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A Trabajo le bocharon sus planes de aumentar las jubilaciones

Quedó en la nada la propuesta de elevar a 200 pesos el haber
mínimo. Diputados del PJ adelantaron que rechazarán la
eliminación de la PBU. Habrá un paquete de flexibilización laboral.

Jorge Rodríguez, junto a Carlos Corach y Roque Fernández. Se opusieron a la idea de José Uriburu.
Se negaron a realizar otra reasignación de partidas presupuestarias para elevar las jubilaciones.

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Por David Cufré

t.gif (862 bytes) El Ministerio de Trabajo desistió de su proyecto para elevar de 150 a 200 pesos las jubilaciones mínimas, mediante una reasignación de partidas en el gabinete. Como informó Página/12 el último viernes, los pares del ministro de Trabajo, José Uriburu, rechazaron de plano ceder recursos propios en pos de ese objetivo. Ante el insalvable obstáculo político, la cartera laboral se avino a consensuar con Economía un paquete de medidas previsionales, laborales y financieras, que daría como resultado reflotar la propuesta de aumentar los haberes jubilatorios. Sin embargo, el nuevo intento también parece condenado al fracaso de antemano. El bloque justicialista de Diputados se pronunció con rapidez contrario a las sugerencias del Poder Ejecutivo, que buscan modificar el esquema previsional y profundizar la flexibilización del trabajo.
Sin ese respaldo, el paquetazo del tándem Uriburu-Fernández quedará en estado de pura discusión teórica, puesto que las principales medidas deben ser tratadas por el Congreso. En una reunión que mantuvo ayer el pleno del bloque oficialista, en la que su presidente, Humberto Roggero, informó los términos de los proyectos del Ejecutivo –al mediodía había estado reunido con Uriburu y Fernández–, los legisladores rechazaron especialmente la propuesta de cambiar la estructura de la Prestación Básica Universal. Esa es la principal fuente de recursos a la que apeló la cartera laboral para aumentar las jubilaciones.
La PBU es una asignación de 200 pesos que cobran todos los jubilados, ya sea del régimen de reparto o de capitalización, adicional a los haberes que les corresponden en función de los aportes realizados durante su etapa activa. La idea de Uriburu es suprimir ese derecho para quienes perciben jubilaciones superiores a los 700 pesos, y disminuir el monto –entre un 10 y un 20 por ciento– para los que ganan entre 201 y 699 pesos. Con los fondos que se ahorraría el Estado, dispondría un incremento para las jubilaciones más bajas.
Sin embargo, entre los legisladores de la Alianza y el justicialismo existe consenso en descartar esa iniciativa. “El Gobierno tira cualquier cosa para forzar definiciones del duhaldismo, pero sabe que ninguna de las propuestas de flexibilización laboral y de sacarles plata a unos jubilados para dársela a otros tiene ninguna chance de prosperar en el Congreso”, interpretó en diálogo con Página/12 un legislador cercano al gobernador bonaerense. En las filas del candidato presidencial justicialista ven los proyectos del Ejecutivo como meras zancadillas políticas hacia su jefe.
Después de haber trabajado intensamente en las últimas dos semanas, Uriburu presentó ayer finalmente el paquete de medidas previsionales y de flexilización laboral. Ellas son:
ron2.gif (93 bytes)  Eliminar restricciones para que todas las empresas puedan utilizar el contrato a plazo fijo. De ese modo, podrán tomar empleados por el término de un año, sin obligación de pagar indemnización ni preaviso una vez cumplido ese plazo.
ron2.gif (93 bytes)  Reglamentar los contratos de pasantía y aprendizaje.
ron2.gif (93 bytes)  Modificar la PBU, para aumentar las jubilaciones mínimas. Iniciativa que no sería aprobada en el Congreso.
ron2.gif (93 bytes)  Poner un tope a las jubilaciones de privilegio.
ron2.gif (93 bytes)  Elevar progresivamente la edad jubilatoria de las mujeres, fijándola en 62 años dentro de un lustro.
ron2.gif (93 bytes)  Cerrar el listado de enfermedades profesionales dentro del régimen de ART, y aumentar de 110 mil a 180 mil pesos el tope indemnizatorio por fallecimiento.
ron2.gif (93 bytes)  Plan “Brady” para que las empresas refinancien sus deudas bancarias. El Banco Central aprobaría la iniciativa en los próximos días, después de analizarla ayer junto a la cúpula de la Unión Industrial.
Por la noche, Roque Fernández pidió desde la tribuna de la Bolsa de Comercio, adonde concurrió a dar una conferencia, que los legisladores “acompañen estas propuestas, que necesitamos para combatir el desempleo”.
“El Ejecutivo pretende volver a un esquema de flexibilización laboral que ha demostrado ser ineficaz para reducir la desocupación”, respondió en diálogo con este diario el diputado justicialista Alfredo Atanasof, quien preside la Comisión de Legislación Laboral.

