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EL GOBIERNO SE DESENTIENDE DE LAS PROVINCIAS QUE FUERON SUS ALIADAS
Ahora si te he visto no me acuerdo

Se profundizan los conflictos sociales, con represión, en Neuquén, Tucumán, Tierra del Fuego y Corrientes. Todas están gobernadas por partidos provinciales aliados de Menem, favorables a la re-reelección. El Gobierno ya no aporta fondos y se despreocupa de la suerte de Duhalde.

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Por Fernando Almirón
t.gif (862 bytes)  Las provincias que por estos días afrontan una grave crisis económica y social reconocen cuatro factores en común. Están gobernadas por partidos provinciales y fueron las que se sumaron con mayor entusiasmo al proyecto reeleccionista de Carlos Menem. Fueron beneficiadas durante años con fondos extras a través de Aportes del Tesoro Nacional, subsidios y créditos especiales otorgados por el Ejecutivo nacional. Incrementaron sus plantas de agentes públicos para paliar las consecuencias de la desocupación y conservar así su caudal electoral. Y no aplicaron el modelo de ajuste que les recomendó el Ministerio de Economía. Ahora el Gobierno patea la pelota afuera, responsabiliza a los gobernantes por sus desquicios financieros y se desentiende del costo político que sin duda afecta la suerte electoral de Eduardo Duhalde.
Las detonaciones de las granadas de gas lacrimógeno, balas de goma y el estallido de las vidrieras apedreadas por los manifestantes que reclaman cobrar sus salarios despertaron el sueño efímero de las capitales provinciales que se durmieron imaginando que en la política descansaba el milagro de sobrevivir sin necesidad del ajuste políticamente adverso. Ahora la situación es una brasa en la mano de los dirigentes provinciales que estrechan la diestra de los funcionarios nacionales enfundadas en guantes de amianto. Con el fin del proyecto de perpetuidad menemista en el poder, se comenzó a desmantelar el paraguas protector bajo el que se ubicaron Raúl “Tato” Romero Feris, de Corrientes; Antonio Domingo Bussi, de Tucumán; José Estabillo, de Tierra del Fuego; y Felipe Sapag, de Neuquén. Sus administraciones provinciales están en bancarrota.
La escena se repite semana a semana, con diferente paisaje de fondo: las montañas nevadas de Ushuaia, las calurosas calles de Corrientes, la verde plaza Independencia de Tucumán o los álamos de Neuquén. En primer plano los pelotones policiales disparan granadas de gas lacrimógeno y balas de goma a mansalva contra empleados estatales que reclaman cobrar sus sueldos, que en algunos casos ya acumulan un atraso de tres meses.
En otra secuencia aparecen los funcionarios provinciales que se amontonan en la antesala del despacho del ministro del Interior, Carlos Corach, mientras revisan los argumentos de lealtad política para obtener aunque más no sea unos pocos millones y aliviar sus cada vez más desbocadas crisis provinciales. Y se repite la escena del regreso a los pagos con los bolsillos vacíos.
Invariablemente el Gobierno contesta que no cuenta con fondos para responder a las desesperadas demandas, que cumplió con todos los compromisos económicos con las provincias y que no tiene deudas con ellas, que la responsabilidad es de los gobernantes que no hicieron el ajuste de economías tal como le fue sugerido reiteradas veces por el gobierno central. Y por lo bajo agregan que ellos ya son impermeables a las consecuencias electorales que le puedan acarrear al justicialismo la transmisión en directo de las protestas provinciales.
