Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira



  AVISO: ENCUENTRO TEMATICO DE PSICOLOGOS DEL MERCOSUR
AVISO: ENCUENTRO TEMATICO DE PSICOLOGOS DEL MERCOSUR

 



EN UN HISTORIAL CLINICO, LA MISTERIOSA “RESISTENCIA DEL ELLO”
Quien busque jirafa, sapo hallará

na28fo01.jpg (14006 bytes)

Un caso clínico “zoológico”, el de la ilusionista ilusionada, ayuda a entender uno de los conceptos más oscuros del psicoanálisis: la resistencia propia del inconsciente.

na28fo02.jpg (15993 bytes)

Por Sergio Rodríguez *

t.gif (862 bytes) Cierta vez, una ilusionista fue a pedir análisis a un viejo analista. La aquejaba una situación muy particular. Con regular frecuencia, la llamaba una mujer para contarle lo bien que la pasaba en las actividades sexuales que frecuentemente llevaba a cabo con el Jirafa, sobrenombre del marido de la consultante. En los comienzos de esta situación, la maga no atinó a otra cosa que a interrumpir la llamada y correr a relatarle al Jirafa lo ocurrido. Quien mostró sorpresa e inocencia, lo que a ella no le resultó difícil de creer. Tenía un matrimonio bien avenido, no había razones para sospechar. Las llamadas se tornaron frecuentes y la situación una tortura. La afectada quiso convencer a la otra para que dejara de comunicarse con ella. Imposible. La intrusa aprovechaba para entrar en conversación y contarle los detalles más tortuosos de los supuestos encuentros.
Ciertos hechos fueron patentizándole al oficiante que los dichos de la señora eran veraces, aunque resultaran inverosímiles. La otra le contaba detalles, ya no sólo de sus relaciones con el Jirafa y de las partes cubiertas del cuerpo de éste, sino también de pasos que daba en su cotidianeidad la consultante. El psicoanalista le sugirió (ante una implicación perversa a la hija de la paciente por parte de la voz telefónica) que acudieran a un juez para que les intervinieran el teléfono y parar la acción de la intrigante. El Jirafa se opuso, las llamadas cesaron. La ilusionista no dudó de su marido.
Mientras, se fue desplegando el relato de otros problemas que afectaban a la consultante. Entre ellos, una poderosa fobia a las aguas. No soportaba que estuvieran por encima de sus rodillas.
Se recordaba como una niña enamorada de su papá hasta la pubertad. En esa época, éste se fue de la casa. Según su recuerdo, no sólo se separó de la esposa sino también de los hijos. En la medida en que se fue desenvolviendo el análisis, narró una enorme dependencia de la madre con respecto a su propia madre, o sea, la abuela de la paciente. La ilusionista reconocía en sí un gran afán de perfección. Retirado el padre de la casa, había tomado a su cargo muchas de las funciones que él ejercitaba. ¡La madre era tan tonta, tan incapaz para las cosas prácticas!
El análisis se fue desplegando muy rápidamente. Soñaba y trabajaba regularmente esos sueños. Lo mismo ocurría con otras formaciones del inconsciente. Y con el análisis de algunas modalidades de goce. Un mundo se había abierto. Las interpretaciones relanzaban productivamente su discurso. Por ejemplo: a raíz de un sueño, analizó su rutina sexual. La misma consistía en practicar el coito siempre de la misma manera para que ella pudiera arribar al orgasmo. Tenía que estar encima de él, montarlo. Señalado el significante, montarlo, acudieron muchas asociaciones. Sobre la posición de ella jefatureando la familia, a la vez que montándose en ciertos aportes del esposo para el sostenimiento de la casa, particularmente en el terreno monetario.
En ese decurso, comenzó a analizar las razones inconscientes de su elección de profesión. Su pasión por velar el saber sobre la verdad. Se produjeron cambios en conductas de la paciente en relación con lo real de su vida. Por ejemplo, acotó sus tendencias altruistas, que reconocían como sustento el inmenso goce narcisístico que le producía su identificación a la función fálica.
En dicho trance soñó lo siguiente: iba a un zoológico y, cuando llegaba al lugar de las jirafas, encontraba sólo sapos. Se disgustaba y decidía seguir adelante. Llegaba a una hermosa playa con un mar muy sereno y se adentraba en sus profundidades sin ningún temor. Se despertó angustiada.
El psicoanalista se inquietó. Decidió interpretar igual. No hacerlo podía resultar peor. Lo identificaría al superyó de la analizante, estimulando la angustia y trabando la continuidad.
–Encontrar sapos en vez del Jirafa, la incita a no quedarse, seguir, y meterse en profundidades que la angustian.
Un silencio denso pobló el consultorio. Después de un rato dijo: “Esto es muy duro”. El analista preguntó: “¿Desacertado?”. Ella contestó: “No, pero muy duro”.
No quedaba otra que dar por terminada la sesión.
Dos o tres días después, la ilusionista llamó por teléfono al analista y le dijo que por un tiempo iba a dejar de concurrir. Este le preguntó por qué. Ella argumentó que no le resultaba soportable. El analista le preguntó si eso estaba relacionado con el último sueño, lo que ella confirmó. Vuelta de él a preguntarle si estaba en desacuerdo con la interpretación, vuelta de ella a reafirmarla, pero con un comentario agregado: que, de seguir por el camino que estaba transitando con el análisis, tendría que tomar decisiones para las que no se encontraba preparada; que, más adelante, seguramente iba a volver.
Al analista se le hizo evidente que momentáneamente no había más que hablar. También se le precipitó el recuerdo del planteo freudiano sobre la viscosidad de la libido. Y las disquisiciones de Lacan sobre el goce y sus relaciones con el deseo. Quedó cavilando sobre la función de resistencia al deseo, que habitando rutinas, el goce suele jugar.
En Inhibición, síntoma y angustia, Freud dejó escrito: “Tras cancelar la resistencia yoica, es preciso superar todavía el poder de la compulsión de repetición, la atracción de los arquetipos inconscientes sobre el proceso pulsional reprimido; y nada habría que objetar si se quisiese designar ese factor como resistencia de lo inconsciente”. Lacan planteó que el inconsciente no resiste, el inconsciente quiere hablar. Lo que es así, como efecto de la causa del deseo y del deseo como causa. Pero en lo citado, Freud plantea lo inconsciente, en referencia a lo constituido por la atracción de los arquetipos inconscientes sobre el proceso pulsional reprimido. Articula (según yo lo leo) arquetipos y lo pulsional reprimido, o sea, modelos particulares, arcaicos y reprimidos de goce.
Hago la hipótesis siguiente. Los arquetipos inconscientes de goce aludidos por Freud como causa de la resistencia del ello son escrituras de un saber hacer inconsciente que guían hábitos del sujeto ante vericuetos de su vida. Como los análisis lo muestran, propician su estar en el mundo, generando la ilusión de ser, a la vez que funcionan como resistencia a deseos inconscientes, que no han podido salir de esa categoría en función de aquélla. Abandonar dichas posiciones de goce para las que hay causa, o sea significantes en lo inconsciente, no resulta sencillo. La alternativa planteada por el deseo, que como sabemos está causado por lo que falta y circula entre los significantes, no es sencilla, pues, por esas mismas razones, no ha encontrado aún cuáles son los significantes posibles para escribir el acto que lleve lo deseado al terreno del goce.
Cuando esa falta de significantes, de causas para un nuevo goce, parece radical, o cuando la valentía del sujeto resulta insuficiente, éste no atina a otra salida que refugiarse en su fantasma. En su función de acotar y propiciar el goce a través de la repetición de un saber hacer dentro de los límites que encuadra con una apariencia de objeto, por fuera de la conciencia, y como resistencia a lo fundante del deseo, a su causa, la falta de objeto.
Si advertimos esto, tenemos algunas chances de encontrar una vía contra la resistencia, menos confiada a la intuición o la experiencia, esas funciones tan inasibles y muchas veces engañosas. Tenemos a mano un elemento conjeturable, calculable, más o menos mensurable, como presencia o ausencia de saber hacer inconsciente en el más allá del fantasma que sostuvo la vida hasta entonces. La cuestión del timing se libra del almanaque y del reloj, y se integra a la lógica discriminada por Lacan. Se trata, en las ocasiones referidas, de conjeturar si hay la dotaciónsignificante mínima que permita al momento de concluir (interpretación, escansión, intervención) abrir el tiempo de un nuevo acto, para el sujeto en análisis.

