Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


MARCHAS A PLAZA DE MAYO, TRIBUNALES Y EDUCACION
Los estudiantes no aflojan

Mientras la UBA hizo una presentación judicial para frenar el “tijeretazo” al presupuesto, ayer se multiplicaron los cortes de calles y las clases públicas. Hubo un “escrache” a Favaloro.

na05fo01.jpg (11681 bytes)

t.gif (862 bytes)  “Recurrimos a la Justicia para que declare la inconstitucionalidad de este disparate que ha cometido el Poder Ejecutivo”, anunció ayer Oscar Shuberoff, el rector de la Universidad de Buenos Aires, mientras entraba en Tribunales. Al pie de las escalinatas, “la UBA no se cierra”, coreaban a los saltos cientos de estudiantes, profesores y no docentes. Hasta los decanos de todas las facultades cantaban, mientras acompañaban al rector en la presentación judicial que hizo para frenar la reducción presupuestaria. El reclamo universitario cumplió ayer su cuarto día sin perder empuje: los cortes de calles, las facultades tomadas, las clases populares y las manifestaciones volvieron a recorrer, de la mañana a la noche, toda la ciudad.
“Si este atropello se concreta, la UBA se cierra, no porque queramos, sino porque nos dejarán sin el dinero para poder funcionar”, reiteró Shuberoff. Al mediodía, cientos de universitarios marcharon desde la Plaza Houssay y diversas facultades hacia Tribunales, para secundar el reclamo de nulidad del decreto que cercenó el presupuesto educativo en más de 280 millones de pesos y el de la UBA, en 17 millones. Patrocinado por Andrés D’Alessio, decano de Derecho, y otros profesores, Shuberoff solicitó una medida de no innovar, aduciendo que una universidad cerrada, sin docentes ni alumnos y con sus institutos clausurados “es una realidad imposible de revertir”. La UBA fundó su petición en que no existían causales de necesidad y urgencia para decretar un recorte. Y en que no se cumplió el requisito constitucional que exige la firma del decreto por parte de todos los ministros, ya que Decibe no lo suscribió. A su vez, dos alumnos de Derecho solicitaron otra medida cautelar: Mariano Heller, del centro estudiantil, y Alejo Monner Sans, consejero directivo.
Desde Tribunales, los universitarios marcharon hasta el Palacio Pizzurno, “para hacerle una despedida simbólica a Decibe”, comentó Pablo Javkin, de la FUA. Los cortes de calles volvieron un caos el tránsito porteño. Por la mañana, alumnos y docentes de las facultades de Agronomía y Ciencias Veterinarias ocuparon el cruce de la avenida San Martín y Chorroarín. Al mismo tiempo, Córdoba era interrumpida frente a la Plaza Houssay, entre Junín y Uriburu, al igual que Paraguay, por estudiantes, docentes y empleados de Medicina, Farmacia y Ciencias Económicas. A pocas cuadras, Callao y Marcelo T. de Alvear eran cortadas por alumnos secundarios de la Escuela Superior de Comercio “Carlos Pellegrini”. Por la tarde, hubo otra tanda de asambleas en la calle: de nuevo alrededor de Plaza Houssay; también sobre Angel Gallardo y Corrientes, obra de la gente de Ciencias Sociales; y sobre Figueroa Alcorta, a metros de Derecho. Por su lado, desde Filosofía y Letras marchó una columna hasta plantarse en Acoyte y Rivadavia. Cuando caía la tarde, hubo una clase pública frente a la Fundación Favaloro y, luego, otra en la Plaza de Mayo, que concentró a estudiantes de Ciudad Universitaria (ver aparte). Hasta anoche, estaban tomadas las facultades de Medicina, Filosofía, Exactas y todas las sedes del CBC.
Mientras se aguarda a la Justicia, las esperanzas universitarias están fijas en el Congreso. Shuberoff dijo que se pedirá a todos los legisladores que “no se dejen atropellar y rechacen el decreto del Poder Ejecutivo”. Además, el Consejo Interuniversitario Nacional, que nuclea a los rectores universitarios, llamó a un plenario extraordinario para el lunes. También resolvió apoyar el proyecto de ley presentado por el diputado Eduardo Mondino (PJ), que rechaza el ajuste. Para la semana próxima, Conadu convocó a un paro docente de 48 horas desde el lunes. Y los estudiantes, a una marcha de la UBA para el martes.
“No se puede escribir un discurso progresista y servir al mismo tiempo a un gobierno cuya política para la educación es la exclusión”, concluyó Shuberoff, sobre la renuncia de la ministra Decibe. Desde la FUBA, Gustavo Fernández Russo fue más duro: “Después de aguantar todo tipo de ataques a la educación, Decibe se va ahora que el Gobierno termina su mandato. En cualquier momento la vemos con otro candidato a presidente”. Tras la caídade la ministra, la comunidad universitaria ya encontró dónde posar su mira: “Ahora vamos por Roque”, anunció Fernández Russo.