Sin solución a la vista se encuentran:
u Corrientes. La provincia soporta desde hace una década una permanente crisis institucional. Durante la gestión de Menem fue intervenida tres veces. A lo que siguió la gestión de Raúl “Tato” Romero Feris, creador del Partido Nuevo. Una expresión política local aliada al menemismo. La falta de inversión en proyectos productivos y la creciente desocupación fue sustituida por el gobierno provincial sumando agentes a la administración pública. El resultado: casi el 45 por ciento de la población de la provincia trabaja para el Estado que gasta sólo en sueldos cinco millones más de lo que recibe mensualmente de coparticipación federal. La deuda deCorrientes asciende a 1400 millones, y tiene embargados buena parte de sus recursos a futuro. Debe despedir a unas 25 mil personas, entre otros ajustes, si quiere recibir nuevos créditos. El jueves comenzó por cesantear a 7 mil agentes en medio en una grave crisis política.
u Tucumán. El ex dictador Antonio Domingo Bussi fue otro de los protegidos por el gobierno nacional. Al igual que Corrientes un partido provincial, Fuerza Republicana, tuvo más acceso a la Casa Rosada que el propio justicialismo local. Bussi también encontró su caudal electoral -el que de todos modos perdió en la ultima elección– en la capital de la provincia donde se concentra la mayoría de los empleados públicos. El ex general supo hacer buen uso de los subsidios que llegaban bajo la forma de planes de trabajo temporales para paliar la desocupación entre los tucumanos. Gastó a cuenta apostando a la continuidad del menemismo en el poder y al triunfo de su hijo que lo sucedería en el gobierno. Perdió en ambos casos y se quedó con la caja vacía. Se atrasó en el pago de los trabajadores municipales que salieron a la calle. Corach le prometió enviarle tres millones y medio a través de un crédito del Banco Nación, pero le retiró el apoyo político al responsabilizarlo por la crisis financiera que atraviesa la provincia.
u Tierra del Fuego. José Estabillo, del Movimiento Popular Fueguino y amigo personal de Menem, también apostó a futuro. Es el primer gobernador de la isla desde que se provincializó y gozó de un generoso flujo de dinero extra desde las arcas del gobierno nacional. Aumentó la planta de personal del Estado, multiplicó ministerios y secretarías, encaró obras que ahora no puede pagar. Como tampoco puede pagar el sueldo de los empleados públicos ni sostener los beneficios sociales que había puesto en marcha cuando pensaba que el Movimiento Popular Fueguino ganaría las elecciones anticipadas en el mes de junio. Perdió y ahora sabe, porque se lo dijo ayer el ministro Corach, que no hay dinero para los que están en retirada para dejarle lugar a otros.
u Neuquén. Felipe Sapag, del Movimiento Popular Neuquino, otro aliado del gobierno menemista. Los conflictos comenzaron cuando el gobierno provincial dispuso, en 1995, quitarle el plus adicional que cobraban los estatales de la provincia por trabajar en zona desfavorable. El descuento representaba un 40 por ciento del sueldo de los empleados públicos que protagonizaron largas jornadas de protesta. Ante la situación, Sapag optó por reducir la quita a un 20 por ciento. Y es lo que reclaman recuperar ahora los manifestantes que sostienen duros enfrentamientos con la policía.
En el Gobierno insisten en que para ninguno de ellos habrá dinero, y se ponen los guantes de amianto antes de tenderles la mano.

