La falange
de enemigos en las instituciones públicas paraguayas contra el titular del Poder
Ejecutivo se terminó de completar ayer: la Corte Suprema ordenó el enjuiciamiento del
presidente Raúl Cubas por un tribunal ordinario de Justicia por desacato al
haber desobedecido el fallo de la Corte que devolvía a la cárcel al general ex golpista
Lino Oviedo padrino político y poder detrás del trono de Cubas por su golpe
fallido de 1996. La querella viene poco después de un anuncio del Congreso de que
iniciará un juicio político contra Cubas, que recién comenzará en marzo. La oposición
no dispone de una mayoría para lograr la destitución, pero es un factor obstructivo en
el Parlamento. Todo esto no repercute bien en Estados Unidos, que está considerando si
certificar o no que Paraguay está llevando a cabo una lucha efectiva contra
el narcotráfico. Fuentes opositoras indicaron que miembros de la embajada norteamericana
se reunieron con el vicepresidente antioviedista Luis María Argaña, una señal
tradicionalmente ominosa para cualquier gobierno latinoamericano.
Históricamente ésta es la primera vez que se inicia en Paraguay un proceso judicial
contra el primer mandatario. Pero, además, la noticia llegó cuando los opositores
parecían haber agotado todo el repertorio posible de acciones contra Cubas. Además del
anuncio del juicio político en el Congreso, los opositores en la Corte ya habían
aprobado un recurso parlamentario de inconstitucionalidad contra el
desconocimiento que Cubas hizo de la orden de la Suprema Corte. Rienzi y Cubas también
habían cruzado espadas a principios de mes cuando el titular de la Corte intimó al
presidente a encarcelar a Oviedo en menos de 72 horas, a lo que Cubas respondió que
el presidente de la República elegido por el 56 por ciento de los votos no recibe
órdenes de ningún poder del gobierno.
Oviedo había sido puesto en libertad por un decreto presidencial, seguido luego por un
fallo de una nueva corte militar (esta vez conformada por oviedistas) que
exoneró al ex golpista. Pero la Corte (especialmente desde que se hizo cargo Rienzi)
está empeñada en forzar al presidente a reencarcelarlo. En este objetivo cuenta con el
apoyo del Congreso paraguayo, dominado parcialmente por opositores y colorados disidentes
antioviedistas. Ambos cuerpos se han dedicado con ahínco a atacar al primer mandatario,
con el Congreso anunciando que bloquearía todas las medidas económicas del presidente
hasta que éste cumpla con sus demandas. Asediada por la Corte Suprema, el Congreso y los
tribunales penales, ¿qué le queda por hacer a la dupla Oviedo-Cubas? Por lo pronto, su
única esperanza es que Oviedo use su poderío en los sindicatos y las asociaciones
rurales para dar una muestra de fuerza a sus opositores. Cuando la Corte comenzó en
diciembre su ofensiva contra Oviedo, el ex general contraatacó convocando una
apoteosis oviedista de cerca de 50.000 personas frente al Palacio de Justicia,
seguido de una manifestación más violenta que asedió a los jueces supremos en el
recinto, y aisló a la capital Asunción del resto del país. Asimismo, en ambos actos fue
notable la pasividad general de las fuerzas de seguridad. Aunque después de ese clímax,
Oviedo bajó los decibeles de su desafío, su poder latente en el pueblo
contra los que vaciaron el estado es todavía un factor de riesgo para sus
opositores.
En efecto, el carácter impredecible de la reacción oviedista parece estar inclinando a
Estados Unidos a apoyar a la oposición, que si bien no es popular tiene al menos (y por
ahora) el control de las instituciones públicas en Paraguay. Quizá la Casa Blanca o el
Departamento de Estado norteamericano esgrima la amenaza de una certificación
negativa para lograr algún consenso que acabe con la inestabiliad política y
judicial en Paraguay que produjo y produce el ataque contra Cubas y Oviedo.
EN BUSCA DE UNA PATRIA SINDICAL PROPIA
Chávez, el primer trabajador
Estoy dispuesto a irme a las fábricas a dialogar directamente con los
trabajadores. El presidente Hugo Chávez fue electo con el 56 por ciento de los
votos. Con tal mayoría, su margen de maniobra es enorme, y ahora fija sus miras en el
principal sindicato tradicional venezolano, la Confederación de Trabajadores
de Venezuela (CTV), a la que busca aislar institucionalmente. Su principal instrumento es
un nuevo sindicato paralelo adicto a su partido (el Frente Constituyente de Trabajadores
(FCT), y la conformación de un virtual ejército de los desempleados con su
plan cívico-militar. Mientras tanto, se produjo a nivel nacional una serie de
manifestaciones estudiantiles en protesta por la muerte de un estudiante durante la
represión de una marcha que se descontroló, y culminó con la quema del edificio de la
gobernación de la provincia.
Para un líder populista puede parecer extraño abalanzarse sobre el principal sindicato
del país, pero la CTV no es un sindicato clásico. Creado luego del retorno
de la democracia en Venezuela, fue durante su existencia una virtual extensión en el
campo laboral de los partidos tradicionales venezolanos la Acción Democrática (AD)
generalmente con interregnos del COPEI. El resultado fue una corrupción galopante y
manejos turbios de las finanzas sindicales que culminaron dos veces en la quiebra del
banco obrero que manejaban. Asimismo, sus miembros son sólo el 30 por ciento de la mano
de obra registrada. Si se considera el desempleo en el 15 por ciento y el mercado laboral
en negro, su presencia en las fábricas es mínima.
Así al menos parece verlo el presidente Chávez, quien está iniciando una campaña
activa para aislar al CTV y crear una organización paralela. La amenaza de Chávez de
ir a las fábricas no es vacía, y su FCT está iniciando una campaña para
corroer aún más las bases del poder del CTV. Ya ayer el FCT llamó a una serie de
asambleas que culminarían con un referéndum laboral en abril para terminar
de romper el dominio de la vieja Venezuela dentro del mercado laboral.
TESTIMONIO DE UNA EMPRESARIA
Violada por Bill Clinton
La
empresaria Juanita Broaddrick reiteró en una emotiva entrevista transmitida ayer por una
cadena estadounidense de televisión que el hoy presidente Bill Clinton la violó hace 21
años. Broaddrick declaró a NBC que conoció a Clinton en abril de 1978, cuando él se
postuló por primera vez para gobernador del estado y ella trabajaba como voluntaria en su
campaña. Posteriormente, mientras ella participaba en un seminario sobre asilos en la
capital estatal, Little Rock, se reunió con Clinton en el hotel donde se hospedaba.
Según su relato, Clinton le sugirió que tomaran café en su habitación, pero que una
vez estuvieron allí, la forzó a sostener relaciones sexuales. Traté de alejarme
de él y le dije que no. Que no quería que esto pasara. Pero él no me escuchó,
dijo Broaddrick, llorando. Incluso llegué al punto en que empecé a hacer mucho
ruido, a gritarle... que por favor parara. Pero era entonces que él me hacía presión
sobre mi hombro derecho y me mordía el labio, agregó. La mujer dijo que el labio
se le inflamó y que condujo ese día de regreso a casa con una amiga, Norma Kelsey. NBC
señaló que Kelsey corroboró la versión, pero que rehusó ser entrevistada ante las
cámaras. Clinton declinó formular declaraciones y remitió la cuestión al jefe de sus
abogados, David Kendall.
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