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Por Felipe Yapur Desde Río Cuarto, Córdoba  Fue un buen
día para el gobernador Eduardo Duhalde. Mientras hacía campaña en los pagos de Humberto
Roggero junto a su compañero de fórmula Ramón “Palito” Ortega se enteró de
que la jueza federal María Romilda Servini de Cubría notificó al PJ una medida de no
innovar que impediría al presidente Carlos Menem asumir el próximo lunes la presidencia
del partido hasta el 2003. “Continúo siendo el vicepresidente del PJ”, dijo en
clara advertencia a su adversario interno. Menos solemnes, sus allegados daban por hecho
que el Presidente no juraría el lunes. “Los menemistas -gozaban– se van a tener
que comer los sanguchitos solos.” Sus rivales, en cambio, porfiaban en que el acto
sigue en pie.La decisión de Servini se conoció en la tarde de ayer y motivó nerviosas movidas del menemismo que terminó el día asegurando que “por ahora la asunción (de la presidencia del PJ) se hace” (ver nota aparte). Duhalde, en cambio dio por hecho que –la no muy precisa decisión de Servini– imposibilita que Menem jure el lunes como presidente del PJ. “Están equivocados algunos integrantes del Consejo Nacional del partido, soy vicepresidente porque fui elegido por el voto y tengo mandato hasta el año que viene y nadie podrá removerme”, abundó el precandidato presidencial que el miércoles pasado afirmó a este diario que el Gobierno “quiere joderlo”. Esta frase fue festejada por sus acólitos, quienes no perdieron la oportunidad para bromear sobre el frustrado tercer intento de asunción de Menem como presidente del PJ: “Otra vez se tendrán que comer los sanguchitos solos”, fue la frase más escuchada. Pero no todo fue bromas, también estuvieron aquellos operadores que destacaron la tozudez de algunos referentes del menemismo: “Ellos insisten en cambiar las autoridades, pretenden renovarle el mandato a Menem antes de tiempo, lo sacan a Duhalde del partido y no se dan cuenta de que si el gobernador gana las elecciones y es presidente puede hacer lo mismo, llama a un congreso y lo hace desaparecer a Menem del partido. Espero que no se equivoquen esos muchachos”. Duhalde utilizó una conferencia de prensa realizada en la sede del justicialismo de Río Cuarto para continuar la pelea con su otrora compañero de fórmula en 1989. Sentó a su lado al senador tucumano, que se mantuvo a un costado y casi no habló, y al crédito local, el presidente del bloque de diputados del PJ Humberto Roggero, al también cordobés y legislador nacional Eduardo Mondino y al ex titular de la CGT, el cervecero Saúl Ubaldini. Desde la sede partidaria envió un mensaje al gobernador electo de Córdoba, José Manuel de la Sota: “Sé que el senador enfrentará una etapa difícil, tiene muchos problemas financieros y necesitará ayuda de todos los cordobeses, de los justicialistas de esta provincia y, cuando seamos gobierno, tendrá mi ayuda”. La frase del gobernador no fue gratuita: el duhaldismo cordobés tiene serias dificultades en integrarse para las elecciones de octubre cuando se elijan los cargos legislativos, y produjo, entre los hombres de Roggero y Mondino, caras de felicidad. El precandidato también tuvo un tiempo para referirse a la probable alianza con Domingo Cavallo. “No hay nada acordado. El no es parte de nuestro proyecto”, dijo antes de aclarar que sólo podría alcanzar un acuerdo si en las elecciones de octubre tenemos que ir a una segunda vuelta.” “Algo que seguramente no ocurrirá”, se entusiasmó. La gira por el sur de Córdoba sirvió como debut del nuevo jefe de campaña, el actual presidente del consejo permanente de la OEA, Julio César Aráoz. “Chiche”, como lo llaman propios y extraños, cultiva un muy, muy bajo perfil. “Sólo vengo a colaborar con estos excelentes equipos que están trabajando de forma estupenda”, suele decir el ex interventor de Tucumán en referencia a los grupos de campaña del binomio. El que fuerajefe de la campaña de Menem en 1995 se siente con autoridad para afirmar que “el Presidente terminará dándose cuenta de que su etapa ha llegado a un punto final y esto no es malo, forma parte de las etapas de un político”.
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