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Duhalde no convenció a la mesa examinadora de la city

 


Por David Cufré
t.gif (862 bytes)  El establishment en pleno lo aguardó como lo haría una directora de escuela después de que el alumno hiciera una travesura. Sus expresiones en favor de una “condonación” de la deuda externa lo habían puesto en el centro de la escena. El candidato lo sabía, pero también era consciente de los tiempos políticos y de las necesidades electorales. Para superar la encrucijada, Eduardo Duhalde calibró su discurso para no defraudar al auditorio-examinador, y al mismo tiempo no aparecer renegando de sus definiciones anteriores. “A ningún político sensato se le puede ocurrir no pagar la deuda”, definió de entrada, al exponer ante la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA). “Pero los países desarrollados tienen la obligación de ayudarnos”, agregó. El gobernador hizo equilibrio en su intento por legitimarse ante los empresarios más poderosos, y ya no dijo que la deuda “está desangrándonos”.
na02fo01.jpg (9988 bytes)Este año la conferencia anual de los banqueros será una sola. La fusión de las dos cámaras del sector potenció la importancia del encuentro, tanto como el hecho de que en menos de cuatro meses habrá elecciones presidenciales. Es una de las últimas oportunidades en que los candidatos explican públicamente sus propuestas económicas a los empresarios. En ese contexto, Duhalde fue ayer el más esperado, tras haber puesto sobre el tapete la cuestión de la deuda.
“La posición del deudor no es la de defender los intereses de los acreedores”, subrayó el mandatario bonaerense, al explicar por qué dijo hace diez días que “con los actuales pagos de servicios de la deuda no va a haber posibilidad de recuperación para nuestro país”. En su exposición de 45 minutos, Duhalde sustentó sus opiniones en otras inobjetables para el establishment.
“Bill Clinton dijo que hay que humanizar la globalización y disminuir la carga de la deuda”, arrancó el candidato justicialista, para continuar con expresiones en la misma línea del presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn; el número dos de esa entidad, Joseph Stiglitz; el director gerente del FMI, Michel Camdessus, y del papa Juan Pablo II. “Entiendo que estén preocupados –les dijo a los empresarios–, pero su preocupación la comparten 35 millones de argentinos, que quieren la eficiencia del mercado, pero también la justicia social”, enfatizó.
Duhalde procuró en todo momento comprometer a su auditorio en la búsqueda de soluciones a los problemas sociales. “Los banqueros, como todos los argentinos bien nacidos, quieren transitar por la calle a cualquier hora sin temor a ser asaltados, sin encerrarse en barrios privados o estar con el Jesús en la boca esperando el regreso de nuestros hijos”, describió. Sin embargo, ni siquiera ese tipo de apelaciones directas le permitieron a Duhalde despejar las dudas de los banqueros. Al término de su disertación, fueron más las voces que siguieron cuestionando a Duhalde por haberse puesto a hablar de la deuda en la campaña electoral, que las que se dieron por satisfechas con sus explicaciones (ver aparte).
Fernando de la Rúa, que precedió en la palabra al gobernador bonaerense, no mencionó en absoluto sus opiniones sobre la deuda, algo que sí hizo durante su intervención en la Internacional Socialista, aunque con tono más moderado que su competidor hacia la presidencia. El jefe de Gobierno porteño centró su discurso sobre la cuestión institucional. “Se habla de los riesgos de la transición. Yo creo que, al contrario, esta transición política y democrática en el ámbito de la Constitución y bajo la vigencia de las leyes debe ser la que confirme la certidumbre, seguridad y previsibilidad de nuestro país”, subrayó, al tiempo que se declaró “esperanzado” en una pronta salida de la recesión. Asimismo, remarcó que “la vigencia de las instituciones tiene un alto valor para la competitividad del país”, uno de los temas que más inquietan a los empresarios, en especial a los del agro y la industria.
En la pulseada por conseguir el favor del sector económico más poderoso –además de banqueros estuvieron empresarios como Franco Macri, Eduardo Elsztain, Guillermo Alchourrón, Juan Navarro, y personajes como el ex embajador estadounidense Terence Todman y el ex ministro José Luis Manzano–, De la Rúa le sacó ventaja a Duhalde.
Por su parte, el anfitrión Eduardo Escasany, presidente de ABA, puntualizó en su mensaje las demandas a los candidatos. Remarcó que es necesaria la disciplina fiscal y avanzar “decididamente con las reformas estructurales pendientes”, entre las que incluyó “una desregulación laboral seria”. “Los mercados saben que, si bien es mucho lo que se hizo en materia de estabilidad económica, también es bastante lo que falta por hacer”, concluyó.

 

Reacción de los banqueros

na02fo02.jpg (8923 bytes)Carlos Fedrigotti, vicepresidente del Citibank
“Duhalde no agregó demasiada claridad. Para mí, el tema de la deuda no es para debatir en tribuna política durante la campaña electoral porque da lugar a malos entendidos. Sus declaraciones han sido más perjudiciales que beneficiosas para el país.”


Eduardo Escasany, presidente de ABA y del Banco Galicia
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“Duhalde despejó la incertidumbre sobre el tema de la deuda. Me quedo conforme. Aclaró que no pide una quita de la deuda ni nada por el estilo. También tiene razón en que los países centrales deben ayudar a los emergentes.”

 

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