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HILDA “CHICHE” DUHALDE CUENTA SUS ODIOS Y SUS AMORES
“Menem se equivoca y nos perjudica”

Pierri, Rico, la Alianza, la farándula, Maradona, la relación con Menem, su fama de “chinchuda”, las comparaciones con Evita, sus  manzaneras: una charla a fondo con la esposa del candidato.

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Por Diego Schurman

t.gif (862 bytes) La blancura de las paredes se corta abruptamente en la mitad del salón. El cuadro llama la atención por su colorido. Y también por el garabato que aparece al pie. “Chiche”, dice, sin más, en tono verde agua. “Mire que es uno de los primeros que pintó la señora”, atenúa la espera un asistente. Chiche, la esposa de Eduardo Duhalde, es devota de Van Gogh. Pero en el mundo político es conocida por decir aquello que su marido, el gobernador y candidato a presidente por el PJ, no se anima o no quiere decir. Tiene fama de dura y de tener mal carácter, pero se la ve de buen talante cuando ingresa a su despacho en el anexo del Congreso.
–Supongo que su alegría es porque Graciela Fernández Meijide dijo que, de consagrarse gobernadora, mantendrá a las manzaneras.
–Yo creo que descubrió el trabajo –ironiza Hilda Beatriz González de Duhalde.
–¿Cree que Meijide cambió el discurso por razones estratégicas?
–Si lo hizo con mala intención, trato de olvidarme. Si aquello fue oportunismo político y esto es oportunismo político, trato de olvidarme. El mayor daño no me lo hicieron a mí sino a la gente.
–Las manzaneras se inspiran en modelos adoptados por el socialismo chileno, en tiempos de Salvador Allende, y el comunismo cubano de Fidel Castro. Está claro que ambos modelos distan del que implementó Menem.
–Yo nunca estuve de acuerdo con la política social de Menem. Las 14 mil cartas que me escribe por mes la gente no me dicen que está todo bien.
Sabe que la mención de las cartas y su tarea en la acción social sugieren asociaciones. Pero se apura en aclarar. “No soy Evita. Yo siento vergüenza cuando me dicen eso. Hay un montón de monjas en el mundo pero la Madre Teresa de Calcuta hay una sola. Esto es lo mismo. Debe haber millones de mujeres políticas, pero Evita una sola.”
–¿No es un fracaso político que un programa como el de las manzaneras perdure en el tiempo? ¿No quiere decir que las cosas andan mal?
–Es la realidad latinoamericana, que tiene cada día más pobres. Es este mundo globalizado, donde hubo que producir una enorme transformación del Estado. Pero no como sucedió aquí de volverlo un Estado ausente.
–¿Y qué hace para revertirlo?
–Los excluidos europeos son los que no logran acceder a la escuela secundaria. A mi modo de ver, hay que llevar educación secundaria para todos. En la provincia dimos 100 mil becas e igual no alcanzó.
–¿La justicia social no es terminar con el proceso de concentración?
–Sí, sí. En 200 familias se concentra la riqueza de un número impresionante de personas. Pero para terminar con esa concentración nos tenemos que sacar esa cosa del “no podemos”. Insisto en que hay que garantizar escuelas para todos porque si no, no se rompe el círculo.
–¿Cómo convencer a la gente para que vote la fórmula Duhalde-Ortega en un país que al término de la gestión de Menem, del cual su marido fue vicepresidente, registra 13 millones de pobres?
–Viendo la provincia. Ninguna gestión hizo tanto por los bonaerenses. Nosotros creamos un Fondo Educativo, con dinero propio y no surgido de un impuesto, y un Ministerio de la Producción para ocuparnos de la gente.
–Pero la provincia de Buenos Aires tiene uno de los mayores índices de desocupación de todo el país.
–Esa es una chicana de la Alianza. Ellos saben que esto se resuelve con políticas nacionales. La provincia hace lo que puede desde sus posibilidades. Pero es una chicana para decir “Duhalde y Menem son la misma cosa: piensan igual, son casi hermanos, entonces votar a Duhalde es votar a Menem”. La gente sabe que Duhalde y Menem no son la misma cosa. No fueron nunca la misma cosa.
–Ya Menem se ocupó de aclararlo cuando aseguró que está a “años luz” de Duhalde y que su marido es un “mediocre”.
(Por primera vez se incomoda. La sonrisa definitivamente abandonó su cara). –Que lo haga Menem. Son cosas que no lo favorecen. Cada vez que tiene una actitud de este tipo el mayor perjudicado es él.
–¿Y qué opinión le merece?
–Pudo haberse ido de la gestión como el presidente que tuvo el coraje de hacer la enorme transformación macroeconómica que el país necesitaba. Pero que después del ‘95 teníamos que haber producido un cambio. Empecinarse en que lo suyo es lo mejor lo perjudica. Hace que no se pueda ir por la puerta grande.
–Entonces Menem no se irá por la puerta grande...