 

Un día de incendio en las provincias

Tierra del Fuego arde
Ayer por la tarde dos mil trabajadores estatales se reunieron frente a la Legislatura de Tierra del Fuego para reclamar el pago de una parte del sueldo del mes de julio que aún no pudieron cobrar. También demandaron la reapertura de los centros infantiles integrados, los hogares de ancianos y los comedores escolares que fueron cerrados la semana pasada por disposición del gobierno que argumentó falta de fondos para seguir sosteniendo su funcionamiento. El gobernador de la provincia, José Estabillo, reconoció por esas mismas horas desde Buenos Aires que la situación financiera de la isla es “realmente delicada y muy límite”. Y anunció el fracaso de sus gestiones ante el gobierno nacional. La única salida que le queda ahora a su administración es enmendar el artículo constitucional de la provincia que impide endeudarse por valores superiores al 25 por ciento de sus recursos ordinarios. Estabillo deberá ahora convencer al gobernador electo por el PJ, Carlos Manfredotti, de la necesidad de modificar la norma y evitar una crisis social.

En el puente de Corrientes
Más de un centenar de docentes y empleados estatales correntinos interrumpieron ayer, a intervalos de 10 a 15 minutos, el tránsito sobre el puente interprovincial General Belgrano que une la capital de la provincia con Resistencia, Chaco. La nueva medida se suma al prolongado reclamo por los sueldos impagos de mayo, junio y el medio aguinaldo de este año que afecta al sector público. Mientras continúan las demandas, el gobierno interino no logra cerrar las negociaciones con el gobierno nacional y los bancos que le permita anunciar una fecha firme en la que se ponga fin al conflicto que mantiene en vilo a los correntinos. Tampoco parece resolverse la situación institucional que comenzó con el desplazamiento de los representantes del Partido Nuevo del poder, y el destino judicial de su presidente, Raúl “Tato” Romero Feris. Ayer los defensores del ex hombre fuerte de Corrientes iniciaron una nueva ofensiva destinada a mantener al caudillo lejos de la cárcel, a la que podría ser trasladado desde el sanatorio en el que actualmente se encuentra internado si prospera la causa por malversación de fondos que le sigue el juez Juan Manuel Segovia.

Otra marcha en Tucumán
Después de dos jornadas de enfrentamientos entre municipales y policías, los que dejaron como saldo un muerto y 30 heridos –uno de ellos de gravedad– y destrozos en el casco céntrico de la capital tucumana, unos 800 empleados comunales volvieron a marchar ayer desde el Concejo Deliberante hasta la Casa de Gobierno desafiando a la policía que esta vez se mantuvo a discreta distancia. El conflicto originado por el atraso en el pago de salarios podría solucionarse a principios de la próxima semana, cuando llegue el préstamo por 3,5 millones de dólares que el gobierno de Antonio Domingo Bussi, con acuerdo del gobernador electo, el justicialista Julio Miranda, pactaron con el Banco de la Nación gracias a los oficios del ministro del Interior, Carlos Corach. Pero no representará un alivio a futuro. Según el secretario general del gremio de los municipales tucumanos, el préstamo resulta “insuficiente para subsanar los problemas generados por la falta de pago”, y le reclamó al gobernador Bussi que se quede “al frente del gobierno hasta terminar con su mandato” y que “solucione antes de irse los problemas que dejó en la provincia”.


Muchos años de beber de una vaca  que ya ha dejado de dar leche

Los conflictos provinciales reconocen su génesis en la crisis de la recaudación impositiva. El fin de los ATN discrecionales y el agotamiento de la coparticipación profundizan las crisis en el interior.

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Corach anunció un refuerzo de 3,5 millones de pesos para Bussi.
Manifestantes tucumanos corren ante el avance de la policía.

