Por Nora Veiras Desde Córdoba No los esperó el ritmo de
chacarera sino los sones de la sonrisa de mamá. Sí, la
inspiración del mismísimo candidato a vicepresidente peronista, Ramón
Palito Ortega, inundó el inmenso escenario de la Plaza Próspero Molina. El
locutor oficial no dijo Aquííí Cooosquín sino que llegó el señor
presidente Carlos Saúl Menem y los 3500 alumnos egresados del noveno año de
escuelas rurales aplaudieron. Estaban allí para festejar el Día del Maestro con cerca de
cuatrocientos docentes. Más acorde con las circunstancias, la banda ejecutó entonces el
Himno a Sarmiento y los funcionarios se vieron en un brete: Menem empezó a
balbucear, ni el ritmo lo ayudó a recordar, se rió y optó por el silencio acompañado
de un balanceo de cabeza. Maestros, los amo y los quiero, a ustedes les debo la
posibilidad de haber llegado a presidente, dijo.Rostros de chicos curtidos por el
sol y el trabajo ocupaban las butacas pintadas de celeste y blanco. Estaban allí de viaje
de egresados. La gran mayoría era la primera vez que salía del campo o la montaña en
que nacieron. David Andrada está terminando el noveno año de la Educación General
Básica en la Escuela Rómulo Giuffra de Caucete, San Juan, tiene ganas de
seguir estudiando, pero necesita trabajar. Ahora crío animales, después buscaré
algo en lo que primero encuentre, dice y cuenta que en su casa son diez hermanos.
Cerca suyo, Patricia, alumna de la Escuela Mar Argentino de otra localidad sanjuanina,
terminó séptimo grado y estudió bordado a máquina. Volvió a la escuela cuando se
extendió la obligatoriedad a nueve años. Trabaja atando parrales y quisiera
seguir estudiando, duda porque no sabemos si vamos a tener Polimodal. Las
distancias son infranqueables para quienes cuentan sólo con las ganas.Desde el llano,
Martín, el diariero de Cosquín, actuó de maestro de ceremonias. Soy huérfano y
estaba en una casa que hicieron Perón y Evita. soy peronista y no voy a cambiar lo que
soy, es así: es como ser hincha de River o católico, explica exultante porque
acá todos me conocen. Fue el primero en acercarse al escenario para darle a
Menem un regalo envuelto en una bolsita de plástico celeste.¿Qué le regalaste?
quiso saber, indiscreta, una señora.Una bomba se rió Martín y siguió
con su misión.El intendente Walter Costanzo les regaló un poncho blanco con guardas
negras a cada uno de los visitantes ilustres: Menem, el gobernador José Manuel de la
Sota, su esposa Olga Riutort; el jefe de gabinete, Jorge Rodríguez, y el ministro de
Educación, Manuel García Solá.¡Que se lo ponga! gritó Martín y Menem le
dio el gusto. Por supuesto, terminaron todos enroscados en sus respectivos ponchos.García
Solá agradeció a un pequeño grupo de militantes de la educación, la cofradía
del Plan Social Educativo que vive con pasión esto que hacen para poner el Estado al
servicio de los que más necesitan. Recordó que entregaron 20 millones de libros,
anunció que el año próximo van a egresar 16 mil jóvenes hijos de peones y
medianos agricultores de las escuelas rurales y después se dejó llevar por sus
veleidades de recitador. Sacó un papel y empezó a leer una poesía en homenaje a
la maestra rural. Menem lo miraba incrédulo y cada vez más sorprendido al
ver que daba vuelta la hoja y las estrofas no terminaban. Quizás desconocía que el
sucesor de Susana Decibe grabó en CD el poema Raza Chaco. De la Sota, en
pleno idilio con su electorado, señaló que la receta de Sarmiento, educar al
soberano, sigue siendo válida porque la fórmula es educación, educación,
educación, esta vez parafraseando a Tony Blair. Prometió que se abrirán las
escuelas rurales y los jardines para nenes de 4 años que cerró el ex gobernador radical
Ramón Mestre, anunció la incorporación al sueldo básico del presentismo para 25 mil
maestros primarios y contó que le reglamos un viaje al Vaticano a Elena Hidalgo
deAsís, la maestra jubilada que dio clases en el patio de la Escuela del Dique La Viña,
y evitó que los chicos perdieran el año. Menem recordó que las
comunicaciones obsesionaban a Sarmiento y fue él quien inauguró el telégrafo. Este
humilde riojano tuvo la oportunidad de transformar el sistema de comunicaciones y ha
acuñado una frase: O navegamos en Internet o naufragamos en el desierto y hoy
Argentina navega por Internet. Agradeció a sus maestros y remató es cierto.
Por supuesto que me voy, pero queda el hombre lleno de amor, cariño y afecto para
brindarle al pueblo. Nos seguiremos viendo. Después se colgó un bombo legüero
para la foto y siguió besando y abrazando a los que sobrevivían a los apretujones para
tocarlo. Carlitos, viejo y peludo nomás, le gritó un paisano mientras la
camioneta se alejaba en una estela de polvo.
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