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Por V.G. Patricia fue secuestrada el 30 de julio de 1976 en la casa de sus padres, en Santa Fe. Estuvo detenida en tres centros clandestinos: el que funcionaba en la comisaría primera, en la comisaría cuarta y en la Guardia de Infantería Reforzada de esa ciudad. A Brusa lo vio en ese último lugar. Recuerda de él la sonrisa como la del Guasón y el profundo cinismo que guardaba su mirada. Sin saber su nombre, Patricia denunció al falso psicólogo ante la Cruz
Roja, en febrero de 1977. Todavía estaba cautiva aunque ya la habían
blanqueado. Un día, al sacar la basura, una compañera vio al funcionario
judicial. Llegó Brusa, anunció. Patricia reconoció al falso psicólogo. Con
su compañera se había presentado con su nombre y apellido y su verdadera ocupación,
secretario del juzgado federal a cargo de Fernando Mántaras (hoy fallecido). A varias
mujeres las había amenazado para que firmaran un papel y ante la negativa las había
pateado. Brusa también fuevisto por detenidos en la comisaría cuarta. Las denuncias
indican que presenció y avaló torturas. La Comisión de Acusación del Consejo de la
Magistratura escuchará hoy a Patricia Isasa, Ana Cámara, Estela Maris Vallejos, Anatilde
Bugna, Carlos Pacheco, Rubén Maulín y Roberto Cepeda. Isasa, quien vino a declarar desde
Londres, presentará ante los miembros del organismo una copia del procesamiento dictado
contra el magistrado por el juez español Baltasar Garzón en la causa por genocidio y
terrorismo de Estado. El Consejo de la Magistratura heredó el pedido de juicio político
contra Brusa que habían presentado los diputados Alfredo Bravo y Elsa Combes en el
Congreso. En un principio, el juez fue denunciado por haber atropellado a un nadador con
su lancha y huir. Luego se agregaron las acusaciones por su participación en la
represión. El atropelló a este chico al igual que nos pasó por encima a nosotros
veinte años antes. Es la misma mentalidad, la que lo hace huir sabiendo que hay
impunidad, afirmó Patricia, quien hoy representa en Londres a organizaciones
españolas de derechos humanos. Que quede claro concluyó que esto no es
sólo un problema del pasado. Esta persona administra justicia y representa al Estado. Es
el problema de la Justicia federal hoy. Y Brusa es el caso más grotesco.OPINION
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