* Director de la revista Psyché.

 

POSDATA

Imposibles. “Los amores imposibles”, taller del Programa Barrial de Salud Mental del Hospital Pirovano, Monroe 3555. Lunes, 20.30, Bar Coghlan. Gratuito.
Psiconcología. Grupo de estudio con José Schávelzon en la Asociación Médica desde marzo. 4801-0387.
Pichon. Inscripción para la carrera de psicología social-teoría Pichon-Rivière, en Escuela de Psicología Social de Belgrano. 4779-9271.
Psicodrama. Taller abierto, el 27 a las 10 en Sociedad Argentina de Psicodrama. Thames 620. 4854-8742.
Actualidad. “El psicoanálisis en la actualidad: ¿nuevas patologías?”, por Marta Toppelberg en Nuevo Centro, el 25 a las 19.45. Corrientes 2554, 4953-4326. Gratuito.
Equilibrio. “La pareja, un delicado equilibrio”, charla-debate con Carlos Bianchi en Liaison, el 26 a las 20. 25 de Mayo 1639, Vicente López. 4796-9195.
Escuela. Escuela de especialización del Colegio de Psicólogos de la Provincia de Buenos Aires Distrito 12: clínica de adultos y niños con orientaciones psicoanalítica y sistémica, psicología jurídica. 4257-3641.
Bioenergía. “Introducción al análisis bioenergético” por David Szyniak, 4772-5996.

 


 

“Muchos consideran el coito como un suplicio”

Un análisis de los deseos y las angustias que giran alrededor de la clonación, y una razón final para  “seguir arriesgando la vida bajo el empuje de Eros”.

