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LAS VICTORIAS SON AJENAS: BRASIL ES SEMIFINALISTA DE LA COPA AMERICA
Los penales son de nosotros

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En partido mediocre, un Brasil especulador con individualidades que hicieron lo suyo ganó sin jugar mejor. Ayala erró el penal nuestro de cada noche


t.gif (862 bytes)  Argentina terminó su actuación en la Copa América sin penal y sin gloria: perdió por 2 a 1 un partido que los brasileños no merecieron ganar y ahora seguirá el campeonato por TV. Una vez más, como contra los colombianos, la bandera de la desilusión quedó plantada en el punto del penal. Cuando faltaban quince minutos para el cierre, Ayala tuvo en sus pies la posibilidad de empatar tras una falta que le hicieron a Gustavo López, pero se ve que Palermo contagia y la bomba de crema que tiró Ayala terminó en las manos de Dida. Penal malogrado, cuatro sobre cuatro en el campeonato, récord mundial de ineficacia.

Ahora vendrá el tiempo de los interrogantes que empujan a la polémica: ¿Por qué pateó Ayala? ¿No tendría que haber pateado Riquelme? ¿Bielsa no le debió dar a Palermo la chance de la revancha? ¿Bielsa trabajaba bien los penales en los entrenamientos? La polémica sacará del camino la discusión de fondo y que debería responder a esta pregunta: ¿a qué juega este equipo de Argentina?

La primera conclusión es que juega a lo que puede, como puede, que es un manojo de jugadores tan predispuestos a obedecer las indicaciones del técnico como a mostrar sus condiciones, conducidos por un entrenador que pretende que su equipo sea protagonista y que hace grandes esfuerzos para ser comprendido. Bielsa necesita tiempo, los jugadores también. Y además de tiempo se necesita ver qué pasa con Batistuta, Redondo y Verón. Y además se necesita un poco de tolerancia para asimilar los golpes recibidos como el de esta derrota ante Brasil.

En el balance de los 90 minutos el equipo argentino no fue inferior, y esto puede entendersebu03fo02.jpg (18104 bytes) como un elogio si se cataloga a los brasileños como los candidatos al título. Pero lo real es que los amarelhos tuvieron algunos chispazos de buen fútbol, insinuaciones y nada más que eso. Los brasileños jugaron mal. Y los argentinos anduvieron en el mismo nivel.

Los brasileños ganaron con armas de marca registrada: dos remates desde el borde del área, dos folhas secas. La primera fue un zurdazo de Rivaldo en un tiro libre que dejó estaqueado a Burgos. La pelota entró por el palo donde debió estar parado el arquero. Burgos dudó entre el derechazo de Ronaldo o el zurdazo de Rivaldo y murió de duda. El otro gol fue un golazo, la mejor llegada de conjunto del equipo. La empezó Rivaldo, la siguió Emerson, todo a un toque, Ze Roberto frenó la bocha y cortinó a Ronaldo para que llegara libre y clavara la pelota junto al poste de Burgos, que esta vez no tuvo la culpa de nada.

La clave del partido fueron esos dos goles y estas dos jugadas:

1) Tiro libre de Riquelme, con categoría, tanta como la de Rivaldo en su gol y espectacular atajada de Dida, abajo junto al poste derecho, cuando estaban 2 a 1.

2) Penal tonto de Beto a Gustavo López y remate tonto de Ayala a las manos del arquero, también con el partido 2 a 1.

Si los brasileños hubieran dispuesto de los cinco tiros libres que tuvo Argentina desde el borde del área, en una de esas ganaban por goleada. Riquelme no anduvo derecho esta vez y cuando le pegó fenómeno se chocó contra Dida.

Los mejores momentos del cuadro de Bielsa se produjeron en los 20 minutos iniciales cuando Ortega tenía aire para hacer valer su manija y su talento y Sorín subía libre por el otro lado, Riquelme se atrevía más y Simeone se las ingeniaba para cortar las contras. En ese lapso Sorín concretó su gol a medias con Joao Carlos en cuya pierna rebotó un tiro que se iba afuera, descolocando al arquero. En ese lapso se notó el susto de los brasileños. Después el partido se hizo parejo, chato, cortado, por un árbitro insufrible que no dejó pasar una y que dio un recital de silbato. El pánico de los brasileños reapareció en los quince finales cuando se metieron en los alrededores del arquero, en vez de aguantar con la pelota en el medio, para encarar la recta final de este campeonato. Si lo que pretenden es volver a la esencia de su fútbol, si no quieren más victorias vacías, deberán tomar otro camino.

