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“Hubo otros alumnos que también habían bajado”

Tras una asamblea, los compañeros del chico electrocutado en
la cámara de Edesur ratificaron que estaba sin candado, pese
a las dudas del juez. Llaman a un apagón contra la empresa.

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Por Cristian Alarcón
t.gif (862 bytes)  Nicolás Oviedo no le hizo caso al miedo ajeno, a sus compañeros que le pidieron que no descendiera a la cámara eléctrica, por el peligro que podía correr. “Al haber bajado en otras oportunidades, al igual que otros alumnos del colegio en años anteriores, estaba confiado en que no había ningún riesgo.” Así lo aseguran en un comunicado que divulgaron ayer 16 alumnos de la Escuela Técnica Ingeniero Huergo, después de una asamblea en la que finalmente decidieron convocar a un apagón masivo “contra Edesur” para hoy a las 21. La versión unificada de los estudiantes se dio a conocer tres días después del accidente. Aunque los compañeros de Oviedo desmienten “todas las versiones que sean ajenas al relato”, ya que eran “los únicos presentes en el lugar de la tragedia”, el juez que investiga la muerte, Héctor Yrimia, le dijo ayer a este diario que “aún no está claro si existía un candado en la abertura de la cámara. Hay versiones contradictorias: que no existía, que existió alguna vez. Y un rumor respecto a que fue forzado”.
Ayer, la del colegio Huergo fue una jornada agitada. Temprano, los casi mil chicos del turno mañana hicieron un minuto de silencio antes de entrar a las aulas. Y luego, en cada salón se iniciaron discusiones sobre las propuestas del centro de estudiantes, para realizar distintas protestas durante la semana, la última antes de las vacaciones de invierno. La puerta de entrada en la calle Martín de Gainza al 1000 se convirtió en un escenario conflictivo. El jefe de los preceptores mantenía a raya, sin discriminaciones, a todo aquel que quería ingresar a la escuela pasadas las ocho y media. “Pero yo vengo a buscar a mi hijo”, protestó un padre que despotricó hasta que le entregaron a su vástago. “Estos al final lo único que quieren es no dar los exámenes”, dijo, mientras protegía de la lluvia al chico con su propio pilotín y lo abucheaban por lo bajo los del turno tarde que no podían entrar a la asamblea.
El resultado de las discusiones que terminaron al mediodía con un plenario en el patio cubierto de la escuela fue la casi total ratificación de lo que el viernes anunció el centro de estudiantes: un apagón al que convocan a todos los porteños para hoy entre las 21 y las 21.15. Y para el jueves a las 18, frente a la central de Edesur, San José y Alsina, un escrache junto a otras escuelas porteñas. A eso se le sumó un comunicado oficial de lo que habría ocurrido el jueves a las 11.30 cuando murió Oviedo. Una lista de 16 chicos firman un relato detallado de lo que presenciaron. Algunos de ellos ya declararon ante el juez Yrimia. El magistrado le dijo a Página/12 que, si bien no dispone de las pericias, los informes preliminares demuestran que Nicolás quiso trepar para trasponer una segunda reja que le impedía llegar a la moneda que buscaba, y que “aparentemente un cable en que se apoyó cedió dejándolo caer sobre el transformador”. El magistrado dijo además que “aún no está claro si existía un candado en la abertura de la cámara. Hay versiones contradictorias: que no existía, que existió alguna vez. Y existe un rumor respecto a que fue forzado, que estamos tratando de confirmar”.
El relato consensuado por los testigos del hecho es que la moneda que buscaba Nicolás se le había caído “a una compañera” y “Nicolás decidió bajar a buscarla a pesar de que ellos “se negaban a que bajara”. Destacan que el chico ya lo había hecho en otras oportunidades, tal como “otros alumnos” del Huergo en “años anteriores”, de manera que él “estaba confiado de que no habría ningún riesgo”. Y aclaran: “Pudo bajar debido a que no se encontraba candado o una señal de prevención que advierta del peligro existente en la cámara de Edesur”. Lo mismo dijo ayer el padre del chico, Eduardo Oviedo, a una radio porteña: “No es la primera vez que bajaban, ya otras veces lo habían hecho. Ignoraban que había 13.200 voltios”.
Los compañeros de Nicolás explicaron en el comunicado que “al encontrarse dentro de la cámara y ver que estaba todo oscuro se asomó para pedir un encendedor, ya que el de él no funcionaba. En ese momento, todoslos presentes le reiteramos el peligro que corría, y que nadie se lo iba a dar para que saliera”. Fue entonces que lo perdieron de vista, aunque él les siguió hablando desde abajo. Después, relataron, el grupo que seguía sus movimientos desde la otra cámara, por donde había caído la moneda, lo “vieron golpear la reja del respiradero del transformador” para recuperarla. Fue cuando escucharon “un ruido extraño seguido de una explosión” y “un gemido de Nico”. Se desesperaron. “Dos compañeros nuestros querían bajar pero los detuvimos por el miedo que teníamos”, contaron ayer. Y cierran su comunicado advirtiendo que no aceptan otras versiones, porque “éramos los únicos que estábamos presentes en el lugar de la tragedia”.

 

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