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El satélite argentino, con los retoques finales

El SAC-C, el primer satélite nacional, será lanzado al espacio el 15 de diciembre. Entre sus múltiples usos, hasta espiará las cosechas de países competidores.

Los expertos de la Conae llevarán al SAC-C a Brasil, el mes próximo, para las pruebas finales.
Será lanzado al espacio desde California, gracias a un acuerdo de la entidad con la NASA.

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Por Pedro Lipcovich

t.gif (862 bytes) Es argentino y tiene sueños de argentino: pasar las vacaciones de invierno en Brasil y viajar después a Estados Unidos. Pero el satélite SAC-C concretará sus sueños. Según anunció ayer la Comisión Nacional de Actividades Estatales (CONAE), ya entró en la fase final de su fabricación: el 15 de julio será enviado a Brasil, donde se harán las pruebas finales, y de allí a California, desde donde, el 15 de diciembre, será puesto en órbita. El satélite servirá para monitorear y predecir cosechas, no sólo argentinas, sino de países competidores como Australia; suministrará datos sobre especies pesqueras, contribuirá a proteger a las ballenas, denunciará la contaminación de los ríos e informará sobre catástrofes naturales.
El primer satélite argentino de observación de la Tierra pesa 475 kilos y es básicamente un prisma octogonal de 2,20 metros de largo por 1,40 de ancho. Fue precedido por el SAC-A, que se lanzó en diciembre pasado y sigue en órbita, destinado a poner a prueba los instrumentos que funcionarán en el SAC-C y la estación rastreadora de Córdoba.
Según dijo a Página/12 Fernando Hizas, gerente de gestión tecnológica de la CONAE, la misión del SAC-C “se ubica donde la información internacional deja agujeros correspondientes a nuestra realidad”. Para entender esto hay que explicar dos características técnicas del satélite: su poder de resolución y su capacidad de “revisita”.
El SAC-C apuntará a la Tierra con un juego de tres cámaras (“diseñadas, desarrolladas y construidas en la Argentina”, destacó Enrique Bottinelli, coordinador del lanzamiento), cuyo poder de resolución es de 175 metros, es decir que un cuadrado de 175 metros de lado se verá como un puntito en la imagen. Los satélites de observación internacionales, como el norteamericano Landsat o el francés Spot, tienen en cambio sólo 20 a 35 metros de resolución, “lo cual es óptimo para monitorear cultivos en parcelas muy chicas, como los de Europa, pero no para las del Mercosur, que suelen ser mayores”, observó Hizas.
Esta facultad de fotografiar extensiones mayores permite hacer más frecuentes las “revisitas”: “Mientras que el Spot pasa cada 26 días por el mismo punto de la superficie terrestre, el SAC-C lo hará cada nueve días y, de ser necesario, cada tres”, precisó Luis Alloi, a cargo de ingeniería de sistemas. Hizas observó que “en la Pampa Húmeda el momento clave de la cosecha es en diciembre y enero, que es también cuando hay más nubes que obstruyen las cámaras del satélite: la revisita más frecuente permitirá un mejor seguimiento”.
Pero el SAC-C permitirá también “monitorear los cultivos en países competidores como Australia, y así prever el comportamiento futuro de los mercados”, destacó Hizas. De hecho el satélite podrá fotografiar cualquier punto del mundo. Como se moverá en órbita polar (sobre los polos, a 707 kilómetros de altura y 99 minutos de período orbital), y el planeta a su vez gira, en cada órbita barrerá una franja distinta del globo.
El SAC-C también servirá para diseñar mapas de temperaturas del mar, que permiten rastrear los cardúmenes, e incluirá un sistema para rastrear las hasta ahora desconocidas rutas migratorias de las ballenas francas -avistables en Puerto Madryn–, luego de instalarles trasmisores que enviarán al satélite datos sobre su posición, la temperatura del agua y las corrientes. El bajo tiempo de revisita del SAC-C permitirá monitorear emergencias como inundaciones, y ofrecerá un mejor control de derrames de petróleo y contaminación hídrica, evaluada según el color de los ríos.
El lanzamiento se hará por acuerdo entre la NASA y la Conae, donde la primera se ocupa de ponerlo en órbita y comparte la carga útil, que incluye instrumental de diversos países para estudios de atmósfera y radiación. En San José dos Campos, cerca de San Pablo, por cooperación con la agencia espacial brasileña, se efectuarán pruebas en cámara de vacío que simula el espacio extraterrestre. Y en diciembre, un cohete Delta IIlo pondrá en órbita desde la base de Vandenberg, en California. La vida útil del SAC-C se prevé en cuatro años.

 

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