 

En el ciclo de Bielsa no embocamos un penal

Desde que Marcelo Bielsa se hizo cargo de la dirección técnica de la Selección, al equipo lo persigue una inédita racha. En los diez partidos que lleva el ciclo del rosarino, a la Selección le otorgaron cinco penales, de los cuales no pudo aprovechar ninguno. Cinco pateados, cinco fallados; cien por ciento de efectividad. Así debe figurar en la libreta de anotaciones del entrenador.

La racha comenzó en la gira por Estados Unidos. En el partido ante los locales se planteó la primera bronca, cuando Gustavo López disparó débil a las manos de Kacey Keller. El partido terminó en derrota y significó la pérdida del invicto de la era Bielsa. La segunda vez fue la noche negra de Martín Palermo ante Colombia. Uno al travesaño, uno a las nubes y el tercero que desvió Miguel Calero fue el resultado de la obstinación del goleador. Luego llegó la polémica sobre quién debía patear si se presentaba otra oportunidad. El elegido fue el capitán Roberto Ayala, pero no pudo quebrar el estigma. Su remate suave, sin convicción, murió en la mano de derecha de Dida. Y también allí murieron las posibilidades de la Selección en la Copa América.



Pekerman le apuntó al técnico de Colombia

Aunque no lo nombró directamente, el coordinador de las Selecciones Argentinas, José Pekerman, le apuntó al entrenador de Colombia, Javier Alvárez, por sus declaraciones tras el partido entre ambos conjuntos. "Hay que tener respeto hacia todos los equipos y sus historias", remarcó Pekerman en clara alusión al técnico colombiano, quien había dicho que si su equipo encontraba mal parado a un rival lo iba a golear.

Luego de la derrota de Colombia, el ex técnico de los juveniles argentinos aseguró que "esto habla de que hay que ser prudente porque todos los que participan en la Copa América tienen buenos jugadores, trabajan bien y hay mucho equilibrio. Hay algún entrenador que ha dicho que iba a golear al equipo que encontrase mal parado".

Pekerman también se refirió al triunfo de Colombia sobre Argentina. "Creo que la Selección no mereció una derrota tan abultada, aunque eso no le quita mérito a la victoria de Colombia. Nosotros lo analizamos bien y Colombia habrá tirado cuatro veces al arco y marcó dos goles de pelota parada, salvo el último con el partido ya definido. Por ahí uno puede equivocar el camino, porque me parece que ni fue tan malo lo de Argentina ni tan contundente lo de Colombia", remarcó el entrenador.

 


ARGENTINA 1 - BRASIL 2

Arbitro: Gustavo Méndez, de Uruguay.Estadio: Antonio Odonne Sarubbi, de Ciudad del Este.Goles: En el primer tiempo, 11m Sorín (A); 33m Rivaldo (B). En el segundo tiempo, 3m Ronaldo (B).Cambios: En el segundo tiempo, 24m Cagna y G.López por Simeone y Sorín (A); 27m Beto por Ze Roberto (B); 35m Cristian por Amoroso (B).Incidencias: En el segundo tiempo, 33m Dida (B) le atajó un penal a Ayala (A).

Con el suficiente peso de las individualidades

* El partido fue de mayor a menor en su calidad. Mientras atacó Argentina y estuvo en ventaja, después del empate de Brasil y en los últimos minutos del primer tiempo, tuvo un ritmo agradable. El gol brasileño en el arranque del segundo, lo congeló: porque Brasil --alevosamente-- no quiso, y Argentina no supo.

* Brasil ganó así en un partido mediocre, porque dentro de un equipo sin brillo, Rivaldo y Ronaldo, en jugadas de pericia individual, definieron con justeza: el enganche, con un tiro libre exacto que Riquelme no supo embocar; el delantero, repentizando de larga distancia después de una excelente jugada colectiva. Y porque Dida respondió en jugadas equivalentes a las que Burgos no lo hizo.

* Argentina perdió, así, porque, aunque tuvo mucho la pelota y porcentualmente (como le gusta al técnico) "dominó" más que Brasil, no supo convertir --una vez más-- un penal, y porque en líneas generales careció de ideas y de aptitud individual (jugadores aptos) para atacar y resolver en los últimos metros.

 

 

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