Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


LA CUPULA DEL CENTRAL, PROCESADA POR LA CAIDA DEL PATRICIOS Y EL MAYO
A Pou se le devaluó el poder

El presidente del Banco Central quedó procesado bajo los cargos de abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público. También se lo acusa de “antisemitismo”. El Senado estudia su juicio político.

na03fo01.jpg (7628 bytes)
Pedro Pou, presidente del BCRA. No tuvo éxito con su argumento de que no son judiciables sus actos.

Por Adriana Meyer

t.gif (862 bytes) El juez federal Gabriel Cavallo procesó al presidente del Banco Central, Pedro Pou, y a todo su directorio por incumplimiento de los deberes de funcionario público y abuso de autoridad. El magistrado los consideró responsables en la caída del Banco Patricios y en la posterior absorción de esa entidad por el Banco Mayo. Tras mencionar casos similares (bancos Medefin, Mayorista del Plata, Feigin, BID y Mayo), el magistrado entendió que “tamaña coincidencia” no responde a una mera negligencia sino a “un aparentemente deliberado y grosero retardo en cumplir con las funciones que le son propias” al BCRA.
La causa se había iniciado por una denuncia de los diputados socialistas Alfredo Bravo, Héctor Polino y Jorge Rivas. Con las declaraciones que tomará el juez Cavallo en los próximos días, las imputaciones contra Pou podrían alcanzar a las “actitudes antisemitas” que habría tenido con respecto a las entidades de origen judío, como fue mencionado por los legisladores en su denuncia.
En su pedido de nulidad de la indagatoria, Pou sostuvo que “es siempre muy difícil de determinar la oportunidad de la suspensión de un banco, pues debe tenerse en cuenta no sólo la posibilidad de que supere los problemas por sus propios medios, sino también el impacto de la suspensión sobre el resto del sistema financiero”. El funcionario argumentó en su defensa que la carta orgánica del BCRA no fija momento ni criterio alguno para decidir sobre la suspensión de un banco.
Pou se había negado a declarar argumentando que “no entendía la imputación” y que sus decisiones habían sido “políticas” y por lo tanto no sujetas a ser sometidas a la Justicia. Cavallo en su resolución le respondió que esto es así “en la medida que no se vulnere ley alguna”, aunque ya le había contestado al rechazar el pedido de nulidad de la indagatoria planteado por el presidente del Central. “La actividad del BCRA no es ajena al sistema general de ‘frenos y contrapesos’ por lo que pretender establecer que las decisiones adoptadas por este organismo están exentas de control alguno es desconocer el espíritu de nuestra organización republicana”, retrucó el magistrado. “La doctrina de los ‘actos políticos no judiciables’ resulta poco feliz porque (...) no se está discutiendo si la decisión adoptada en un caso fue o no acertada o conveniente, sino si fue dictada o no respetando a la Ley”, concluyó.
El magistrado consideró que está probada la existencia objetiva de una situación de crisis en el Patricios, ya desde 1995, y que está suficientemente acreditado que el BCRA “habría tenido acabado conocimiento de importantes desvíos en el rendimiento de la entidad, en la medida que esta misma se los estaba informando a través de sus guarismos contables”. En este marco, según Cavallo, “resulta incomprensible que el directorio del BCRA no haya adoptado en tiempo oportuno los recaudos a que lo faculta su propia carta orgánica, con el objeto de proteger el normal desenvolvimiento del sistema bancario nacional”.
Durante la etapa de instrucción, también quedó comprobado que el Banco Mayo afrontaba una situación de crisis que lo privaba del perfil técnico adecuado como para afrontar la operación de transferencia parcial de activos y pasivos del Patricios. Esto surge de la misma información que el Mayo enviaba al BCRA, de los informes de sus inspectores, del perito Dell’Elce y del síndico Eduardo Lavagnino. El abuso de autoridad en el que han incurrido –según el juez– se relaciona con el dictado de una resolución contraria a la ley, por arbitraria. “La arbitrariedad de esa resolución reside en que se basa en el presupuesto objetivo inexistente o falso: la supuesta aptitud del Mayo para efectuar la operación”, escribió Cavallo. Pou y su equipo habrían tenido conocimiento de ello y optaron “deliberadamente por obviarlo”.
“¿Se ocupó el directorio de acceder y consultar la información de la Superintendencia? ¿Controló el Presidente que el Superintendente ejercieradicha supervisión? La respuesta es negativa. ¿Qué es lo que hace el BCRA con la información que debe publicarse dentro del sistema financiero? ¿Es información “irrelevante”, como pareciera desprenderse de la poca importancia que le asignan los imputados en sus descargos? ¿Qué tipo de investigación hace el BCRA sobre la base de esa información? A juzgar por lo expuesto, parece que ninguna”, reflexionó el magistrado.
Pou formulará en la fecha su descargo público. Mientras tanto, hoy empiezan a desfilar por el juzgado de Cavallo los directivos del Patricios, con Alberto Spolsky a la cabeza. Y en los próximos días el juez tomará algunas declaraciones testimoniales a personas que habrían escuchado de labios de Pou alguna consideración “antisemita” en relación al tratamiento de los bancos de la comunidad judía. De comprobarse esta actitud de Pou su situación podría agravarse con vistas a un futuro juicio oral.

