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YA HAY 14 PÁGINAS EXTREMISTAS ARGENTINAS EN INTERNET
Explosión neonazi en la web

Hace tres años, no existían. Hoy hay más de   una docena de sitios dedicados a difundir propaganda racista, antisemita y pronazi.

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Por S.K.

t.gif (862 bytes) Los “nacionalistas” argentinos descubrieron en el mundo virtual una herramienta de propaganda que están utilizando con un entusiasmo preocupante. Catorce sites argentinos ya pueblan Internet y están comenzando a notarse entre los centenares de páginas racistas, antisemitas, “revisionistas”, skinhead, paganas, nazis y neonazis del mundo entero. A juzgar por lo que muestran los motores de búsqueda de las computadoras, los argentinos ya le están peleando la primacía a los españoles en cuanto a generar propaganda derechista electrónica y son de lejos los primeros en Latinoamérica.
Internet le dio a los ultraderechistas del mundo entero una oportunidad de difusión que no tenían por lo menos desde el fin de la guerra mundial. Donde tradicionalmente se encontraba un circuito semiclandestino de publicaciones mal impresas y peor escritas, las computadoras presentan hoy páginas bien presentadas, cuando les conviene bien disimuladas y en un número sorprendente de casos excelentemente diseñadas y operadas. La afición a las computadoras prendió fuerte entre los nostálgicos del Reich.
La proliferación de páginas neonazis argentinas en la red, que no existían hace menos de tres años, hizo que la diputada radical Margarita Stolbizer presentara un proyecto de resolución para que el Gobierno frene el avance racista en la red. En su texto, la diputada confiesa abiertamente que teme que la situación social sea propicia para el reclutamiento de los extremistas de derecha.
Los neonazis descubrieron muy temprano dos características únicas de la red electrónica. Una, que Internet es una suerte de kiosco pasivo, donde todo lo que hay que hacer es presentar el producto y el consumidor llega solo a retirarlo. Por lo tanto, no existen ni costos ni problemas de distribución, el eterno problema de una franja política marginal y muchas veces literalmente impresentable. La segunda característica de Internet es que es un universo de jóvenes, el público impresionable y sin mayor contexto histórico que la ultraderecha aspira a conquistar.
Así, la red electrónica se pobló de propaganda de todas las naciones y causas derechistas imaginables: memoriales a Hitler, tratados eugenésicos, catálogos de música Oi, proclamas raciales y racistas, multitudes de periódicos. En ese mundo los noruegos reivindican a Quisling y a los vikingos, los boers impulsan la supremacía blanca en Sudáfrica, los españoles alzan la Hispanidad y reivindican la legión Azul de la SS. Los norteamericanos, dueños de la abrumadora mayoría de los sites, publicitan las causas más variadas: religiones paganas y racialistas, el viejo partido nazi de Rockwell, skins de todo tipo, agrupaciones “anti” todo grupo étnico que exista bajo el sol y hasta, últimamente, racismo en español para los latinos blancos.
Los argentinos presentes en la red son el Centro de Estudios Evolianos, su revista El Fortín, el Partido Nuevo Orden Social Patriótico, el Partido Nuevo Triunfo, la Juventud Nacionalista y Socialista Argentina, la revista Disenso, Historia NR: Revisionismo Histórico, la Alianza del Lobo, la extrañísima Hermandad Asatrú, y el decano de los periódicos neonazis argentinos, Libertad de Opinión, editado por Alejandro Biondini, que mantiene además un Panteón de los Héroes y la Red Kalki de sitios fascistas. La red argentina tuvo recientemente dos bajas, la del sitio Volksturm y la de su grupo madre, la librería Walhalla, cerrados desde que la justicia procesó a sus dueños por vender literatura y videos nazis. La mayoría de los espacios de “links” de las páginas neonazis incluyen dos páginas aparentemente inconexas: Veteranos de Guerra, donde una agrupación de ex combatientes de Malvinas exige con estridencia el mantenimiento de “esta causa nacional”, y la Liga Argentina Contra la Usura, un site de escaso y confuso contenido dedicado a culpar de todos los males a los usureros internacionales.
Alejandro Biondini tuvo su momento de fama cuando era el “pequeño Führer” argentino, a fines del gobierno de Raúl Alfonsín. La década delnoventa lo metió en problemas: su insistencia en utilizar la svástica como escudo partidario y su creciente estridencia lo llevaron a pasar un año en prisión y a mantener un estrictísimo bajo perfil al ser excarcelado. Según cuenta él mismo, fue entonces que descubrió la computación. Hoy, el líder del Partido Nuevo Triunfo es el principal webmaster de la derecha radical argentina. Su Red Kalki –el título responde, nada modestamente, al “nombre de guerra” de Biondini– opera las páginas de su partido, un panteón de “héroes” caídos por su causa, una red sonora, el sitio de la Juventud Nacionalista y Socialista Argentina que lo sigue como líder supremo y su revista Libertad de Opinión.
Definida como “la voz del mundial del nacionalismo argentino”, Libertad de Opinión es la agencia de noticias personal de Biondini, actualizada casi diariamente con sus comentarios sobre eventos de todo tipo. Fundada hace dos años, le devolvió a su operador protagonismo y le solucionó el eterno problema de financiación y distribución de sus revistas, que cerraba y abría constantemente. Este éxito no pasó desapercibido por sus aliados y por rivales como Alejandro Franze, que acaba de estrenar página propia. Y tampoco dejó de percibirse que mientras que vender diarios y revistas significa problemas legales, en los términos de la ley contra la discriminación, Internet es una zona gris y desregulada, que hasta puede situarse materialmente fuera del país.

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