Por Fernando Almirón Desde La Rioja Todo indica que las elecciones
de hoy consagrarán un nuevo triunfo del justicialismo riojano, pese al avance de la
oposición que se vio fortalecida con la formación de la Alianza en la provincia donde el
PJ no pierde una elección desde hace 33 años. El aparato del peronismo, férreamente
controlado por Eduardo Menem, instalará a su vástago, Adrián Menem en una banca del
Congreso Nacional. El joven de 28 años llegó, según uno de sus voceros: “Agotado a
la última trama de la campaña, porque no sé si ustedes saben que en La Rioja hace mucho
calor”. Adrián –tal como es publicitado en afiches y pasacalles– no se
anima a recibir a los periodistas de medios nacionales. “¿Papá, qué hago?”,
le preguntó el futuro diputado nacional a su padre a través del celular. Por las dudas
no abrás la boca hasta después de las elecciones, habría sido el prudente consejo
paterno.
A la veda electoral vigente desde las ocho del viernes, a la cero hora de hoy se le sumó
en La Rioja la veda al alcohol y a la juerga. En las mesas de los bares, en los
alrededores de la plaza 25 de Mayo, después de la siesta, comenzó a circular de boca en
boca el mejor dato previo a las elecciones: la veda no rige en los cabarets de las afueras
de la ciudad. Y el sábado por la noche los carteles de neón rojos indicaron el rumbo a
un aluvión de clientes entusiastas. Los políticos, más circunspectos y ajenos a la
preocupación que embargaba a miles de ciudadanos, esperarán hasta las 20 horas para
levantar las copas del brindis, o festejar por un buen papel pese a la derrota en las
elecciones provinciales, dependiendo de quién haga el brindis.
Si gana el justicialismo, Eduardo y Adrián compartirán el palco con el presidente Carlos
Menem. Según se afirmaba hasta ayer a la noche, continuaban las conversaciones para sumar
a Eduardo Duhalde a la hora de levantarle el brazo a Angel Maza cuando termine el comicio.
Pero el candidato presidencial del PJ parece más entusiasmado en acompañar a Ramón
Puerta si éste gana su reelección en Misiones.
El Presidente llegará por la mañana y votará en una de la mesas de la capital, en los
tribunales provinciales. Después se trasladará hasta su residencia en Anillaco, desde
donde seguirá el desarrollo de los comicios en otras tres provincias: Misiones, Chaco y
San Luis.
Por el Partido Justicialista competirá en las elecciones riojanas el actual gobernador
que va por su reelección: Angel Maza. Antes de asumir su actual gestión, Maza –45
años, geólogo al igual que el secretario general de la Presidencia, Alberto Kohan–
fue tres veces ministro en su provincia, presidente del Consejo Federal de Minería y
secretario de Minería de la Nación. Como primer candidato a diputado de la Nación
figura Adrián Menem. Tiene 28 años, es hijo del senador Menem y ocupa actualmente la
Secretaría de la Gobernación de la provincia. En la intendencia busca su segunda
reelección Luis María Agost Carreño, quien también preside la Federación Argentina de
Municipios y es amigo personal de Carlos Menem. Su empresa constructora se ocupó de
terminar la residencia privada del Presidente en Anillaco.
La lista de la Alianza está encabezada por el candidato a gobernador José Luis Bellia.
Bellia, un ingeniero agrónomo de 39 años, nació en Chilecito, donde tiene sus
establecimientos agropecuarios: viñas, oliva y pimientos. Se trata de un dirigente
relativamente nuevo, de raíz radical. Fue quien más caminó los departamentos riojanos y
encabeza un notorio crecimiento del voto opositor al prolongado dominio justicialista en
la provincia. Ricardo Nieto Brizuela va al frente de la lista de candidatos a diputados
nacionales, y Rubén Cejas Mariño intentará quedarse con la intendencia capitalina.
“Tenemos muy buenas posibilidades de quedarnos con la intendencia y con la banca de
diputado provincial por la capital por la que compite Gastón Mercado Luna”, se
entusiasmaban en el bunker aliancista donde desestimaban las encuestas realizadas por el
oficialismo en las que se les otorga una amplia ventaja a los candidatos del PJ: “No
son serias –afirmaron– en una ciudad chica como ésta, a los encuestados, ante
de preguntarle su intención de voto le pedían su nombre, apellido y número de
documento, y por supuesto, después todos dijeron que estaban felices con Maza”.
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