 

Sin inmunidad judicial

El 3 de noviembre pasado, Página/12 reveló que el presidente del Banco Central propiciaba un proyecto de ley que le aseguraría inmunidad judicial a él y a todo el directorio del organismo. La iniciativa contaba con el visto bueno del Banco Mundial, que incluyó el tema como una de las condiciones dentro del acuerdo firmado con el gobierno argentino para el desembolso de los “créditos anticrisis” gestionados por Roque Fernández. Si hubiese prosperado ese proyecto, Pou no debería dar explicaciones por las escandalosas quiebras de los bancos Patricios y Mayo. Ni el manejo discrecional que realizó de fondos públicos, mediante redescuentos (préstamos) para auxiliar a entidades que estaban virtualmente quebradas, como el caso del Banco Medefin-UNB. El memo secreto del BM decía que no se podría juzgar a los funcionarios del Central “por las acciones que de buena fe hayan tomado en la consecución de sus deberes públicos”. El organismo internacional avanzó más allá en su deseo por proteger al funcionario cuando sugirió en otro documento, publicado por este diario, el 13 de noviembre, la creación de un fondo con recursos públicos que podría ser utilizado “en la defensa de los funcionarios contra las publicaciones de los medios de prensa escritas sin el debido fundamento”. En otras palabras, fondos públicos para querellar a la prensa. Pou dijo en su momento que no impulsaba estos proyectos porque, como lo beneficiaban directamente, “se me caería la cara de vergüenza. Esto es algo que exigen los organismos internacionales”, afirmó. Lo cierto es que la inmunidad para los funcionarios del FMI figura en el artículo primero del proyecto de reforma a la carta orgánica del Central que está bajo estudio del Senado.


 

