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Por Adrián H. Mouján  ”Voy a
dejar pasar el tiempo, él me va a pedir disculpas y yo lo voy a disculpar”, dijo
uno. “En la vida lo que tiene que primar es la sinceridad, la veracidad, hablar de
frente y no estar teniendo actitudes que no son correctas”, afirmó el otro. Domingo
Cavallo (uno) y Gustavo Beliz (el otro) no son Susana Giménez y Huberto Roviralta y lo
que se tiraron no fue exactamente un cenicero, pero su divorcio ya es un hecho. El ex
ministro de Economía reiteró su idea de postularse a jefe de Gobierno en el año 2000 y
el legislador por Nueva Dirigencia le hizo saber que deberá enfrentarlo. En su tercer día de declaraciones cruzadas, los ahora ex socios no se ponen de acuerdo sobre el tipo de pacto que tenían, aunque sí parece claro que la sorpresiva decisión de Cavallo de postularse para suceder a Fernando de la Rúa fue la causal de la separación. Aunque desde el entorno de Beliz agregan que “no es que se enfureció de repente. Cuando Gustavo abrió el diario el sábado y leyó que Cavallo iba a bajar a la Capital Federal dijo: ‘Basta, hasta acá llegamos, ya aguanté bastante’. Son muchas las cosas que se vienen acumulando desde enero”. Para Beliz los puntos que llevaron a la fractura son los siguientes:  “Existía un
acuerdo en el cual quedaba claro que él trabajaba a nivel nacional y yo en la Capital
Federal.” Las negociaciones
entre Cavallo y Eduardo Duhalde. Y el aval que el diputado de Acción por la República
les habría dado a todas las operaciones tendientes a mostrarlo como el candidato a
destronar a la Alianza en el distrito. La falta de interés
que Cavallo mostró ante la propuesta de Beliz de recorrer juntos el país en una gira que
incluía 14 ciudades.Los cavallistas rechazan todos estos argumentos y en su defensa esgrimen que “la candidatura de Cavallo a presidente y Beliz para jefe de Gobierno funcionaba si se unificaban las elecciones. Pero si se mantiene su separación es injusto que Beliz se niegue a acompañarnos en octubre y se arrogue el primer lugar en la del año que viene. No es lógico que nosotros asumamos solos una elección nacional que no vamos a ganar y que después él vaya con buenas posibilidades a un comicio distrital, sin la polarización entre el PJ y la Alianza”. En un reportaje publicado el domingo en Página/12, Beliz dijo que Cavallo buscaba desesperadamente bajarse de la candidatura presidencial. Y según sus colaboradores el ex ministro de Interior manejaba esta idea desde hace mucho tiempo, sólo que “cada vez que hablaba con Cavallo, éste parecía tan ocupado con su postulación presidencial, que trasmitía todo lo contrario de lo que pensábamos”. Las dudas de Beliz se convirtieron en certeza cuando el jueves pasado Cavallo le ofreció nuevamente que lo acompañará como candidato a vicepresidente. En Nueva Dirigencia señalan un hecho como muy significativo. “Gustavo le dijo que quería ocuparse de la Capital. Cavallo, en su carácter de aliado, hubiera podido sugerir el nombre de un candidato a vicejefe, pero no hizo ni siquiera eso. Y el sábado nos madrugamos con su anuncio; ahí quedó en claro que no le importaba lo que nosotros hiciéramos.” Ayer, tras proponer una reconciliación imposible –ya que la quería precedida de un pedido de disculpas–, Cavallo ratificó su postulación al mostrar su optimismo sobre el resultado de una segunda vuelta en una eventual disputa con Aníbal Ibarra. “Si yo sacara más votos que Nueva Dirigencia y que el justicialismo, habría una segunda vuelta. Y yo pienso que quienes voten a Nueva Dirigencia y al justicialismo en la primera, preponderantemente me van a votar a mí”, dijo el diputado. En Acción por la República insisten en que su jefe mantendrá su candidatura presidencial y que piensa hacer una importante elección en octubre. Pero ya comenzaron a analizar las encuestas capitalinas y, respecto al sondeo de Equis que publicó ayer Página/12 y que le da a Ibarra una diferencia 20 puntos por sobre Cavallo, señalaron que “todavíano nos lanzamos y una encuesta ya nos da un buen escenario para la segunda vuelta”.
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