–No. Se equivoca, se equivoca, se equivoca... y perjudica al partido.
–¿En qué medida los intentos reeleccionistas perjudicaron a Duhalde?
–Los perjuicios fueron que lo que él decía hace tres años, que era el candidato natural, fuera manoseado. Y hoy quedó demostrado que Duhalde es el candidato natural.
–Suena arrogante.
–Pero es la verdad. El PJ va perfilando nombres. Y todos tenemos que acompañarlos. La re-reelección retrasó un proceso que debía ser más claro. Hubo muchas piedras en el camino.
–Descartada la posibilidad de una nueva reelección ¿no cree que Menem quiere que gane Fernando de la Rúa?
–Más de una vez sentimos esa sensación. Nos decíamos: “Parece que está trabajando para la oposición”. Si es cierto o no, no lo sé. Pero tuve esa sensación, claro que sí.
–¿Ustedes se juntan asiduamente con la familia Ortega?
–Yo conocí a la familia Ortega en el cumpleaños de Palito, el 8 de marzo. Hacía pocos días que se había conformado la fórmula y nos invitó a la casa. Hace menos de un mes invité a los Ortega a conocer a mi familia.
–¿Pero usted y su marido no mantuvieron una cena con Palito y Evangelina Salazar, en la que participaron Susana Giménez y Jorge Rodríguez?
–Sí. Fue una cena de los tres matrimonios. Yo no sabía nada. Pero Susana y Palito son amigos.
–¿Y la razón del encuentro?
–Ellos son amigos. Me invitaron y fui. Sucedió en la semana en que Evangelina cumplía años.
–¿No le dio bronca la manera en que Palito apareció en escena para competir con Duhalde?
–Eso fue un tema del Presidente. Palito tenía legítimamente su deseo de ser presidente. Después vivió lo que vivió.
–¿Y qué sintió cuando se equivocó y presentó la fórmula Menem-Ortega?
(Chiche se muerde los labios, se agarra las manos y mira al techo. Prefiere esquivar una respuesta. Sabe que sus gestos dijeron todo).
–Tiene fama de chinchuda.
–Bueno, más que chinchuda soy frontal. Es raro que macanee.
–Entonces contésteme con la mayor sinceridad algunas preguntas.
–Bueno.
–¿Qué piensa de Menem?
–No. No. Es el Presidente de la Nación y a mí me señalaron que a la autoridad hay que respetarla.
–Pero la sensación es que la autoridad no la respetó a usted.
–Uno puede por ahí de cualquier otra persona, pero no del Presidente. Esas cosas generan otro tipo de problemas.
–Sigamos: ¿se imagina la foto de Duhalde y Menem en la campaña?
–Mmmm... no.
–Dicen que está disconforme con el trabajo de Julio César Aráoz como jefe de campaña de su marido.
–Esto me interesa decirlo. Ayer lo hablaba con Jorge Telerman (uno de los voceros del gobernador) y Chiche Aráoz. No sé de dónde salen estos temas. Yo a ellos los puedo ver una vez por semana en un acto en el que nopuede intercambiar palabras. Yo no tengo ninguna opinión. Ni buena ni mala. Los conocí en este último tiempo. Igual mi marido es un hombre con convicciones muy firmes como para que por una opinión mía pueda cambiar.
–¿Qué impresión tiene de Alfonsín?
–Me dio lástima el accidente. Me dijeron que estuvo una hora y media en el hielo, que después lo trajeron en auto sin ningún tipo de protección. Alfonsín despierta simpatías y yo tengo simpatía por él.
–¿Cómo va la alianza con Cavallo?
–Hoy por hoy trabajan juntas las dos fundaciones en temas concretos.
–¿No se contradice su discurso con el de Cavallo, de neto corte liberal?
–El tiene su visión de las cosas y yo la mía. Espero que haga unas correcciones al modelo exitoso que él impuso y que hoy ya no lo es.
–¿Le gustaría que Cavallo haga alianza con el PJ?
–Si no modifica su discurso, no.
Chiche se tiene que ir. Se despide amablemente. Su asistente se guarda la última palabra. “El cuadro es uno de los primeros que pintó la señora. Pero no le gusta y ya ordenó sacarlo”.

 

Chiche y la farándula

–Se acuerda cuando dijo que de convertirse en primera dama ni Coppola ni Maradona ingresarán a Olivos.
–Yo dije que uno elige a la gente con la que quiere estar. A mi casa entran los amigos de siempre. Y hay gente que no me la imagino nunca. Y esto no tiene que ver el reciente juicio a Coppola.
–Pero Maradona no se olvidó de Duhalde en este juicio.
–Son cosas de Maradona.
–Es difícil pelearse con Maradona.
–No... no tengo nada que decir.
–La sensación es que con la absolución de Coppola...
–... No hay ningún misterio. Es un tema que no conozco a fondo. Yo lo que vi en su momento en la televisión era el sainete. Los programas le dedicaban horas a esto. Si hoy la Justicia no lo encuentra culpable a Coppola, no será culpable.
–Pero no puede soslayar la asociación que se hizo entre el juez Hernán Bernasconi y Duhalde.
–Esas son asociaciones de los medios. Y yo ya estoy harta de eso.

 

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