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Por Luis Bruschtein La denuncia de Gelman se basó en una declaración efectuada por el mismo Cabanillas ante la Justicia Militar en 1977. En estas nuevas declaraciones de ayer, el jefe del Segundo Cuerpo intenta tomar distancia de la banda de Gordon y de los agentes de la SIDE de Automotores Orletti. Fui a trabajar junto al capitán Calmon a la SIDE, como figura en el artículo asevera en la entrevista y fui a trabajar con el teniente coronel Nieto Moreno en el edificio que está ubicado al lado de la Casa de Gobierno, estuve ahí hasta mediados de octubre. Pero más adelante reconoce que trabajaba en todo lo que sea contrainteligencia. Se recibían en la SIDE nombres, gente que estaba trabajando con estas organizaciones defensoras de los derechos humanos (sic). A partir de ahí, los grupos operativos, llámense Jardín o Automotores Orletti, o los inorgánicos, operaban, sacaban (sic) a esta gente y la ponían a disposición de la SIDE. Luego se les tomaba declaración y se los entregaba a la Justicia. Ese era el procedimiento que yo conocía. O sea, describe a los blancos de los operativos como gente que estaba trabajando con estas organizaciones defensoras de los derechos humanos y más allá de que podría ser un furcio, es sabido que estos lapsus ponen de manifiesto parte de una realidad que no se quiere reconocer. Si las cosas hubieran funcionado según esa descripción inocente del grupo de forajidos que trabajaba en Automotores Orletti, necesariamente Cabanillas debería haber visto a Marcelo Gelman y a su esposa. Sin embargo, el funcionamiento de Orletti también es muy conocido por la Justicia. Lo que Cabanillas describe como interrogatorios de la SIDE eran horribles torturas. Cuando dice que esos detenidos eran entregados a la Justicia, lo cierto es que, hasta donde se sabe, hubo sólo dos sobrevivientes de las decenas de argentinos que pasaron por ese campo clandestino de detención. El funcionamiento de esa tenebrosa dependencia de la SIDE se conoció básicamente por los testimonios del grupo de uruguayos que fueron llevados de regreso a su país. De todas maneras, si ése era el funcionamiento que dice que conocía, Cabanillas debería mostrar los documentos donde se asentaba la entrega de esos detenidos a la Justicia, o por lo menos la existencia de alguno de ellos. En la entrevista reconoció que la OT 18 (Operaciones Tácticas 18 o Automotores Orletti) era subsidiaria de la OT 1, donde él se desempeñó, o sea que estaba bajo su mando. Y en la fecha que reconoce esta situación (octubre-diciembre de 1976) se ha demostrado que allí se produjeron numerosas desapariciones de uruguayos. En la jerga de la represión, los que estaban a cargo de la contrainteligencia, eran quienes marcaban los blancos que luego debían ser secuestrados por los operativos. Pero además, para hacer contrainteligencia es necesario interrogar a losdetenidos y el interrogatorio consistía en las torturas más salvajes según consta en los testimonios. Yo no lo conocía como lo nombra él precisó Cabanillas, por Gelman sino por el nombre de Jardín. Y sólo los agentes más cercanos a las operaciones se referían con ese nombre a Automotores Orletti. Yo he conocido a los que trabajaban ahí continúa en sus declaraciones a La Mañana del Sur, que no era gente orgánica de la SIDE, sino inorgánicos contratados, gente que venía trabajando desde el 75. Yo los he conocido a todos y en mi declaración en el año 77 digo lo que está publicado. No conozco a ninguno por el apellido. Había un señor que después supe que era Aníbal Gordon y que yo conocí como el coronel Silva, creía que era un cuadro retirado. Gordon era un ex asaltante de bancos que trabajaba desde el 75 con la Triple A. En su declaración de 1977, Cabanillas lo llama Aníbal y da su nombre completo. Aunque la defensa que hizo Cabanillas es inconsistente, aseguró que estas acusaciones forman parte de una campaña de los organismos de derechos humanos de Rosario, porque se negó a que se hiciera un museo de la memoria. El 10 de diciembre pasado, la APDH y la Comisión de Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas realizaron un escrache para denunciar estos antecedentes.
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