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LA CORTE RATIFICO LA SENTENCIA QUE LO INHABILITA 13 MESES
Chila, a jugar a otro lado

La sentencia de 1996 quedó firme y el arquero paraguayo se irá al exterior. El presidente de Vélez, Raúl Gámez, pidió el indulto de Duhalde y criticó a Menem, iniciando una disputa pública con Corach. El debate sobre la discriminación.

Deseo: “A los señores de la Corte, mi agradecimiento; este fallo no hace más que acelerar el deseo de actualizar mi trayectoria internacional.”

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t.gif (862 bytes)  La Corte Suprema de Justicia de la Nación rechazo un recurso de apelación en la causa que condenó en 1996 a José Luis Chilavert a trece meses de inhabilitación deportiva y tres meses de prisión en suspenso, con lo que la sentencia quedó firme. El arquero paraguayo criticó al Gobierno al recordar que “en la Argentina pueden caminar libremente asesinos”, en referencia a su compatriota el general golpista Lino Oviedo, y anunció que se irá del país. “A los señores de la Corte les doy mi agradecimiento, a pesar de que cometieron un grave error, porque este fallo no hace más que acelerar el deseo de actualizar mi trayectoria internacional”, dijo. Mientras el ex fiscal de la causa reveló ayer que “la condena se habría evitado si el arquero hubiese acordado con la fiscalía y admitido los cargos y las pruebas en su contra”, el titular de Vélez, Raúl Gámez, insinuó que la confirmación de la sentencia es parte de una campaña política contra su club, pidió un indulto del gobernador Eduardo Duhalde y de paso acusó al presidente Carlos Menem de estar llevando “el país a la quiebra”, iniciando una polémica con el ministro del Interior, Carlos Corach (ver aparte). Accediendo a los deseos del arquero, Vélez lo cederá a un equipo de otro país por un año.
La decisión de la Corte se aceleró hace ocho días, cuando el procurador general de la Nación, Nicolás Becerra, le pidió una resolución en la causa de Chilavert, que había sido condenado en 1996 a raíz de los incidentes protagonizados el 3 de abril de 1994, al término del partido entre Gimnasia de La Plata y Vélez que dirigió Guillermo Marconi, cuando varios integrantes de ambos clubes intercambiaron golpes de puño y patadas (ver aparte). En lo que resultó la primera aplicación de la Ley de Prevención y Represión de la Violencia en Espectáculos Deportivos (que ampliaba la ley conocida como “ley De la Rúa”), el juez Ernesto Domenech condenó a Chilavert y absolvió entonces a Omar Asad.
Entonces, el fiscal de la causa, Octavio Sequeiros, le dijo a Página/12, que Chilavert era distinto ante la ley: “Si usted es extranjero debe observar mejor que nadie la ley del país”, señaló en setiembre de 1996. Ayer, Sequeiros reveló que si Chilavert hubiera llegado a un acuerdo con los acusadores “nos habría dado la posibilidad de gestionar ante el gobernador Duhalde, que tiene facultades constitucionales, una reducción de la pena e incluso el perdón. Pero él no lo aceptó”.
Considerándose discriminado por su nacionalidad, el arquero apeló. La Cámara de Apelaciones de la provincia ratificó el fallo, una nueva apelación llevó el caso a la Corte provincial, y por último a la Corte Suprema, donde, según Guillermo Marconi –a quien Chilavert acusa de operar el fallo en su contra– el recurso nunca debió haber llegado “por tratarse de una causa por lesiones leves, que normalmente no puede pasar de la Cámara de Apelaciones provincial”.
La Corte desestimó “in límine”, con la firma de los ministros Bossert, Belluscio, Nazareno, Petracchi y Boggiano, la apelación, fundándose en el artículo 280 del Código Civil, que señala que “la Corte, según su sana discreción, y con la sola invocación de esta norma, podrá rechazar el recurso extraordinario, por falta de agravio federal suficiente o cuando las cuestiones planteadas resultaren insustanciales o carentes de trascendencia”.
Al ser rechazada la apelación, la sentencia vuelve a la instancia de origen, que deberá reiterarla, recordar sus alcances y determinar la fecha en que deberá comenzar a cumplirse en calidad de suspenso; la inhabilitación para jugar es de cumplimiento inmediato.
Tras anunciar que podría “ir a un club que está cerca de Italia”, Chilavert lamentó “que un país como Argentina tenga a un ex golpista (por Oviedo) y asesino de gente muy joven de Paraguay deambulando por las calles de Buenos Aires”. El arquero opinó que “la Argentina se merece políticos serios, porque estamos cansados de las injusticias. Creo que deben recapacitar, porque en Córdoba hay un chico que se robó un peso y sigue preso”. Chilavert evitó emitir un juicio hasta no hablar con sus abogados, y se presume que hoy realizará una declaración formal. Respondió con un lacónico “no sé” cuando se le consultó si pensaba que había “algo raro” en la sanción. “¿Factura de qué? –se preguntó–. No soy traficante de drogas, no soy evasor, no soy contrabandista. Seguramente, Oviedo tiene muchos millones de dólares que no se sabe de dónde vienen. Pero por ahí le da una mejor imagen a la Argentina que la que le puede dar Chilavert”, disparó.
La única instancia que le quedaría a Chilavert sería presentarse en Washington ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para recurrir al Pacto de San José de Costa Rica, que si bien no tiene competencia jurídica para revocar las decisiones de las Cortes Supremas de los países signatarios, puede penar con el pago de indemnizaciones de carácter económico al Estado que viole alguno de los puntos del acuerdo. Para Gámez, “apelar allí sería muy largo, el indulto del gobernador Duhalde es la solución más rápida”.

