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LA EXCUSA OFICIAL DE LA OTAN POR EL ATAQUE A LA EMBAJADA CHINA EN BELGRADO
Tienen razón, pero seguimos bombardeando

“Fue un error de inteligencia.” Así se defendió ayer la OTAN para explicar el bombardeo de la embajada de China en Belgrado. La información equivocada fue atribuida a la CIA. Anunció que continuará la acción militar.

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Página/12
en Bélgica

Por Eduardo Febbro
Desde Bruselas


t.gif (862 bytes)  La Alianza Atlántica volvió a saborear ayer el gusto de los peores días cuando tuvo que dar una explicación oficial para justificar los tres misiles que cayeron el viernes sobre la Embajada de China en Belgrado. A diferencia de la parquedad con los siete –errores colaterales– precedentes, esta vez la OTAN detalló las razones que llevaron a confundir la representación diplomática china con la Dirección general del armamento yugoslavo. Amparándose bajo el escudo de una declaración conjunta del Secretario de Estado norteamericano de Defensa, William Cohen, y del jefe de la CIA, George Tenet, Jamie Shea, portavoz de la OTAN, dijo que no se trató “ni de un error mecánico, ni del error de un piloto. Es, claramente, una información errónea la que engendró el error en la definición del objetivo inicial”.
El mismo texto citado en Bruselas indica que “los extensos trámites de verificación para seleccionar y validar los blancos no corrigieron el error inicial”. El recurso al documento de Cohen y Tenet como base de la defensa puso en evidencia el intento de los dirigentes de la OTAN por salvar a quienes, en principio, estaban más comprometidos por el “error”, en particular el jefe supremo de las fuerzas de la OTAN, el general Wesley Clark. Tal vez algún día la historia aclare por completo el episodio que hizo que el organismo de defensa multilateral más poderoso de la historia bombardeara la embajada de uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. En Bruselas, la Alianza aclaró que como se trataba de un problema derivado de los “servicios de inteligencia” seguramente “no habrá informaciones suplementarias. Las cuestiones ligadas a los servicios de inteligencia deben permanecer secretas en período de guerra”. El Secretario general de la OTAN, el español Javier Solana, defendió con uñas y dientes al organismo que dirige y desmintió que el error de objetivo vaya a acarrear sanciones contra uno o varios dirigentes de la Alianza. La OTAN, en suma, se protegió políticamente a sí misma dejando la responsabilidad del bombardeo en manos de los servicios de inteligencia.
El portavoz militar de la OTAN, el general alemán Walter Jertz, descartó como “meras especulaciones” los rumores que circularon en la capital belga según los cuales los occidentales fueron víctimas de un “agente doble”. Los expertos y los embajadores de la OTAN estuvieron más silenciosos que en otras ocasiones. Un velo de vergüenza parecía cubrir las declaraciones de unos y otros en medio de una ola de interpretaciones de todo tipo para darle una explicación a lo inexplicable. Algunos expertos llegaron hasta decir que los aliados utilizaron un mapa viejo de Belgrado y que ello los había inducido al error.
La pregunta que permanecerá sin respuesta consiste en saber si se trata de una “incompetencia mayor” de la OTAN o de una hábil estratagema de los aliados. Según un diario turco cuya versión circulaba en Bruselas, China estaba bajo la sospecha de suministrar informaciones sensibles a Belgrado. Las bombas no habrían caído entonces por error. Otros especialistas europeos en complot adelantan otra hipótesis. En realidad, los servicios de inteligencia no se han equivocado de blanco militar sino de cálculo horario: la embajada china debía estar vacía de noche y era pues posible “bombardearla de noche por error”. Quedan, sin embargo, dos informaciones que poco tienen que ver con el rumor: en los alrededores de la embajada china no hay ningún edificio importante. La otra es más inquietante: la televisión de la hija del Presidente yugoslavo Slobodan Milosevic, destruida hace quince días por la OTAN, reanudó con emisiones en chino.
Otro detalle falta en la argumentación final de los aliados. Ni la OTAN, ni los norteamericanos revelaron con qué tipo de carga estaban equipados los tres misiles que alcanzaron la sede diplomática. Según algunas especulaciones, los aliados estaban convencidos de que en el terreno que Belgrado vendió a Pekín para su Embajada había, debajo, un importante dispositivo logístico militar yugoslavo. Ninguna explicación despeja otro interrogante: suponiendo que hubo “un error” de inteligencia o una falsa información, cómo aceptar que los aliados no se dieran cuenta de que sus misiles iban derecho a la Embajada de China donde tantos diplomáticos occidentales suelen asistir a cócteles y recepciones a la mejor usanza en los círculos de la diplomacia mundial.

 

Un descanso para Belgrado

Belgrado, la capital yugoslava, no sufrió ningún bombardeo en el día de ayer. Los objetivona16fo01.jpg (16288 bytes) de la OTAN se concentraron en ciudades del centro de Serbia y en la provincia de Kosovo. Fueron atacados los aeropuertos de Nis y 0de Pristina, puentes de carreteras en Nis y Cuprija y un puente ferroviario en Maglic, según fuentes de la Alianza Atlántica. También fueron alcanzados depósitos de petróleo, sedes militares y ocho estaciones de transmisión de televisión y radio. En el plano diplomático, el enviado ruso para los Balcanes, Viktor Chernomyrdin, volvió a Moscú luego de varias reuniones mantenidas en estos días en Bonn. En un principio se había informado que Chernomyrdin iba a viajar a Belgrado.



El amigo sudafricano

“El presidente yugoslavo Slobodan Milosevic puede instalarse en Sudáfrica si decide huir de su país”, aseguró ayer su homólogo sudafricano Nelson Mandela. Mandela reaccionó así a informaciones publicadas por el Times de Londres según las cuales Milosevic planearía refugiarse en Sudáfrica de verse obligado a aceptar un acuerdo de paz con la OTAN. El Times de Londres afirmó este fin de semana que Milosevic había transferido secretamente los haberes de su familia a Sudáfrica, mediante medios empresariales chipriotas, israelíes y griegos, y que intentaría lograr asilo en este país. La fortuna del líder serbio está valuada en unos mil millones de dólares. “No es un crimen invertir en cualquier país”, afirmó Mandela.
Sin embargo, el presidente sudafricano consideró que, si el dinero fue adquirido ilegalmente, habría una investigación y el caso sería discutido con el gobierno legítimo de Yugoslavia.

 

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