EL SENADO ESTUDIA SU JUICIO POLITICO
Cargo a plazo fijo

t.gif (862 bytes) Los senadores de la Alianza y los justicialistas que responden a Eduardo Duhalde están estudiando aprovechar el procesamiento a Pedro Pou para destronar al titular del Banco Central. Sabido es que ni los duhaldistas ni la oposición quieren a Pou como máximo rector del sistema financiero a partir del 10 de diciembre. Y que preferirían ubicar en ese puesto estratégico a un economista del propio riñón. Por eso, no debería sorprender que en los próximos días, ambos bloques impulsen un juicio político para evitar que Pou permanezca en el Central hasta el 2004, año en el que finaliza su mandato.
Enfrascados en sus propios vericuetos partidarios, ni el bloque oficialista ni el opositor le dedicaron tiempo ayer a analizar la suerte que Pou estaba corriendo en la Justicia. De todos modos, en diálogo con Página/12, varios senadores referentes del PJ y de la Alianza admitieron la posibilidad de valerse de la decisión judicial que compromete a Pou como cuña para sacarlo del Central. “El tema está todavía muy verde; no queremos tomar ninguna decisión a los apurones. Pero no tengo dudas de que en las próximas horas analizaremos la viabilidad de un juicio político”, comentó a este diario un senador del tronco duhaldista. Legisladores de ambas fracciones admitieron también que el futuro de Pou en el Central será evaluado en el máximo nivel dirigencial. Es que si bien Duhalde y De la Rúa admiten en privado que lo mejor para el próximo gobierno sería contar con un hombre de la propia escudería al frente del Central, tampoco desconocen que, con las turbulencias de los mercados como contexto, una señal equívoca a los financistas internacionales podría traerles dolores de cabeza.
El debate en torno de la figura de Pou trascendió los límites del Senado y se instaló en la Cámara baja. No bien conocida la noticia del procesamiento del banquero, un grupo de legisladores, entre los que figuraron Héctor Polino, Juan Baylac y Alfredo Bravo, presentaron un proyecto de resolución para que Diputados convoque a Pou con el objetivo de esclarecer puntos sobre las últimas caídas de entidades financieras. “Menem debe echar a Pou”, reclamó el diputado socialista Jorge Rivas. “La Justicia ha establecido que existe semiplena prueba de que incurrió en incumplimiento de sus deberes y en abuso de poder”, añadió. Anoche, voceros del Central dijeron que el funcionario formulará declaraciones públicas durante el día de hoy, presentando su descargo al procesamiento que le dispuso el juez Gabriel Cavallo.

 


 

QUIEN ES PEDRO POU, TITULAR DEL BCRA
Currículum con manchas

t.gif (862 bytes) “Tenemos más paciencia de la imaginada y damos mucho más de lo que muchos bancos merecen”, aseguraba Pedro Pou en 1995, cuando la crisis del tequila sacó de juego a algunas entidades chicas, en el medio de un fuerte cimbronazo del sistema financiero. Un año después, creó una comisión en el seno del Banco Central de la República Argentina, cuya función sería la de “cuidar la idoneidad moral y profesional” de los directores y gerentes de esas entidades. Casi un duro, a juzgar por aquellas declaraciones y esta iniciativa. O simplemente un autoritario, como lo calificaron más de una vez sus allegados.
Sin embargo, no es la intransigencia con los bancos, precisamente, lo que distingue a Pou, quien demostró que bien vale encubrir a una entidad si eso evita el riesgo de una corrida cambiaria. Para este mendocino, ingeniero agrónomo y economista, de 53 años, el fin bien parece justificar los medios. “Hay dos clases de funcionarios: los que cumplen con la ley y cuidan el currículum. Yo soy de los que cumplen con la función y no le importa si el currículum tiene manchas”, aseguró meses atrás.
Obtuvo en Chicago un doctorado en Economía y fundó el Centro de Estudios Macroeconómicos de la Argentina junto a Roque Fernández y el ex viceministro de Economía Carlos Rodríguez. Adhiere, como ellos, a la ortodoxia liberal. Pero se diferencia de los cofundadores del CEMA por su mayor destreza política y sólida ambición de poder.
Es, también, uno de los más osados del equipo económico. “El desempleo es un síntoma del éxito de este programa: la gente busca más trabajo porque los salarios reales aumentaron”, interpretó hace dos años ante Página/12 en vísperas de una de las asambleas anuales del Fondo Monetario Internacional. Su última y más resonante iniciativa es el proyecto de dolarización de la economía, que defendió con una firmeza y pasión poco comunes en el actual staff del Palacio de Hacienda. “Al eliminarse la moneda nacional, se elimina el riesgo cambiario”, justifica, desafiando las críticas más severas de todo el espectro político.