 

¿Es discriminatorio el fallo contra el arquero?

“Unaconsideración subjetiva”
Por Daniel Barberi *

No importa si estamos hablando de José Luis Chilavert o de un obrero de la construcción paraguayo. Se trate de la persona de que la se trate, hay dos temas a tener en cuenta: la evaluación jurídica y el modelo de la relación social en el que está inserto el extranjero. Estos temas no siempre van juntos. Lo que siente Chilavert en términos de relación social probablemente sea cierto, y es lo que sienten la mayoría de las personas que se mudan a un país que les es extraño: la sensación de rechazo es legítima. Sin embargo, lo que hay que ver es si hay elementos jurídicos que prueben que el arquero realmente fue discriminado. Si está convencido de eso, tiene que iniciar acciones apoyándose en la legislación que hay para esos fines. Si no lo hace, lo suyo es sólo una consideración subjetiva que no tiene valor judicial.

* Director del Centro de Denuncias contra la Discriminación del Foro de ONGs contra la discriminación.
“No es un acto de xenofobia”
Por Simón Lázara *

Me parece un despropósito absoluto: o se sanciona a todos o no se sanciona a nadie, no se puede penar a un solo individuo, pegándole en la cabeza con todo el peso de las normas legales, en tanto en la cancha de Boca, enfrente de la televisión, pateaban a gente y esas personas fueron puestas en libertad. La pena puede considerarse un error pero nunca un acto de discriminación xenófoba. Es un error en el criterio, porque no hay un criterio realmente sancionatorio para la violencia en el fútbol, se la está dejando avanzar. Que se tome a un chivo expiatorio no me parece lo correcto.

* Vicepresidente de la APDH.
“La motivación fue sólo la ley”
Por Néstor Blondi *

Normalmente, cuando en un asunto en el que interviene la justicia represiva, deriva una sanción, la ciudadanía debería tomarlo como algo común. Esto es lo que debiera suceder en los casos en los que hay una conducta que tiene relevancia penal y merece algún tipo de castigo. Difícilmente los interesados admitirán públicamente que la sanción está bien o que es una pena correcta, así que la gente debe aceptar que esto es lo que tiene que ocurrir y que la Justicia, de probar que el ilícito sucedió, debe aplicar una sanción razonable al delito cometido. Lo de la inhabilitación tiene relación directa con su profesión ya que fue durante el desempeño de sus funciones cuando cometió la falta, éstas son penas adicionales que se aplican en forma conjunta. Uno debería suponer que todo se desarrolló normalmente y no tengo por qué dudar de que haya habido alguna otra motivación que no sea la aplicación de la ley, no tendríamos que dudar de que la Justicia actuó en forma correcta y no creo que esta sanción esté ligada a un acto de discriminación.

