Por Florencia Grieco Yigal Amedi es el vicealcalde
de Jerusalén por el Likud, el partido que lidera la oposición de derecha al gobierno
laborista de Ehud Barak. En octubre del año pasado, el entonces primer ministro y líder
del Likud, Benjamin Netanyahu, firmó el acuerdo de Wye Plantation con los palestinos. Dos
meses después suspendió su aplicación y las conversaciones de paz quedaron nuevamente
paralizadas. Hace una semana, Barak firmó en Egipto un nuevo acuerdo bautizado Wye II. El
flamante líder del Likud, Ariel Sharon, lo denunció como un humillante fracaso del
gobierno. En esta entrevista exclusiva con Página/12, Amedi dice estar satisfecho
por el avance, pero no oculta su desconfianza sobre los palestinos y su preocupación
porque Barak descuide la seguridad de la población israelí. Elogia, en cambio, a
Netanyahu, y subraya que Jerusalén no es materia negociable porque ningún sector en
Israel está dispuesto a aceptar su división. ¿Qué piensa de este nuevo acuerdo
con los palestinos?Por una parte me siento contento, pero por otro lado estoy muy
preocupado porque volvimos a ver señales confusas de parte de los socios con los cuales
queremos continuar este proceso de paz. Estamos negociando con una especie de animal que
tiene varios brazos. Lo preocupante es que cuando uno de esos brazos extiende la mano de
la paz, otro brazo se dedica a llevar adelante atentados. Cuando estas cosas suceden es
como si recibiéramos cachetadas permanentemente. Ya estamos fastidiados y cansados de la
guerra, pero de repente hay un nuevo atentado que nos hace conscientes de que el camino
hacia la paz verdadera todavía es demasiado largo. ¿Cómo se resuelve esta
situación si no hay total confianza en sus socios?Yo puedo creer en los palestinos,
pero también tengo que ser prudente y tener cuidado. No hay una única respuesta en esta
situación contradictoria y dual. Como sabemos que en estas conversaciones tenemos socios
que no son convencionales, el camino no es simple. Pero es muy importante para la
seguridad de la población de Israel que el camino sea uno solo. Debemos ser realmente
prudentes para que cada paso hacia la paz no descuide la seguridad de los habitantes
israelíes. La base de la vida normal debería ser que todo ciudadano se levante sin el
temor de que en cualquier momento y lugar estalle una bomba. Por eso, desde mi punto de
vista, la búsqueda de la paz con los palestinos debe ser paralela al tema de la
seguridad. ¿En qué consiste mantener la seguridad?En el tema de los cuidados
de las fronteras tenemos una larga experiencia porque el ejército de Israel es sólido.
Cuando sabemos que la confrontación es militar, ejército contra ejército, sabemos cómo
responder. Pero yo no estoy hablando de este tipo de seguridad porque esas garantías ya
las tenemos. La seguridad de la que hablo es la del ciudadano, del hombre común que se
enfrenta imprevistamente a ataques terroristas. Nosotros descubrimos que delante nuestro
hay gente para quienes la vida no tiene ningún valor. Eso nos demuestra y confirma que
estamos negociando con un sector que no responde a consignas convencionales, y este tipo
de terror es muy difícil de enfrentar.¿Cómo se negocia con un socio que, según
usted definió, tiene dos caras?Cuando Netanyahu estaba en sus funciones insistió
en una sola cosa para llevar adelante las relaciones con los palestinos: el principio de
la correspondencia y la mutua responsabilidad. En todo momento planteó a los líderes de
la Autoridad Palestina que si ustedes van a dar, también van a recibir, si no dan
no recibirán nada. Lo que expresó es que si ellos desarrollaban una guerra contra
el terror y la violencia, iban a obtener cada vez más en el proceso de paz. Estoy seguro
de que en su momento los palestinos aceptaron este principio porque los atentados
terroristas seinterrumpieron. Ahora hay un nuevo gobierno, se retomaron las tratativas del
proceso de paz y, muy a pesar mío, se reiniciaron las presiones a través de los
atentados. Por eso es muy importante que Israel sea fuerte en estas conversaciones, sin
dejar de lado su voluntad de paz, pero con mucho cuidado y seguridad. ¿Cree que
Barak se apresuró y firmó el acuerdo sin asegurarse de las garantías del otro lado?
