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 ”Con
mucho gusto lo voy a denunciar”, aseguró el ministro de Seguridad y Justicia
bonaerense León Arslanian. “Está en campaña”, matizó desde Roma el
gobernador Eduardo Duhalde. “Tuvo una idea poco feliz”, acentuó su compañero
de fórmula, Palito Ortega. Chacho Alvarez se agregó a la polémica afirmando que su
propuesta “derivará en las leyes de la selva”. Hubo un pedido de los
legisladores aliancistas Juan Pablo Cafiero y Diana Conti para que lo cite la Comisión de
Seguridad de Diputados. El abogado Ricardo Monner Sans fue expeditivo: presentó ante la
Justicia una denuncia por “apología del delito e incumplimiento de los deberes de
funcionario público”. En el otro extremo, el secretario de Seguridad Miguel Angel
Toma dijo: “No estoy de acuerdo, pero lo comprendo”. Todos, absolutamente todos,
ayer hablaban de Luis Abelardo Patti, el intendente de la tolerancia cero de Escobar, y de
sus anunciados piquetes armados de civiles en reemplazo de la policía. No conforme con el
rating, Patti insistió ayer en echar nafta al fuego: “Algo vamos a tener que hacer
-dijo–, antes de que la gente incendie una comisaría”.La piedra del escándalo la desató el ex subcomisario el martes, en plena campaña a la gobernación por la Unidad Bonaerense. Alrededor de tres centenares de remiseros se reunieron frente a su puerta para reclamarle mano dura contra el delito, después del extraño caso sufrido por uno de sus colegas, Mario Peña, a quien intentaron asesinar sin robarle un solo peso de la billetera. El intendente de Escobar se tomó a pecho el pedido y, ante la multitud carrozada, conminó al ministro Arslanian a que diera “una respuesta satisfactoria, reforzando la seguridad y controlando los remises y los colectivos, o nosotros vamos a hacer piquetes armados”. Ayer por la mañana, Arslanian acusó recibo: “Patti debería haber sido destituido hace rato. Su propuesta es un disparate, totalmente desechable. No me sorprenden sus declaraciones, por su desapego a toda forma legal”. El ministro subrayó que “con mucho gusto lo voy a denunciar”, aunque después puso paños fríos: “Por supuesto, voy a pedir la cinta desgrabada de las declaraciones, para examinar la posible configuración de un delito de acción pública”. A esa misma hora, el abogado constitucionalista Ricardo Monner Sans presentaba ante la Justicia una denuncia contra Patti por los delitos de apología del crimen e incumplimiento de los deberes de funcionario público. La presentación recayó ante el Juzgado Federal 1, a cargo de María Servini de Cubría, con la actuación del fiscal 3º Eduardo Taiano. “La fuerza policial sólo es legal si es estatal –dijo el letrado a Página/12–. Incitar a formar bandas no estatales es ilícito. El poder de policía es indelegable. Lo que hizo Patti es buscar sustituir la incapacidad policial auspiciando la represión paraestatal. Entiendo que Patti no tenga memoria. Pero yo sí.” Monner Sans pidió también que se investigue el delito de usurpación, al proponer reemplazar un poder estatal por su propia cuenta, y el de tenencia de armas. El clamor de los remiseros del que Patti se hizo eco llegó también a Roma, desde donde Eduardo Duhalde, de campaña en el Vaticano, se sumó a la polémica: “Son palabras de candidatos que están en campaña”. Su compañero de fórmula, Palito Ortega, fue más certero al definir como “poco feliz” la propuesta de Patti. “Es gravísima la posibilidad de encontrarnos con la gente en la calle, armada, haciendo justicia por sus propias manos.” Por su parte, desde la Alianza, Chacho Alvarez, aseguró que “es volver a la ley de la selva”, mientras que Cafiero y Conti elevaron un pedido para citar al intendente ante la Comisión de Seguridad de Diputados. Miguel Angel Toma, por su parte, hizo algunas fintas. “No comparto lo de Patti, pero es absolutamente comprensible –sostuvo–. Entiendo el cansancio de la gente, porque si la democracia no da respuesta, se cansa y muchas veces sigue caminos que no son buenos pero muchas veces son los únicos.” La polémica aún no había llegado a su clímax cuando Patti arrojó otro bidón de nafta: “No voy a dejar que maten a los vecinos –declaró ayer–. Si se hacen los sordos vamos a tener que hacer algo. Mi miedo esque, de seguir así, la gente se vaya a encolumnar y prenda fuego a alguna comisaría o a un tribunal. Este tema se está escapando de las manos”.
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