización del real. Gracias a la movida oficial, la moneda brasileña cerró a 2,05 por
dólar, sin cambios respecto del miércoles.
En su discurso ante la Asociación de Política Exterior estadounidense, Camdessus ensayó
un repaso de la coyuntura de los países que fueron más sacudidos por las turbulencias.
Asia está mejorando, Brasil está fortaleciendo sus políticas internas, y México
y la Argentina ya reforzaron sus defensas contra los desórdenes financieros
extranjeros, señaló Camdessus. Por otra parte, y respondiendo las severas
críticas que viene soportando el organismo desde que estalló la crisis, el banquero
sostuvo que el FMI no será abolido ni transformado en un banco central
global.
Por distintas circunstancias, hoy será un día clave para Brasil. Desde el lado
financiero, los inversores estarán atentos al vencimiento de 8000 millones de dólares en
el mercado de futuros y opciones de divisas. De la sed que los bancos y financistas
demuestren en capturar dólares del mercado dependerán las presiones que hoy deberá
soportar el real. Hace un mes, cuando también hubo fuertes vencimientos en este mercado,
el real tocó el máximo de 2,15 unidades por dólar. La presión en el tipo de
cambio va a existir. Es probable que el real caiga a niveles mínimos, pero también puede
esperarse que, como ocurrió hace treinta días, a partir del lunes se recupere y se
estabilice, analizó en diálogo con Página/12 Pedro Rabasa, economista del Banco
Quilmes. Sin embargo, Rabasa no es optimista. Brasil todavía debe anunciar el
camino por el cual va a cumplir con las metas pactadas con el Fondo Monetario
Internacional. Y una vez que se formulen los anuncios, habrá que estar atentos al apoyo
político que esas medidas despierten en el Congreso. Recién ahí quedará más claro si
Brasil podrá salir del pozo o no, explicó.
Precisamente, esta mañana Fernando Henrique Cardoso se encontrará con los gobernadores
de los estados. Allí concurrirán los oficialistas y los díscolos que vienen amenazando
con declarar la moratoria de sus deudas con el gobierno central. A la cita faltará Itamar
Franco, el ex aliado de Cardoso, gobernador de Minas Gerais, que a mediados de enero se
negó a saldar sus deudas con el Estado y despertó la corrida contra el real. Será
una reunión para la foto, anticipó el dirigente del PT, Lula da Silva. El ánimo
con el que salgan de la reunión los gobernantes será otra señal que capturarán los
financistas a la hora de evaluar si el gobierno brasileño es capaz de manejar la crisis.
Cardoso envió ayer una señal a sus socios en el Mercosur, al duplicar de 40 a 80
mil dólares el monto máximo del valor de las importaciones que quedarán
exceptuadas de tener que ser pagadas al contado por los importadores brasileños. La
medida, reclamada por el gobierno argentino tras la devaluación del real, tendrá
vigencia hasta mediados de año.
En este contexto de incertidumbre, los mercados se movieron ayer hacia abajo. La Bolsa de
Buenos Aires cayó el 1,1 por ciento y ningún papel finalizó con signo positivo. La de
San Pablo, por su parte, perdió el 3,1. En tanto, los títulos públicos cedieron hasta
3,3 por ciento en el caso del bono Par. En Wall Street, la caída fue del 0,35 por ciento
y la tasa implícita de los bonos del Tesoro estadounidense a 30 años saltó al 5,64 por
ciento, frente al 5,5 del día anterior a consecuencia del consenso entre los operadores
de que la FED (Banca Central estadounidense) subirá la tasa de corto plazo en los
próximos meses.
CAIDA DEL 13 POR CIENTO
Derrumbe en construcción
La
industria de la construcción mostró una fuerte caída del 13,1 por ciento en su nivel de
actividad durante enero pasado en relación a igual mes del año anterior. La información
fue revelada ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Censos. El organismo oficial
atribuyó ese comportamiento principalmente a la cautela que impuso en el
sector la crisis internacional y a la inusual cantidad de días de lluvia en
el primer mes del año.
Con relación a diciembre la construcción tuvo un retroceso real del 12,8 por ciento.
Además, durante el primer mes del año se registraron importantes retrocesos en las
ventas de insumos para esta industria, desde el hierro redondo hasta los ladrillos huecos
y las pinturas. En tanto, la estimación de la actividad para febrero relevada entre los
empresarios de la construcción indica que el panorama no será mejor. Máxime si se
considera que empezarán a sentirse los efectos de la crisis brasileña iniciada a
mediados de enero.
Respecto a la incidencia del clima en el retroceso de la construcción, el INdEC destacó
que a lo largo de los primeros treinta días del año la lluvia provocó una inactividad
excepcional. Por caso, en el área metropolitana las jornadas hábiles inutilizadas
alcanzaron casi el 50 por ciento.
Al mismo tiempo, la negativa performance del indicador de actividad oficial puede
explicarse a través de los niveles de venta interna de los distintos insumos que demanda
esta actividad. En enero, de acuerdo a la comparación interanual, la facturación de
hierro redondo para hormigón cayó en un 33,7 por ciento y un 32,5 los pisos y
revestimientos cerámicos. Los ladrillos huecos, las pinturas para la construcción y el
cemento portland, por su lado, exhibieron descensos del 24,5, 15,3 y 3,3 por ciento,
respectivamente. Una de las excepciones fue el asfalto cuyos despachos registraron una
suba porcentual del 3,6.
El informe del organismo estadístico consigna que casi todos los segmentos de este
mercado (viviendas, obras viales, construcciones petroleras, otras obras de
infraestructura) registraron valores negativos entre enero de este año y el mismo mes del
`98. Por caso, las construcciones petroleras, a raíz de la abrupta disminución del
número de perforaciones que aparejó el derrumbe del precio internacional del
crudo, mostró la mayor baja en el mes pasado. En sentido contrario se comportaron las
obras viales. También las cifras de permisos de edificación de obras privadas (el
trabajo del INdEC se basa en una muestra de 20 municipios del todo el país) manifestaron
una leve alza del 2,8 por ciento.
Finalmente, las firmas constructoras prevén en su mayoría (50,6 por ciento) que el ritmo
de actividad no mejorará en febrero. Y un 38 por ciento piensa que disminuirá.
Estuvieron casi todos de acuerdo en que, pese a todo, no habrá que lamentar despidos de
personal. Igual perspectiva, pero más contundente, se refleja en las expectativas
empresarias de compra de bienes de capital: el 88,6 de los consultados dijo que no las
tiene previstas.
|