Por Raúl Courel *

t.gif (862 bytes) Las noticias sobre clonación de seres humanos revuelven ostensiblemente los espíritus y provocan un cúmulo de reflexiones y debates éticos acerca de si debemos o no poner un límite a investigaciones que nos aproximarían, biología mediante, a la inmortalidad. Estos desarrollos tecnológicos afectan, entre otras cosas, a la sexualidad humana.
La continuidad de cualquier espacio requiere, aunque sus individuos perezcan, que al menos una parte de su sustancia viva no muera. En los humanos, como en otros casos, algo del protoplasma que porta la carga eléctrica resulta en cierto modo inmortal, conservándose a través de la reproducción sexuada. Las técnicas de clonación ofrecen formas de perpetuación de las especies que no requieren de la reproducción sexuada. Se abre así la posibilidad, hasta ahora inexistente, de que el hombre se reproduzca sin relaciones sexuales. Tal vez ésta sea, en primera instancia, la consecuencia de mayor impacto sobre nuestra psicología.
El psicoanálisis, que investiga los malestares humanos, comprobó que las relaciones entre los sexos son habitualmente conflictivas, predisponiendo a variadas formas de prescindencia de la vida sexual. Hasta ahora, siempre que hemos querido asegurar descendencia no hemos tenido más remedio que pensar en un congénere del sexo opuesto y pasar, inexorablemente, por la cópula sexual. Aunque la mayor parte de la gente no encuentra este itinerario tan desagradable como para renunciar a él, no pocos lo consideran un verdadero suplicio. Ellos, probablemente, encontrarán que es una bendición del cielo procrear sin mezclar sus fluidos con el otro género.
Algunos no aspiran sólo a procrear sino a vivir eternamente. Para darse el gusto, una solución sería trasplantar de manera reiterada el propio cerebro a clones de uno mismo. Lamentablemente, la cosa no podría extenderse más allá de la vida de nuestras neuronas. ¿Será posible entonces trasplantar el pensamiento a otro cerebro como se trasladan los programas y archivos de una computadora a otra? Si lo fuera, tal vez no sería indispensable tener un clon para no morir, bastaría con mudarse al cuerpo de cualquier otro. Sin embargo, ¿sería psicológicamente posible mantener el sentimiento de ser uno mismo separados del cuerpo original que tenemos? Quasimodo, ¿sería Quasimodo en el cuerpo de Adonis, o viceversa?
Los hombres no han esperado a la ingeniería genética para jugar a los dioses. Jugar tal vez sí, pero serlo de verdad siempre fue tan irrealizable como ser padre e hijo de sí mismo. No se le puede hacer pito catalán a la imposibilidad de repicar y estar en misa al mismo tiempo. No es casual que la teología encuentre en el llamado misterio de la Trinidad uno de sus temas principales: en Dios, el padre y el hijo se hacen uno.
En los consultorios, el psicoanálisis comprueba todos los días que los padres quieren ver en sus hijos algo así como sus clones, esperando continuarse en ellos. Nunca lo logran, al menos nunca lo suficiente como para salvar el propio pellejo. Eso no impide que algunos de sus rasgos de personalidad continúen en sus sucesores bajo la forma de gestos, actitudes e incluso gustos e ideas: las singulares maneras de ser y querer de cada uno. Para esto no hace falta clonarnos.
Por último, si para la inmortalidad de los clones es superflua la distinción entre machos y hembras, es probable que los hombres continúen eligiendo, como siempre lo hicieron, arriesgar la vida bajo el empuje de Eros. De otro modo, cuesta imaginar en qué consistirían los pasatiempos más divertidos.

* Decano de la Facultad de Psicología de la UBA.

 


 

DESDE MARZO, EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
Sistema previsional para psicólogos

Por Mario J. Molina *

t.gif (862 bytes) En marzo próximo, los casi 8000 psicólogos de la provincia de Buenos Aires accederán a un sistema previsional propio, gracias a la Ley 12.163 promulgada y sancionada en setiembre último. Ese territorio pasa a ser el único en el país con una Caja únicamente para los psicólogos.
Hasta ahora, la seguridad social era cubierta por el magro sistema de Autónomos regulado por el ANSES, y del cual casi todos escapábamos en mayor o menor medida. Es conveniente que los propios beneficiarios puedan asegurarse la administración de los fondos que aportan. De esta forma los fondos se encuentran protegidos por su dueño, el trabajador, quien se convierte en el principal interesado en que el sistema funcione bien.
Estas razones justifican la obligación de afiliarse y aportar a un seguro que permitirá disponer de un ingreso mensual en el momento de retirarse de la fuerza laboral o en caso de muerte o invalidez. Un sistema como éste otorga primacía a la dignidad del trabajador, pues le permite tomar decisiones sobre sus fondos y sobre su futuro. En el sistema están acogidos todos los psicólogos matriculados en la provincia de Buenos Aires.

* Presidente de la Federación de Psicólogos de la República Argentina (Fepra); ex presidente del Colegio de Psicólogos de la Provincia de Buenos Aires.

 

PRINCIPAL