* Ex juez federal.
“No era un caso para la Corte”
Por Ricardo Monner Sans *

La Corte se pronunció invocando el artículo 280 del Código Penal. Por la índole de la cuestión, en esta oportunidad, coincido con la Corte Suprema. Este no era un caso de cuestión federal como para que llegara a la Corte, ni de una trascendencia tan importante como para que la Corte, que es un órgano de excepción, tuviera que abocarse al caso. Los organismos naturales para juzgar, en el acierto o en el error, debieron ser, y fueron, el Juzgado de Primera Instancia y la Cámara de Apelaciones de la provincia de Buenos Aires. No creo que los apellidos definan la sustancia de los problemas, porque sigo creyendo que todos debemos ser iguales ante la ley. No me parece que se justificara la intervención excepcional de la Corte Suprema. No comparto la visión de los que sostienen que es una doble sanción para un mismo hecho. Es un caso parecido al del conductor que accidentalmente atropella a un individuo: se le aplica una condena, que puede ser en suspenso o no, y además se le quita temporalmente la licencia para conducir; por eso un solo ilícito puede generar doble consecuencia. Pero no es un doble castigo por un mismo hecho.

* Abogado.


 

Gámez-Corach, el round político de la sentencia

Gámez, presidente de Vélez, defendió a Chilavert y sugirió una campaña política para perjudicar al club.
El ministro Corach salió en defensa del presidente y del fallo, y criticó exageradamente a Gámez.

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t.gif (862 bytes) Luego de que el presidente de Vélez, Raúl Gámez, sugiriera que la sanción recibida por el arquero José Luis Chilavert es parte de una campaña política que busca perjudicar al club de Liniers, argumentando que al gobierno nacional le molesta que Vélez se niegue sistemáticamente al proyecto de transformar los clubes en sociedades anónimas, el ministro del Interior, Carlos Corach, salió en defensa del presidente de la Nación, Carlos Menem –al que Gámez acusó de estar llevando “al país a la quiebra”– considerando “irresponsable la pretensión” de Gámez “de erigirse en crítico de la gestión de gobierno, tratándose del representante de una masa societaria sin color político”.
Gámez había señalado al Presidente como el impulsor de la transformación de “los clubes en sociedades anónimas, y es alguien que está llevando el país a la quiebra –había disparado Gámez–. Estoy herido, porque están tratando de perjudicar hasta a Vélez. Acá no se trabaja con intermediarios, no desaparece el dinero, no le decimos siempre que sí a la televisión”, justificó el titular de Vélez.
“El Presidente no quiere transformar a los clubes en sociedades anónimas –señaló Corach–, sino aportar soluciones a una crisis que Gámez intenta ignorar y que ya ha llevado a la quiebra a varias instituciones deportivas.”
Entre los responsables de la supuesta maniobra en contra del arquero, Gámez mencionó al ex árbitro Guillermo Marconi, quien dirigió el partido Gimnasia-Vélez que originó la sentencia. “Se armó una denuncia con testigos que estaban en la tribuna y no podían ver lo que pasaba en el túnel. Alguien se ensañó en perseguirlo a Chilavert, y puede haber sido Marconi, que siempre siguió muy de cerca el tema por su condición de abogado y periodista. Se nota que es una persona que tiene poder. Marconi nos muestra quién fue uno de los que armó esto. Ahora debe estar feliz, porque siempre estuvo en contra de Vélez y de Chilavert.”
Corach salió en defensa de la decisión de la Corte y lamentó que Gámez, “en lugar de exigir a sus empleados un comportamiento decoroso, intente proteger a quien transgrede la ley hablando de temas que ignora”.
Como consecuencia del fallo, Chilavert no podrá actuar en Argentina durante 13 meses, por lo que la dirigencia de Vélez piensa en negociarlo. “Es muy probable que Vélez decida prestarlo a otro club del exterior, pero sería un atrevimiento ahondar más detalles porque hay que hablarlo en comisión directiva”, puntualizó Gámez, aunque lamentó que este acontecimiento rebaje la cotización del arquero. “Mientras los culpables de la violencia en el fútbol entran a la comisaría por una puerta y salen por otra, se condena con gran dureza a un jugador”, completó.
Ya más relajado, Gámez reconoció que espera la llegada del mes de noviembre, fecha en que termina su mandato, para alejarse del club. “Siento que le estoy haciendo daño a Vélez a través de algunas decisiones y ojalá llegara noviembre mañana mismo para no estar más en esto del fútbol”, comentó.