Por Raúl Dellatorre
t.gif (862 bytes) La crisis en la recaudación de los impuestos nacionales está en la base de los conflictos que van brotando, como hongos después de la lluvia, simultáneamente en diferentes puntos del territorio argentino. Sin posibilidad de obtener recursos propios, las provincias más pobres vivieron durante años de la coparticipación (distribución) de los ingresos tributarios nacionales y de los Aportes del Tesoro Nacional repartidos discrecionalmente por el Ministerio del Interior. Pero ahora esa vaca se quedó sin leche, y no son sólo las llamadas provincias pobres las que empiezan a pagar las consecuencias.
El circuito perverso de vaciamiento de las administraciones provinciales no reconoce como único origen la desprolijidad en el gasto de sus responsables. El remedio resultó peor que la enfermedad. La “ayuda” oficial proveniente del gobierno central llegó acompañada de exigencias de “políticas de ajuste estructural”, eufemismo con el que se designaba el desguace del patrimonio provincial: bancos y empresas proveedoras de servicios públicos, principalmente.
Con el tiempo, esa obtención de recursos de corto plazo –que se agotaron en igual lapso– resultó fatal. Sin una entidad financiera que captara recursos líquidos del mercado, los gobiernos provinciales perdieron una fuente de financiación barata. Y las necesidades de fondos que no cubrían con recursos nacionales, las debieron reemplazar con endeudamiento en entidades privadas, a tasas más caras. Así, en su conjunto, los distritos provinciales acumularon una deuda superior a los 17 mil millones de dólares.
La porción del gobierno nacional como acreedor de las provincias fue cediendo espacio en la misma medida que crecía la participación de los bancos privados. Más de un tercio de la deuda total (cerca de 6 mil millones de dólares) están comprometidos con las entidades financieras, mientras que las deudas con organismos internacionales supera los 3 mil millones. La deuda documentada con títulos públicos provinciales se aproxima a los 4 mil millones (con acreedores de distinto carácter), en tanto que las acreencias con el gobierno nacional alcanzan una cifra inferior a los 300 millones.
La política de ajuste dejó otra herencia perversa: el gasto provincial se hizo cada vez más inflexible, ya que al concentrarse en los servicios sociales básicos pasó a estar constituido fundamentalmente por salarios. Ello explica que cada impacto sobre los presupuestos provinciales derive, directamente, en un conflicto con los estatales.
La creciente incapacidad de pago de las provincias se enfrentó con el endurecimiento de los acreedores privados. Las provincias empezaron a otorgar como garantías sus ingresos futuros por coparticipación. Y ahora deben sufrir las consecuencias: el gobierno nacional les retiene la cuota correspondiente a los bancos antes de girarle los fondos.
El caso de Neuquén es paradigmático. La provincia se caracterizó históricamente por el superávit en sus cuentas públicas, contando a favor con las regalías petroleras que abonan las empresas que explotan el gas y el petróleo de su subsuelo. Pero esos recursos fueron insuficientes para contener la demanda de gastos sociales cuando la crisis también golpeó a su economía. En 1998, su nivel de endeudamiento creció en un 30 por ciento (de 305 a 398 millones de pesos), que se remedió con una receta clásica: ajuste de gastos y reducción de sueldos. Hoy, la demanda de devolución de dichos recortes es la principal bandera de los estatales provinciales, no conformes con ser los que paguen con los platos rotos del fin de la fiesta.
Ahora que el Estado nacional ya no responde por las demandas provinciales, el ajuste mostró su cara más dramática. El “efecto derrame”, que los predicadores neoliberales proclamaban a principios de la década como el maná que llovería después de los sacrificios, terminó resultandoal revés. La crisis de ingresos fiscales a nivel nacional terminó derramando las angustias sobre las provincias, agregando presión a un volcán que ya venía en ebullición.


VIOLENTOS ENFRENTAMIENTOS Y NUEVE DETENIDOS EN NEUQUEN
Siguen los palos al estilo de Sapag