No, no creo que se haya apurado. El fue electo como nuevo premier del Estado de
Israel y esa función incluye planear los procesos y los tiempos nacionales y políticos,
y yo estoy satisfecho que esto haya ocurrido. Solamente espero que se ubique en una
posición de fuerza, de solidez, tomando como modelo al premier anterior. Netanyahu
congeló la aplicación de Wye, ¿Barak debería hacer lo mismo?Me refiero a ser
sólido en el sostenimiento del principio de responsabilidad compartida entre israelíes y
palestinos. Hay que tener muy claro que en ningún momento Netanyahu quiso congelar el
proceso de paz, sino que muchos de sus enemigos interpretaron que esta posición firme
para garantizar la seguridad de Israel significaba una suspensión del proceso de paz. Si
me preguntan qué es preferible, existen dos opciones. De un lado puede haber un dirigente
al que aplaudo porque en forma acelerada avanza en el proceso de paz, aunque genera
inseguridad en la población. La otra posición es la de aquel hombre al que no van a
aplaudir, pero que fortalece el cuidado y la seguridad de su población. Esta última es
la que prefiero. ¿Barak podría poner en riesgo esa seguridad con este
acuerdo?Yo espero que eso no ocurra. Si me pregunta si temo o sospecho que se dé
esta posibilidad, ciertamente sí. Tengo la sospecha de que esta actitud de logros
inmediatos lo puede llevar a renunciar rápidamente a ciertas cosas. El problema es que
los palestinos saben identificar en qué lugar y en qué momento se puede presionar. En el
momento en que Barak fue electo como nuevo premier comenzaron nuevamente los ataques desde
el Líbano, al norte de Israel, y ahora que él firma la renovación del acuerdo del
proceso de paz, inmediatamente se producen estos atentados terroristas. No pienso que
inexorablemente la población quedará expuesta a una situación de inseguridad. Sólo
espero que él sepa sostener la postura correcta. Barak se declaró dispuesto a
reconocer un Estado palestino y los palestinos reclaman parte de Jerusalén como su
capital. ¿Cree que Barak concedió demasiado al aceptar no incluir las negociaciones
sobre el estatuto final de la ciudad en este acuerdo?Creo que todos los gobiernos se
equivocaron sobre el tema de Jerusalén, porque es el tema más complejo y conflictivo de
las negociaciones. No es un error exclusivo de Barak, pero la pregunta tiene algo de
verdad. Todos los gobiernos postergaron el tema para el final del diálogo en lugar de
resolverlo al comienzo, y dieron margen a los reclamos palestinos. Ellos saben que no
tienen ninguna posibilidad de cumplir sus expectativas en relación a Jerusalén. Son muy
conscientes de la importancia de la ciudad para el pueblo judío. Por eso creo que, en
este tema, los palestinos quieren generar una fuerte presión para avanzar en otros
terrenos. Barak está sometido a un doble juego: por un lado, los sectores que conforman
su gobierno, y por el otro los palestinos que aprovechan estas presiones cruzadas para
lograr otro tipo de concesiones. Pero todos sabemos que Jerusalén no se negocia. Nadie en
Israel piensa distinto. En la última elección, Barak temía que se desarrollara una
campaña en su contra acusándolo de que si él asumía, iba a aceptar la división de
Jerusalén. El y su partido tienen la misma posición que nosotros sobre la unidad de la
ciudad.
SE CUMPLE LA PRIMERA FASE DEL ACUERDO WYE II
Israel libera presos y tierras
Israel
liberó, en las primeras horas de la mañana de ayer, a 199 presos palestinos de sus
cárceles y más de 12 horas después traspasó a Yasser Arafat el 7 por ciento de los
territorios de Cisjordania que todavía ocupa, en cumplimiento de la primera de las tres
fases del acuerdo de Sharm el-Sheij que firmaron ambas partes el pasado sábado 4. En ese
acuerdo, que rubricaron el primer ministro israelí Ehud Barak y Arafat, presidente de la
Autoridad Nacional Palestina (ANP), Israel se comprometió a poner en libertad hasta el
próximo mes de octubre a 350 prisioneros, de un total de 2000 detenidos en sus cárceles.
Los primeros 199 prisioneros salieron en libertad ayer después de comprometerse por
escrito a que no cometerán actos terroristas, y 95 de ellos fueron recibidos como héroes
en la franja de Gaza y el resto en Cisjordania.En la entrega de territorios de Cisjordania
que se produjo más tarde, en particular en zonas rurales de los distritos de Nablus y
Hebrón, el gobierno militar israelí traspasó asimismo a los palestinos los poderes
civiles de esas zonas. De ese modo, y después de 32 años de ocupación, quedaron bajo
control de Arafat y la ANP otros dieciséis distritos municipales en Cisjordania, en cuyo
37 por ciento rige actualmente la autonomía palestina, al igual que en los dos tercios de
la franja de Gaza. Pero no hubo repliegue de tropas israelíes, que quedan para garantizar
la seguridad de las colonias judías de la zona. El resto del territorio será entregado
en etapas sucesivas.
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