|
|
|
|
|
|
|
|
|
 Desde ayer,
Colombia vive bajo el toque de queda, que prohíbe a todos viajar entre el anochecer y el
amanecer. Esto forma parte de la respuesta del gobierno a la ofensiva de las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) contra Bogotá, la capital nacional. Ayer las
FARC atacaron 22 pueblos, mientras que las fuerzas armadas aseguraban que no hay
posibilidades de que las FARC lleguen al poder por la vía armada, y especularon que sólo
buscan fortalecer su posición de negociación. El ejército reportó la muerte de 100
guerrilleros de las FARC que perecieron cuando aviones y helicópteros atacaron los
vehículos en que los rebeldes se replegaban.El presidente colombiano, Andrés Pastrana, impuso el toque de queda en un 30 por ciento del país, incluyendo municipios de las afueras de Bogotá, y ordenó al ejército establecer puestos de registro en 10 de los 32 departamentos del país. Los más recientes combates y ataques de las FARC se registraron en apartadas zonas rurales del país, y menos en las inmediaciones de Bogotá, como sucedió el jueves, cuando 40 militares y 38 guerrilleros murieron en Gutiérrez, población cercana a la capital. Fuentes militares reconocieron la posibilidad de que las FARC, el grupo guerrillero más antiguo y numeroso del continente con unos 17.000 combatientes, intenten realizar ataques a capitales de provincia e incluso a Bogotá, ciudad de siete millones de habitantes. Preventivamente, helicópteros con artillería sobrevolaron Bogotá hasta la madrugada del domingo en medio de intensas medidas de seguridad. El ejército y la guerrilla acostumbran a minimizar sus bajas y a aumentar las de sus enemigos en esta larga confrontación de más de tres décadas, en la que han muerto 35.000 civiles en los últimos diez años. "No creo que los grupos armados tengan posibilidad de tomar el poder en Colombia. Una cosa es tomar el poder y otra distinta es hacer terrorismo", dijo ayer el ministro de Defensa, Luis Fernando Ramírez, reduciendo la importancia de la ofensiva guerrillera más exitosa de los últimos años. En algo parece coincidir el gobierno con los colombianos. Una encuesta del Centro Nacional de Consultoría publicada por el diario El Espectador reveló que un 70 por ciento de los colombianos califica a la guerrilla de "terroristas". Como las partes acordaron negociar en medio de la confrontación, la escalada de violencia guerrillera no alteraría el inicio de las conversaciones de paz, previsto para el próximo 20 de julio. La guerrilla cuenta con bases de apoyo en regiones rurales y en los sectores pobres de las principales ciudades del país, incluyendo Bogotá. Líderes de las FARC habían anunciado a comienzos de año que preparaban una "primera gran ofensiva" para llegar al poder por la vía armada, pero no precisaron cuándo la pondrían en marcha. El ministro de Defensa acusó a las FARC de estar utilizando la zona de 42.000 km2 que controlan desde noviembre en el sudoeste del país, para entrenar a sus combatientes y lanzar ataques. El presidente peruano, Alberto Fujimori, un partidario de la "mano dura" para combatir a las guerrillas izquierdistas, dijo que mientras en Colombia persista el terrorismo, este país seguirá siendo una "amenaza" para el continente, según declaraciones publicadas este domingo por el diario bogotano El Espectador. Sin embargo, descartó por el momento la necesidad de una intervención multilateral.
|