 


 

AGREMIADOS VA AL AUXILIO DE CHILAVERT
“Sanción muy severa”

t.gif (862 bytes) El secretario general de Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA), Sergio Marchi, sugirió que la inhabilitación judicial por 13 meses al arquero de Vélez Sársfield, José Luis Chilavert, es discriminatoria al afirmar anoche que “en la Argentina no se trata a todos los jugadores por igual”. Para el gremialista, ésta “es una sanción muy severa, atípica y demasiado dura. Es evidente que en este tema incidieron otros factores”.
Marchi aclaró que su organización “respaldará gremial y legalmente a Chilavert en todo lo que necesite”, y aclaró que si bien “en Agremiados no se conoce en profundidad el contenido de la resolución, desde ya habrá un apoyo incondicional al jugador”, que durante el último paro dispuesto por el gremio, en febrero pasado, fue el futbolista que más criticó la medida.
Marchi se reunió ayer a las 17 y por espacio de tres horas y media con sus colegas Carlos Della Savia, Carlos Pandolfi y Jorge Domínguez y los abogados de Agremiados, Juan Carlos Suñé y Juan Confalonieri, en la sede de la entidad, para estudiar el caso.
Al término del encuentro “en el que no se trató solamente el tema Chilavert, sino otros referidos a la futura organización del fútbol argentino”, Marchi también comentó que se había comunicado este mediodía con el arquero y el presidente de Vélez, Raúl Gámez.
“Apenas nos enteramos del fallo de la Justicia a través de los medios de comunicación, Carlos Pandolfi (padre del delantero velezano Fernando), llamó a Chilavert y después a Gámez para ponerse a su disposición”, apuntó. “Pero Chilavert nos dijo que se seguirá manejando con los mismos abogados con los que lo viene haciendo desde que se sustanció la causa”, aclaró.
Agremiados fue uno de los primeros en enterarse de la novedad, ya que al mediodía, cuando la noticia no había podido ser confirmada oficialmente en ámbitos judiciales, los sindicalistas manejaban información fluida sobre el tema, manifestando su sorpresa. La misma información que manejaban el presidente Gámez y el ex árbitro Marconi.

 


 

COMO SE ORIGINO LA CAUSA
Aquel partido en La Plata

t.gif (862 bytes) Aquel partido entre Gimnasia y Vélez, en La Plata, el 3 de abril de 1994, no arrancaba con los mejores augurios. En el partido de ida, en setiembre de 1993, jugado en Liniers, Roberto Trotta (ex Estudiantes) había festejado su gol con un corte de manga a la hinchada de Gimnasia, que esperó la revancha con ansiedad y se dedicó a hostigar al defensor y a Chilavert durante todo el partido, que fue muy duro y que los locales ganaron 3-2.
Sobre el final, el árbitro Guillermo Marconi expulsó a Mauricio Pellegrino y Guillermo Sanguinetti por agresión mutua. Cuando, terminado el partido, los jugadores de Vélez ingresaron en la manga de acceso al vestuario, se armó el escándalo. Según los testigos, Chilavert le pegó de atrás a Sanguinetti luego de que Sergio Dopazo, jugador de Gimnasia pero vestido de civil, hiciera lo mismo con Trotta, y Omar Asad se sumaba a las trompadas.
El arquero fue denunciado ante la Justicia por el utilero Fernando Castro Acosta, quien dijo haber sido agredido por el paraguayo en el tumulto. En el fallo que emitió cuatro días después el Tribunal de Disciplina de la AFA, luego de escuchar un extenso informe de Marconi, Dopazo recibió 9 partidos de suspensión, contra siete de Chilavert, dos de Sanguinetti y uno de Pellegrino. El arquero había declarado ante el Tribunal el martes 5, y a la salida de la AFA aseguraba que “en la Argentina hay racismo contra los extranjeros. Es falso que yo le haya pegado a Sanguinetti, porque yo no agredí a nadie”.

 

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