 

CLASES EN LA CALLE NO APTAS PARA CARDIACOS

“Favaloro hipócrita”

“Educación pública por siempre. Favaloro hipócrita”, escribe un alumno cada vez que la marcha de estudiantes se detiene. Encabezados por la FUBA, alumnos de Medicina, Nutrición, Enfermería, Obstetricia, Kinesiología, Fonoaudiología, Farmacia y Bioquímica marchan hasta Belgrano y Entre Ríos, para hacer una clase pública y un escrache frente a la Fundación Favaloro. A las 17, ya habían hecho un abrazo simbólico a la manzana donde funcionan sus facultades. “No me gustaría que a mi nieto le impidan estudiar porque no tiene para pagar una privada”, dice una señora, al paso de la columna donde se suman maestras del jardín maternal de Farmacia, alumnos de la Escuela Nacional de Arte Dramático, de la sede Uriburu del CBC, y cien personas sin techo de “El refugio de los pobres”. “No se cierra, la UBA no se cierra”, corean. Pero al llegar a Belgrano todos callan. “En la fundación hay gente internada y no queremos molestarlos”, explica Hugo Fernández, de la FUBA. Tomados de la mano, los estudiantes se sientan a metros de la fundación, tras una bandera que pide al cirujano cardiovascular que “defienda la universidad pública”. Allí, Alberto Boveris, ex decano de la Facultad de Farmacia y Bioquímica, se las ingenia para dar una clase pública sin micrófono ni altoparlante. El equipo de sonido se había quedado atascado en el caos vehicular. “No tener educación y no tener salud es no tener futuro para el país”, dice. Después, leen una carta a Favaloro. “Siendo uno de los más destacados y reconocidos egresados de una universidad nacional, sus dichos nos producen una gran desilusión y nos preguntamos qué hubiera pensado usted si, cuando era estudiante, se cerraba la universidad por exceso de profesionales”. Tras declarar a Favaloro “persona no grata”, la columna sigue camino hacia Plaza de Mayo.


Sexo en la plaza

“Les voy a dar una clase pública sobre sexo –les anuncia a los estudiantes, el profesor Lino Baragnao, titular de Química Biológica–. Es teórica, lamentablemente. La práctica corre por su cuenta.” Son cerca de las 18.30. Son cientos los que escuchan desde el pavimento de Hipólito Yrigoyen, al lado de la Plaza de Mayo. “Es el único tema que podía mantenerlos a todos quietos”, certifica Luciana. Los primeros en llegar fueron los de Ciencias Exactas, Arquitectura y el CBC. En tren, desde Ciudad Universitaria y desde Retiro. Llegaron al ritmo de “Traigan al gorila musulmán”. Allí, se suma el centro de estudiantes del colegio Nicolás Avellaneda, más guardapolvos blancos y hasta un grupo de obreros de la Terminal Portuaria Nº 6. Desde un andamio que bordea la vereda, pancartas de “Carlitos entregá ya el presupuesto” festejan las ocurrencias del profesor Baragnao. Incluso en el operativo policial –que mantuvo vallas todo el día– se dibuja alguna sonrisa. “Hay una gran voluntad y está bien porque esto viene para largo”, dice Sergio, de Exactas. De hecho, mañana a las 9.30 habrá una clase pública de Biología Molecular en Cabildo y Juramento. El sexo lleva ya una hora cuando una nueva columna irrumpe por Diagonal Sur: son los centros que vienen de escrachar a Favaloro. La clase los recibe de pie. “La UBA no se cierra”, corean todos, por si quedaba alguna duda. Un travesti enarbola su propia suerte: “Gracias a la UBA, soy abogado”. Hay bombos y bombas (de estruendo). Desde el fondo se pide silencio. “Vamos que hay que terminar”, bromea el profesor Baragnao, de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. “¿De qué es la clase?”, indaga una recién llegada. “De sexo”, responde un coro desde el piso. “Ah, qué lindo”, dice la chica y se acomoda como puede.

 

PRINCIPAL