 


 

FRACASO LA SESION PARA TRATAR CONVERTIBILIDAD FISCAL
Nadie se quiere poner el corset

t.gif (862 bytes) “Este gobierno, que despilfarra recursos, ahora quiere atarnos de manos con un proyecto para limitar el gasto público. Nosotros somos disciplinados y no necesitamos una ley de convertibilidad fiscal para gastar razonablemente”, sentenció ayer ante Página/12 el jefe del bloque de la Alianza, Federico Storani, poco después de que fracasara la sesión para tratar esa iniciativa. Pero, en realidad, no sólo la oposición cuestiona el proyecto. También genera dudas en el seno del propio oficialismo.
Aunque la iniciativa iba a ser tratada ayer en el recinto, la falta de quórum impidió comenzar la sesión. Una primera explicación es que muchos diputados del interior se quedan en sus provincias abocados a las internas. La otra, es que ni siquiera el justicialismo está muy convencido de votar el proyecto impulsado por el duhaldista Remes Lenicov.
Todos los bloques la consideran una señal necesaria para los mercados y el establishment. Entre otras restricciones, la iniciativa limita el gasto fiscal a cierta proporción del Producto Bruto Interno, restringe la posibilidad de endeudarse y establece mecanismos para evaluar la eficiencia de lo que se gasta.
Pero en ambas bancadas también surgieron reparos políticos. En el propio PJ existe la sensación de que impulsar incondicionalmente una ley de este tipo le reportará pocos réditos. “Siempre las señales son hacia los acreedores externos o hacia los empresarios. Es hora de que demos alguna señal hacia los trabajadores”, reflexionaba ayer un operador de Humberto Roggero, jefe de la bancada del PJ.
“Es una ley de humo. ¿De qué sirve si, al mismo tiempo, se dan muchas atribuciones al jefe de Gabinete para que modifique los recursos como quiera o si una ley de Presupuesto puede invalidarla?”, se preguntaba ayer ante este diario el diputado radical Horacio Pernasetti.
A pesar de estos reparos, la Alianza está dispuesta a votar el proyecto. La mitad de los 124 diputados que ayer bajaron al recinto para debatir la convertibilidad fiscal eran de la oposición, en su mayoría, aliancistas. En los últimos días trataron de consensuar con el oficialismo una serie de retoques al texto del proyecto, algunos de los cuales fueron aceptados por el propio Remes.
Uno de los propósitos perseguidos con esos cambios fue el de limitar el déficit desde este mismo año y no desde el año próximo, cuando el gobierno esté en manos de Eduardo Duhalde o Fernando de la Rúa. Por esta razón, la Alianza propuso que en 1999 el déficit fiscal no pueda superar el 1,9 por ciento del PBI, margen que bajaría al 1,7 por ciento en el 2000 hasta desaparecer en el 2003. Los retoques sugeridos también incluyeron la imposición de un límite preciso a las atribuciones del jefe de Gabinete.

 

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