 


 

“Es triste cómo Menem quemó una buena idea”

Miguel Angel Broda, uno de los consultores más escuchados en la city, apoya la dolarización pero criticó la utilización política que hizo el Gobierno para ahuyentar el fantasma de una devaluación.

Miguel Angel Broda, consultor de Eduardo Duhalde y de Fernando de la Rúa.
También lo escucha Carlos Menem.
Participó de un seminario de dolarización junto a Miguel Kiguel, quien volvió a defender esa iniciativa.

na02fo01.jpg (11278 bytes)

Por David Cufré

t.gif (862 bytes) El economista estrella de la city, a quien Eduardo Duhalde y Fernando de la Rúa consultan para conocer de cerca las opiniones del establishment, cuestionó ayer la “utilización política” que hace el presidente Carlos Menem del tema de la dolarización. Sin embargo, Miguel Angel Broda recomendó al próximo gobierno avanzar en un acuerdo monetario bilateral con Estados Unidos. Esa definición anticipa la presión que tendrá la futura administración por parte de los sectores económicos más poderosos para que adopte al dólar como moneda.
El número dos del Ministerio de Economía, Pablo Guidotti, partirá hoy hacia Washington para participar de una serie de conferencias organizadas por el FMI. Allí continuará los contactos informales con las autoridades del organismo y con el gobierno estadounidense para seguir analizando la dolarización. El Gobierno volvió a la carga con esa idea ante la oleada de rumores de devaluación. Miguel Kiguel, jefe de asesores de Roque Fernández, ayer remarcó una vez más las “ventajas” que tendría pasar de la convertibilidad a la dolarización. Fue en un seminario organizado por la Universidad de Belgrano, del que también formó parte Broda.
“Desaparecería el riesgo cambiario que, a pesar de la firmeza con que sostuvimos durante ocho años la paridad con el dólar, aún existe. Eso nos ocasiona un sobrecosto en el endeudamiento en pesos. Con la dolarización, los inversores locales y extranjeros se sentirían plenamente seguros para invertir en la Argentina y no sufriríamos más el diferencial de tasas de interés”, aseguró Kiguel. No obstante, el funcionario señaló dos puntos adversos a la adopción de la moneda estadounidense. “En primer lugar, el Banco Central no podría ser prestamista de última instancia ante crisis financieras. En segundo término, dejaríamos de percibir el señoreaje de 800 millones de dólares anuales por tener depositadas nuestras reservas en bancos de inversión extranjeros.”
Para Kiguel, quien reveló el rumbo de las negociaciones actuales con la administración Clinton, “se debe buscar un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos para que el Banco Central pueda ser prestamista de última instancia, ya sea a través de la autorización de redescuentos de la Reserva Federal o de un sistema combinado con aportes del sector privado y de la FED”. Además, dijo, “hay que alcanzar otro acuerdo para compartir los derechos de señoreaje”.
A su turno, Broda afirmó que “Menem lanzó la propuesta en enero para frenar una eventual corrida contra el peso, después de que devaluó Brasil”. Según el economista, fue “triste cómo se quemó políticamente una buena idea, ya que se sugirió que la dolarización fuera una medida unilateral”. El consultor opinó que “se intentó ganar algo de credibilidad, y ahora se insiste con lo mismo porque estamos tan mal como entonces”. Sin embargo, Broda no cree que “se obtenga ningún beneficio con la dolarización sin un acuerdo con Estados Unidos, porque nuestro problema es que tenemos un prontuario horrible y los inversores no nos creen, hagamos lo que hagamos”.
En su exposición, Broda sostuvo que “hay que negociar con firmeza con Estados Unidos, de la misma manera que lo hizo México cuando se formó el Alca, a fin de que podamos compartir el señoreaje”. Según opinó “es difícil, pero es factible”. El economista alentó la propuesta de la dolarización porque “no confío en que los políticos tomen todas las medidas necesarias para bajar los costos de producción y mantengan a rajatabla el equilibrio fiscal”. Sin ello, enfatizó, la convertibilidad “no tiene destino”. Esa es también la preocupación del establishment.
“Lo que hace falta es un trabajo firme, una decisión de política de Estado, que llevará al menos cinco años para que dé frutos. No sirve de nada la utilización política que está haciendo Menem del tema para salir de una crisis coyuntural”, insistió Broda. A su entender, ni el duhaldismo ni la Alianza aceptarán que el actual gobierno tome una medida de tamañaenvergadura, que hipotecaría su gestión. “Ni Jorge Remes Lenicov ni José Luis Machinea van aceptar que el Gobierno avance con la dolarización, y así se está atentando contra lo que es un instrumento interesante”, concluyó.


