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Reconstruyen el homicidio
de Sofía Fijman en la SIDE

Frente al portón de la Escuela de Inteligencia de la SIDE,  donde Sofía Fijman daba de comer a los gatos, la Justicia  buscó establecer la culpabilidad del único acusado, Dáttoli.

Ayer por la noche, la mujer que tomó el lugar de Sofía se ubicó frente al portón.
El portón cerraba automáticamente y se cree que Dáttoli lo accionó a propósito.

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t.gif (862 bytes)  Una mujer de unos sesenta años, boina verde, piloto negro, camina. A su paso, arroja comida a través de las rejas de la Escuela de Inteligencia de la SIDE. En un momento se detiene. Desde adentro, los integrantes del Tribunal Oral 29 miran, toman apuntes, trabajan. La escena pertenece a la reconstrucción del asesinato de Sofía Fijman, la mujer que murió aplastada por el portón de la Escuela de Inteligencia de la SIDE el 26 de febrero de 1998. Ricardo Dáttoli, el principal acusado del crimen, se encuentra detenido a la espera del juicio oral, que comenzará el cinco de julio. Además de Dáttoli, tendrán que declarar Hugo Anzorreguy, titular de la SIDE –quien podrá hacerlo por escrito–, Alberto Ramón Varela, director de la Escuela de Inteligencia, y José Alevato, director jurídico de la Secretaría de Inteligencia del Estado.
Sofía Fijman solía alimentar a los gatos del jardín de la Escuela Nacional de Inteligencia de la SIDE. El 26 de febrero de 1998, Ricardo Dáttoli, por entonces a cargo de la seguridad del edificio, le aplastó la cabeza al accionar el portón mecánico mientras ella acariciaba a uno de los animales. “Te vamos a matar a vos y a los gatos”, le había advertido el hombre días antes de matarla. Dáttoli está preso por homicidio, aunque todavía no tiene sentencia firme. Marcelo Socolosky, uno de los hijos de Fijman, asegura que, como su madre era judía, se trató de “un crimen antisemita”.
Los jueces que ahora están a cargo de la causa son Cristina Daluca Giacubini, Eduardo Luis Duhalde y Juan Carlos Cardinali. Ellos ordenaron que se realice la reconstrucción del hecho, que había sido negada por el juez anterior, Vicente Cisneros. Los magistrados tomaron en cuenta las declaraciones testimoniales de Eleanor Mary Zappia y Doménico Giuseppe Zappia, una pareja de turistas australianos que pasaron por la Escuela de Inteligencia cuando Fijman estaba siendo atrapada por el portón y trataron en vano de tocar el timbre para que alguien lo detenga. Se citará también al hombre que en ese momento se desempeñaba como conserje del hotel Impala, que está ubicado al lado de la Escuela, ya que presenció la muerte de la mujer y ofició como traductor de los australianos en la comisaría.
Cuando mató a Fijman, Dáttoli dijo que había sido un accidente, que se había tropezado con los cordones de sus zapatos. Pero él veía a través de un monitor todo lo que estaba pasando afuera y hubiera tenido tiempo de frenar el portón con un botón instalado especialmente para eso. Pero no lo hizo. Socolosky asegura que el video que registra lo que ocurría en el lugar donde estaba Dáttoli tiene partes cortadas, y que después de la muerte de Fijman se cambiaron partes del mecanismo del portón, que ahora se abre y se cierra en forma manual.
El juez Eduardo Duhalde dijo ayer que “se está investigando” si efectivamente el video fue editado, y si hubo partes del mecanismo del portón que fueron reemplazadas o alteradas. Si el Tribunal encuentra culpable a Alberto Ricardo Dáttoli, podría ser condenado a prisión perpetua.

 

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