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The Guardian de Gran Bretaña Por Suzanne Goldenberg Desde Nueva Delhi La pérdida de la aeronave se sumó a la humillación de la última incursión de Pakistán. El avión indio, un MIG-27, fue atacado por un misil disparado desde el lado paquistaní de la línea, cuando volvió para buscar al piloto perdido de un antiguo MIG-21 indio, cuyos motores habían fallado, según declaró un oficial de la fuerza aérea en Nueva Delhi. Esto fue una acción provocativa, dijo el vice mariscal del Aire, S.K. Malik. Resulta claro que el otro lado escaló este particular incidente. Y añadió: Tomaremos las medidas apropiadas. En Rawalpindi, el vocero del ejército paquistaní declaró que su país había derribado a ambos aviones dentro de su territorio, y había capturado a un piloto. Agregó que el otro piloto había muerto. Los aviones estaban bien dentro del territorio paquistaní, dijo el brigadier Rashid reishi. Le habíamos hecho una advertencia a la India. Malik concedió que en el terreno, donde no hay demarcación fronteriza en alturas de hasta 5500 metros, los aviones pudieron haberse estrellado en el lado paquistaní de la línea de cese del fuego. Ninguno de los relatos del segundo día de los ataques aéreos indios, contra lo que Nueva Delhi dice que es una fuerza invasora de militantes islámicos bien armados, pudo ser verificado de manera independiente. El terreno alrededor de la ciudad de Kargil es tan inhóspito que los puestos de observación de invierno están abandonados. Según Nueva Delhi, cuando los soldados indios regresaron con el deshielo de la primavera se encontraron con más de 600 guerrilleros atrincherados alrededor de las alturas estratégicas que miran hacia Kargil, en una calculada usurpación de tierras. India agrega que las tropas paquistaníes también están involucradas en la incursión que comenzó el 6 de mayo. Pakistán niega ambos cargos. Sin embargo, resulta claro que hubo un fracaso monumental por parte de la inteligencia india. Nueva Delhi está ahora decidida a castigar a los invasores con más poder aéreo, y con artillería terrestre que fue llevada a la región del norte. Esto es una guerra dijo el comodoro Subash Bhjwani en Nueva Delhi. No tenemos intención de cesar con los ataques aéreos hasta haber logrado nuestros objetivos. India y Pakistán regularmente intercambian fuego de artillería a lo largo de las 450 millas de la línea de cese de fuego que divide a Cachemira, especialmente durante el verano, pero ésta es la confrontación más seria, desde que ambos países realizaron una serie de ensayos de bombas nucleares hace un año. China pidió a los dos países que muestren moderación, aunque India sufrió sus peores pérdidas en Cachemira en muchos años, y EE.UU., Gran Bretaña y Francia han expresado inquietud respecto de la posibilidad de los dos países de controlar este tipo de conflictos en una era nuclear. Pero ninguno de los dos parece inclinado a echarse atrás, aunque India ha sufrido sus peores bajas en Cachemira en muchos años. El ejército dice que 120 soldados fueron muertos o heridos y 14 están desaparecidos. Aunque hasta ahora la opinión pública india apoya la operación, las pérdidas de ayer suscitarán dudas sobre lo acertado o no de usar poder aéreo, y sobre el supuesto de que los aviones de guerra indios podrían ahorrarle a lasfuerzas terrestres un ataque letal en las cumbres controladas por los invasores. Funcionarios en Nueva Delhi dijeron que aviones de guerra indios habían expulsado a los intrusos descriptos como endurecidos mercenarios afganos, de dos importantes alturas en el sector de Drass, y que los picos estaban cubiertos de cadáveres y heridos. Pero los funcionarios acusaron a Pakistán de haber actuado en represalia para defender a sus protegidos. El mayor general Mohan Bhandari dijo que el fuego de artillería intentaba encubrir una segunda ola de 400 invasores guiados por oficiales del ejército, que acampaban en la ciudad paquistaní de Gilgit.
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