 

EL BC INSISTE CON LA PROPUESTA DE DOLARIZACION
Que el peso se busque otro defensor

t.gif (862 bytes) Ayer, el mismo día en que se conoció su procesamiento, Pedro Pou volvió a la carga con su propuesta de eliminar el peso y adoptar el dólar como moneda nacional. En un largo artículo publicado por Clarín, repite argumentos que ya había expuesto, sosteniendo que, en definitiva, sólo se trataría de pasar de la actual dolarización de facto a una dolarización de jure. Para apuntalar su iniciativa vuelve a describir a la convertibilidad como un régimen que no logró suscitar “confianza plena”, y alude a la “gran vulnerabilidad externa” de la economía. Tratándose del presidente del Banco Central, estas afirmaciones parecen poco apropiadas para tranquilizar al mercado en momentos de fuerte agitación.
En la misma ofensiva pro supresión del peso se anotó Guillermo Calvo. “Yo le aseguro personalmente que el gobierno de Bill Clinton ve con simpatía la dolarización de la Argentina y con gusto trabajaría para lograrla”, dijo en un reportaje. Este economista argentino que enseña en la Universidad de Maryland revela que el 22 de abril fue invitado “junto con Alan Greenspan (titular de la Reserva Federal) y Larry Summers (prosecretario del Tesoro estadounidense) a hablar, en una reunión privada que hasta ahora no fue hecha pública, en el Capitolio exclusivamente sobre la dolarización”.
Según reseña Calvo, EE.UU. ve potable la dolarización, pero no para todos los países. La Argentina, de todas formas, es candidata, aunque “no hizo la propuesta”. Greenspan habría aclarado que, “si hubiera un problema posterior (que generara la dolarización), no se le podría echar la culpa a EE.UU.” Para entender las claves de su pensamiento, sirve otra de sus frases: “Hoy George Soros es más importante para el país que la CGT”.
A la vez, Domingo Cavallo volvió a atacar la propuesta de eliminar el peso, impulsada por Carlos Menem, Jorge Castro (Estrategia) y Pou. Cuando le preguntan a Cavallo si sabe que “muchos, entre ellos el ex viceministro Carlos Rodríguez, lo acusan de promover una crisis en los mercados para después presentarse como salvador”, él responde que ésa es “una interpretación aviesa, porque yo he explicado en todo el mundo que la moneda argentina no puede devaluarse... Acá los únicos que pusieron en duda la eficacia de la convertibilidad son Carlos Rodríguez y sus colegas que hablaron de la necesidad de dolarizar.”
A pesar de la ola de rumores de inestabilidad cambiaria, a los que contribuyó George Soros el viernes último, y del bajón en títulos públicos y acciones (ayer revertido), no hubo signos de una corrida contra el peso que explicase el nuevo envión de los partidarios de dolarizar. Esta medida extrema, que no logró consenso entre los economistas, condicionaría severamente al gobierno que asumirá en diciembre. Apartaría además a la Argentina de la senda de Brasil, afectando el desarrollo del Mercosur, y dañaría otras posibles estrategias respecto del área del euro y de Asia. Por esta razón, otros expertos recomiendan colocar en el horizonte una unión monetaria con los socios regionales, para negociar luego desde esta plataforma.

 

PRINCIPAL