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Primeros ensayos de una justicia internacional

Los países occidentales están cooperando como nunca en la misión punitiva del Tribunal Penal Internacional de La Haya para la ex Yugoslavia. Incluso EE.UU., antes reluctante, coopera con entusiasmo. Esta nota anticipa los próximos pasos.

Realismo: “Es una cuestión de realismo y necesidad política” -admite un miembro del TPIY–. Se trata de restarle legitimidad y poder a Milosevic por todos los medios.”

Automóviles y camiones en el traslado de los refugiados en Albania de vuelta a Kosovo.
En las últimas semanas, la OTAN no escatimó la entrega de datos de inteligencia al tribunal.

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Página/12 en Holanda
Por Eduardo Febbro Desde La Haya

t.gif (862 bytes) Dos semanas después de haber inculpado al presidente yugoslavo Slobodan Milosevic y a cuatro de sus colaboradores por “crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad”, el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia, TPIY, aborda ahora la fase más crítica de su misión: encontrar las pruebas de los incontables crímenes cometidos por los serbios en la provincia de Kosovo y preparar los legajos de nuevas inculpaciones. A todos aquellos que, como el intelectual francés Régis Debray, dudaron de la veracidad de los testimonios y pruebas recogidos por las ONG, los soldados de la fuerza internacional de paz que está ocupando la provincia (KFOR) y el TPIY responden hoy de manera categórica: los primeros encontraron decenas de fosas comunes en la región de Rebar, centro de Kosovo, de Dákovica y Prizren, al sur de la provincia: cuerpos torturados, familias enteras quemadas vivas, fosas con cientos de cadáveres. Los segundos, es decir los miembros del TPIY que llegaron a la zona casi junto a la KFOR, confirman la macabra contabilidad de la limpieza étnica: “Hemos encontrado pruebas terroríficas de las atrocidades perpetradas por las fuerzas especiales serbias”, dijo David Gowan, jefe del equipo británico encargado de los crímenes de guerra.
Christian Chartier, portavoz del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia, afirma que actualmente “hay un puñado de miembros de la Fiscalía del TPIY que viajaron a Kosovo a fin de poner a punto la logística de la investigación”. Su misión consiste en corroborar la masa de testimonios de los refugiados kosovares sobre las ejecuciones sumarias de que fueron víctimas los albanokosovares. Para ello, el fiscal estableció una “lista de lugares prioritarios” que se basa esencialmente en el acta de acusación por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad con que se inculpó a Milosevic y a los otros cuatro colaboradores del régimen. Racak, Bela Crkva, Velika Krusa, Krushe Mahde son algunos de los pueblos que figuran en el documento. Chartier explica que el TPIY trabaja “en tres tiempos: primero, mientras la seguridad no esté garantizada, la KFOR avanza, desactiva las minas en el terreno, nos señala los lugares donde los crímenes fueron cometidos y nosotros vamos luego a recoger los elementos. Esta etapa podría concluir la próxima semana. Luego pensamos profundizar la búsqueda de pruebas. Por último, vamos a agrupar los testimonios”. En total, algo más de 100 miembros del TPIY, oriundos de varios países de Europa, van a desplegarse en la región con la misión de juntar el máximo de pruebas materiales posibles. El tiempo de que disponen es limitado. La urgencia está impuesta por la necesidad de “preservar de toda intervención humana la integridad de los lugares encontrados”. Es una de las “condiciones” para que los investigadores del tribunal puedan determinar cómo murieron las víctimas, en qué posición, con qué armas. El fiscal adjunto Grahan Blewit asegura que “nuestros investigadores deben llegar lo más pronto posible para proteger tanto las pruebas como a los testigos de los crímenes”. El retorno de los refugiados, el invierno, las intemperies, así como cualquier otra “mano humana”, pueden modificar notablemente las realidad de los actos cometidos.
abiertamente con el TPIY”.
Las razones son muchas para explicar por qué los países occidentales cooperan como nunca con el Tribunal. “Es una cuestión de realismo y necesidad política”, admite en el anonimato un miembro del TPIY: “Se trata de restarle legitimidad y poder al presidente Slobodan Milosevic por todos los medios”. París, Londres, Washington y Bonn no escatimaron esfuerzos durante las últimas semanas en proporcionarle al TPIY fotos de reconocimiento aéreo, tomas satelitales y bandas de audio que permitieron”situar con exactitud la cadena de mando de las fuerzas serbias que operaban en Kosovo”. Esa contribución facilitó la identificación de los responsables de las matanzas. De allí que el acta de acusación contra Milosevic contenga tantos detalles precisos sobre los lugares y las personas implicadas en las torturas y crímenes. Varios miembros del Tribunal evocan la posibilidad de “extender la acusación contra Milosevic”, convirtiéndola en “genocidio” si se consigue probar fehacientemente que hubo “una intención deliberada de destruir a los albaneses de Kosovo”. De hecho, como lo confirma el fiscal adjunto Grahan Blewit, “recién estamos al principio de la investigación”. Uno de los motivos por los cuales la fiscal del TPIY, Louise Arbour, decidió hacer pública la inculpación de Slobodan Milosevic consistió en bloquear todo intento de negociar con el mandatario cualquier garantía de impunidad. La Justicia internacional cuenta con muchas cartas “bajo la mesa”, sobre todo porque, tal como lo autorizan sus estatutos, el TPIY puede inculpar a los sospechosos sin hacer público el acto. A este respecto, según un informe elaborado por la FIDH –Federación Internacional de los Derechos Humanos . a partir del trabajo efectuado con los desplazados de Kosovo, las responsabilidades de los dirigentes serbios tocan campos no mencionados hasta ahora. El informe, además de nombrar a personajes como Zelijko Raznatovic, alias Arkan, incluye en la lista de criminales al líder ultranacionalista serbio Vojislav Seselj. El mismo que acaba de retirar sus ministros del gobierno de Milosevic dejando al partido del presidente y el de su mujer, Mira Markovic, solos en el poder y minoritarios en el Parlamento.

 

Dos serbios detenidos

Dos serbios acusados de ser criminales de guerra fueron detenidos ayer por soldados norteamericanos en un control de carretera en los alrededores de Urosovac. Los dos fueron detenidos en un automóvil en que desplazaban en horas del mediodía local, y un oficial que rehusó ser identificado dijo que los dos llevaban armas. El auto fue revisado, se están verificando las identidades de los dos detenidos y el ejército norteamericano ya dispone de información al respecto. Si se confirma que esas dos personas son criminales de guerra buscados, se trataría de la primera detención de este tipo desde el despliegue el sábado pasado de la Fuerza de Paz multinacional (KFOR) en Kosovo.

 

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