Por Elio Brat
Desde Neuquén

t.gif (862 bytes) Con una durísima represión, la policía neuquina desalojó a unos quinientos trabajadores que ayer al mediodía volvieron a cortar el tránsito en los puentes que unen esta capital provincial con la ciudad rionegrina de Cipolletti. La protesta se produjo en el quinto día consecutivo de paro por tiempo indeterminado que cumplen los trabajadores estatales de la Asociación de Trabajadores del Estado de Neuquén y los docentes de la Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén, quienes desde hace tiempo vienen reclamando por la devolución en sus salarios del 20 por ciento que por zona desfavorable el gobierno de Felipe Sapag les quitó hace más de tres años aduciendo “emergencia económica”.
La policía provincial actuó muy violentamente en el barrio Sapere, lindante a la zona de los puentes carreteros, tirando gran cantidad de gases lacrimógenos y balas de goma, muchas de ellas directamente al cuerpo de los manifestantes y vecinos que estaban en el lugar. Los encontronazos luego se continuaron en pleno centro de Neuquén, donde fue apedreada la Casa de Gobierno. Nueve detenidos .-que fueron liberados en la tarde de ayer– y una docena de heridos leves fue el saldo de unas cuatro horas de mucha tensión y violencia.
El día de ayer amaneció con los ánimos muy caldeados en Neuquén, luego que los bloques legislativos del mayoritario Movimiento Popular Neuquino y el Partido Justicialista se negaron a recibir .-a pesar de haberles cursado una invitación para que abandonen la ruta y retomen el diálogo– a una delegación de sindicalistas encabezados por los secretarios generales Julio Fuentes de ATE y Liliana Obregón de ATEN.
Luego, en conferencia de prensa, los jefes de bloque descartaron prácticamente en forma definitiva la posibilidad de tratar este año en la Legislatura provincial la restitución del 40 por ciento total por zona desfavorable en los salarios de los trabajadores en huelga y la devolución de lo que se les ha quitado hasta el momento desde hace tres años y medio. Sólo el Frepaso, que tiene tres diputados de los 35, presentó un proyecto de “restitución en cuotas” que según sus pares “no será tratado”.
Así las cosas, los trabajadores volvieron a cortar el tránsito sobre la ruta 22, en el acceso mismo de los puentes carreteros Neuquén-Cipolletti. Inmediatamente y sin mediar aviso alguno, efectivos de la DESPO (Dirección Especial de Policía) neuquina avanzaron tras un carro hidrante que despejaba el camino. Al llegar a las dos globas que los gremios habían emplazado en una rotonda para permanecer allí, decenas de efectivos la bajaron en forma violenta. Allí se produjo la primera detención: el sonidista de ATE Marcelo Muñoz.
Cuando los manifestantes se replegaron en el barrio Sapere, la represión continuó allí durante más de una hora. Decenas de granadas de gas lacrimógeno ingresaron a las casas de los vecinos, quienes protestaron airadamente “porque están ahogando a los chicos”. En el mismo momento de la avanzada policial se producía la salida de los alumnos de un colegio primario ubicado en el corazón de ese barrio neuquino.
Cuando el grueso de los manifestantes se trasladaron al centro de la ciudad, la policía hizo lo mismo y los hechos de violencia se repitieron. Así fueron destruidos los vidrios de la municipalidad capitalina, del Citibank y del local central del Partido Justicialista a metros de la Casa de Gobierno provincial, cuyas ventanas fueron apedreadas por jóvenes enardecidos que lucían pañuelos cubriendo sus rostros.
El abogado de ATE Mariano Mansilla confirmó que los detenidos fueron nueve .-entre ellos hay tres menores– y quedaron a disposición de la jueza federal Margarita Gudiño de Argüelles. “Pedimos la inmediata excarcelación de todos”, dijo Mansilla, quien también denunció que”Roberto Ñancucheo y Benito López Cumilao, ambos de la Confederación de Organizaciones Mapuches, fueron detenidos muy lejos del lugar de los enfrentamientos y brutalmente golpeados”. El abogado confirmó también que fue detenido el secretario general de ATE en Loncopué de apellido Almendra “quien fue muy golpeado por la policía y llevado al hospital Neuquén antes de ser trasladado a la comisaría primera”. Por la tarde, todos fueron liberados.

“La Patagonia rebelde”

La Red Patagónica de Derechos Humanos y Organizaciones Sociales, repudió ayer en Neuquén “la represión ordenada por el gobierno del MPN contra los trabajadores y el pueblo neuquino movilizado que reclamaban por la restitución del 20 por ciento que les fuera arrebatado hace cuatro años”. “Este gobierno (de Felipe Sapag) que ordenó la represión al pueblo de Cutral Có y que asesinó a Teresa Rodríguez, sigue demostrando su rol de gendarme de la provincia”, concluyen unas 25 organizaciones de toda la Patagonia, quienes no dejaron de exigir “la libertad de todos los detenidos por la policía neuquina”, hecho que se produjo a la tarde. En un comunicado firmado por la dirigente local Gladys Rodríguez, esta Red Patagónica dice textualmente que “afortunadamente como hoy podemos leer en las paredes de Neuquén `la Patagonia sigue siendo rebelde’ y no acepta que le privaticen los sueños y las esperanzas”.

 

 

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