Por David Cufré El aumento del desempleo
genera viento a favor para una nueva reforma laboral. Miguel Kiguel, jefe de
asesores de Roque Fernández, confirmó ayer que la tasa de desocupación volvió a
aumentar en la última medición de mayo, y reveló que la estrategia del Gobierno para
enfrentar la crisis ocupacional es insistir con la flexibilización del trabajo. El
funcionario no adelantó las nuevas cifras del desempleo, pero admitió que la caída de
la actividad económica hará que aumente la desocupación. Sin medias tintas,
Kiguel señaló que existe voluntad política para liberalizar el mercado laboral y
sin duda lo vamos a aprovechar. El anticipo tiene más sustento que el deseo de un
secretario de Estado. Por orden de Carlos Menem, la Jefatura de Gabinete y los ministerios
de Trabajo y de Economía preparan diferentes alternativas flexibilizadoras, algunas de
las cuales generan consenso dentro del duhaldismo y la Alianza.
La diputada justicialista Ana María Mosso presentó a fines de abril un proyecto de ley
para restablecer los contratos promovidos llamados basura por la
CGT y extender de uno a tres meses el período de prueba. La iniciativa durmió en
un cajón hasta que el Poder Ejecutivo comenzó a idear una estrategia para responder a la
suba del desempleo. Como explicó Kiguel, la mala noticia de la mayor desocupación
da oxígeno político para introducir cambios en el área laboral. La afirmación la
hizo ante la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en la Argentina.
El bloque justicialista de Diputados está dispuesto a analizar el proyecto de Mosso, o
algún otro proveniente del Poder Ejecutivo. Hasta ahora, los legisladores del oficialismo
se oponían a reabrir la discusión en materia laboral, luego de haber aprobado la reforma
diseñada por el entonces ministro Antonio Erman González. El cambio de actitud evidencia
que el tema avanza. Otra señal en esa dirección es la reunión que mantendrá mañana
Eduardo Duhalde con diputados de extracción sindical y un grupo de empresarios, entre los
cuales habrá gente del grupo Techint, para discutir la política laboral.
Conceptualmente, estamos de acuerdo en que deben existir mecanismos que ayuden a
contener el empleo en tiempos de crisis, comentó a Página/12 uno de los
economistas que trabaja en el equipo del gobernador bonaerense. Aunque prefirió no
mencionar la extensión del período de prueba o la reimplantación de los contratos
promovidos, esos serían algunos de los mecanismos que deben existir.
Duhalde quiere avanzar en el diseño de una política de Estado dentro del
área laboral, y para eso mantiene contactos con la Alianza, a través del ex ministro de
Trabajo de Alfonsín, Juan Manuel Casella. El próximo gobierno soportará presiones del
establishment para modificar las reglas de juego en el mercado de trabajo, y tanto Duhalde
como De la Rúa prefieren que esos cambios se introduzcan ahora, consensuados entre ambas
fuerzas políticas. De ese modo, cerrarían la discusión antes de que se convierta en un
dolor de cabeza para el próximo presidente.
Por otra parte, Roque Fernández mantuvo ayer un encuentro de dos horas con la secretaria
de Equidad Fiscal de la Jefatura de Gabinete, Carola Pessino, para impulsar una nueva
reforma laboral. La propuesta está en línea con el proyecto de Mosso y agrega un
capítulo referido a las indemnizaciones por despido. Economía propone la creación de un
fondo de capitalización, con aportes patronales y de los propios empleados, a una cuenta
individual. Los fondos que se van acumulando son los que después se utilizan para la
indemnización, en lugar del sistema actual.
El ministro de Trabajo, José Uriburu, comparte esa iniciativa, pero impulsa otra para el
corto plazo. A diferencia de la propuesta de Roque y del proyecto de Mosso, Uriburu no
comparte la idea de reinstaurar los contratos promovidos, ya que eso genera muy mala
prensa. Sin embargo, analiza flexibilizar las condiciones del contrato a término,
que en la actualidad sólo puede ser utilizado en nuevos emprendimientos. Uriburu pretende
que ahora ese contrato quede habilitado para cualquier compañía,con el beneficio de que
al término del mismo los empleadores no deben pagar indemnización.
REPUNTE DE LAS ACCIONES Y BONOS
La onda viene del Norte
El
mercado bursátil dio un vuelco. De la apatía y el pesimismo con que se venían manejando
los financistas, ayer el dato de que la inflación en los Estados Unidos se mantiene bajo
control mejoró el clima en el recinto. El índice de acciones líderes MerVal subió 2,5
por ciento, pactándose negocios por 48,7 millones de pesos, el doble de lo que se transó
en promedio en las últimas semanas. Los títulos públicos mejoraron hasta 1,5 por
ciento.
No bien se conoció la noticia de que el índice de precios al consumidor en los Estados
Unidos no registró cambios en mayo, tras la suba del 0,7 por ciento de abril, la euforia
ganó a los operadores. Es que, sin inflación, se reduce la chance de que la Reserva
Federal (banca central estadounidense) suba la tasa de corto plazo dentro de dos semanas,
una medida que repercutiría no sólo en los Estados Unidos sino también en los países
emergentes.
Por eso, ayer se anotaron alzas en todas los recintos de la región, y hasta en Europa. La
bolsa de San Pablo avanzó 4,1 por ciento, y la de México, el 6,2. A su vez, Wall Street
subió 1,8 por ciento y en Europa hubo mejoras de hasta 1,4 por ciento (París). No
obstante, el consenso entre los analistas es que la FED subirá la tasa a fin de mes en un
cuarto de punto aunque, de mantenerse acotada la inflación, resignaría la posibilidad de
continuar subiéndola por el resto del año.
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