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 A 24 horas
de su impresionante accidente en el circuito de Silverstone, Michael Schumacher alienta
planes para su regreso a la Fórmula 1. Desde su cama en el hospital vio una y otra vez
por televisión el accidente que protagonizó el domingo, cuando chocó a más de 200
kilómetros por hora y se fracturó la pierna derecha, y hasta tuvo ánimo para bromear al
respecto. “En la pantalla no se ve tan mal”, sostuvo Schumacher ayer a la
mañana, en la que ya comenzó a realizar algunos ejercicios físicos. “Tengo suerte
de estar vivo. Quiero salir cuanto antes y comenzar lo antes posible mi rehabilitación
–dijo–. Gracias a los enormes progresos en los autos, sólo me rompí una
pierna. Sé que no podré volver a correr durante dos o tres meses, y me doy cuenta de que
no tengo ninguna posibilidad de ser campeón del mundo este año, pero espero volver a
manejar una Ferrari antes de fin de año”. Ferrari anunciará hoy quién lo
reemplazará: el francés Jean Alesi, actualmente en Sauber, suena como el candidato más
potable.Según fuentes del Hospital General de Northampton, el piloto podría ser dado de alta hoy, luego de pasar otra noche internado recibiendo tratamiento. Pese a que se despidió por esta temporada del sueño de obtener su primer título con Ferrari, el piloto de 30 años mantiene el optimismo. “Mi mayor preocupación era no poder salir del auto”, recordó. Sus heridas sanan bien”, aseguró el director del hospital, David Wilson. Schumacher ya recibió muchas visitas. Su esposa Corinna voló el mismo domingo desde Ginebra para acompañarlo, pero también se acercaron su jefe y amigo Jean Todt, tres colaboradores de Ferrari, su hermano Ralf, Jean Alesi y su ex rival Damon Hill. Una posición oficial acerca de las causas concretas del accidente es algo aún pendiente, ya que Ferrari prefiere ser prudente. El presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), Max Mosley, declaró a medios británicos que se trató de una falla en los frenos, según el resultado que habría arrojado la primera investigación. La agencia alemana DPA citó a un técnico de la Fórmula 1, que prefirió mantener el anonimato, al afirmar que “un error en la instalación ocasionó la falla de los frenos. Con casi absoluta seguridad, el mecánico no atornilló por completo la rosca de freno en las ruedas traseras. A causa de las vibraciones por la alta velocidad se fue aflojando, debido a ello se derramó el líquido de freno y Schumacher ya no pudo frenar”, agregó. En la curva antes de frenar, la Ferrari viajaba a 310 km/h. Schumacher apretó el pedal y mientras los frenos traseros no funcionaron, las ruedas delanteras se bloquearon, por lo que para el piloto fue imposible doblar, y el auto siguió, inexorablemente, en línea recta, para impactar contra la barrera de neumáticos a 160 km/h, con una desaceleración de 40 G. Ferrari había dicho a última hora del domingo que el accidente había sido el resultado de una falla en el sistema de frenos, pero agregó que el motivo real no podría ser determinado sino antes de realizarse una serie de controles. Luca Di Montezemolo, el presidente de Ferrari, opina que el domingo fue “un día negro que debemos olvidar lo más rápidamente posible”.
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