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Adolfo Rodríguez Saá hizo cuatro al hilo, pero no se lo reconocen

Obtuvo su quinta gobernación consecutiva en San Luis. Llevaba casi ocho puntos de ventaja con el 76 por ciento de las mesas escrutadas pero la Alianza no lo aceptaba. Triunfo opositor en la capital.

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t.gif (862 bytes)  “Si no soy candidato a presidente no lo seré tampoco a gobernador”, dijo Adolfo Rodríguezsanluis.jpg (2094 bytes) Saá en abril de este año, cuando todavía no había renunciado a competir en la interna presidencial del PJ. Pero el puntano no cumplió con su palabra y aunque a fines de mayo desistió de ocupar el sillón de Rivadavia en el 2001, ayer se dio el gusto batir su propio record: al abrigo de la Constitución provincial, que habilita la reelección indefinida, Rodríguez Saá se convirtió por quinta vez consecutiva en gobernador en San Luis. Al cierre de esta edición, el PJ tenía el 53,61 por ciento de los votos, mientras el candidato de la Alianza, Walter Ceballos, alcanzaba el 45,84 por ciento. En la capital provincial la Alianza se alzó con el 53 por ciento de los votos, mientras que el PJ obtuvo el 45,5 por ciento. Aunque la mayoría de las mesas estaban anoche escrutadas, la Alianza desconoció “absolutamente” el triunfo de Rodríguez Saá. Con 685 mesas escrutadas de un total de 891, el PJ lograba anoche 71.983 votos (el 53,61 %) contra 61.548 de la Alianza (el 45,84), mientras el Modín sólo obtenía 732 sufragios (el 0,55 %). En la capital puntana, donde sólo faltaban contar los votos de 10 de las 355 mesas, la Alianza tenía 41.289 votos (el 53 %), el PJ 34.910 (45,50 %) y el Modín 555. A la noche, Adolfo Rodríguez Saá salió al balcón de la Casa de Gobierno provincial para saludar a los simpatizantes del PJ, luego de que el vicegobernador, Mario Raúl Merlo, asegurara que el triunfo justicialista era “irreversible”. El flamante gobernador se adjudicó la victoria de la gobernación, pero reconoció la derrota en la Capital.A esas horas, el aliancista Walter Ceballos se negaba a aceptar la derrota. “Nadie puede salir a adjudicarse el triunfo” decía cerca de las diez de la noche, pese a que la mayoría de las mesas ya estaban escrutadas por la Junta Electoral. “El oficialismo ha montado un aparato publicitario que apunta a instalar datos que no son reales”, insistía Ceballos. El candidato a vicegobernador por Alianza UCR-Frepaso, Juan José Laborda Ibarra, dijo más tarde que “la Alianza desconoce absolutamente que (Adolfo) Rodríguez Saá haya ganado” y sostuvo que la demora en la entrega de los datos de la Secretaría Electoral respondía a “una maniobra para colocar en la tapa de los medios un resultado falso”.Ayer, en San Luis, votaron el ochenta y tres por ciento de los ciudadanos habilitados para hacerlo: 190.000 lo hicieron en la provincia, y 75.000 en la Capital, de acuerdo con los datos de la Junta Electoral. Además de gobernador y vice, los puntanos eligieron ayer dos diputados nacionales, cinco senadores, 21 legisladores provinciales y a las autoridades de 39 municipios. El candidato del PJ, Eduardo Duhalde, llamó por teléfono a Rodríguez Saá para felicitarlo por el triunfo. Electo en 1983 por un período de cuatro años, Rodríguez Saá promovió la reforma constitucional y fue reelecto por holgadas mayorías en 1987, 1991 y 1995. Esta vez, el puntano no ganó tan cómodamente como acostumbra, pero se hizo dueño de un título inédito en Argentina: se convirtió en el único dirigente al frente de un Ejecutivo provincial que gobernó cinco períodos continuados.El único funcionario electivo que puede compararse con él es Carlos Menem, quien gobernó La Rioja desde 1983 hasta 1989. Con una diferencia: después de diez años de mandato, el actual presidente tiene una imagen negativa para la mayoría de la gente, mientras que el puntano, pese a los diversos escándalos que protagonizó –ver recuadro–, conserva un alto grado de popularidad en la provincia que gobierna.

 

Un gobernador a prueba de os
Rodríguez Saá es un candidato con traje antiflama. El escándalo más resonante y dudoso, ocurrió el 21 de octubre de 1993. Según denunció el gobernador, esa noche, mientras estaba en el Motel “Y no C” con su amante, “La Turca” Esther Sessín, entraron dos personas que lo golpearon y lo maniataron. Siempre según la versión de Rodríguez Saá, lo obligaron a trasladarse a la casa de uno de los hombres, donde lo obligaron a desnudarse y adoptar “posiciones eróticas” junto a una mujer, mientras era filmado. El episodio nunca quedó claro.Pero eso no es todo. En su provincia, Rodríguez Saá ejerce el poder de un modo muy particular. En marzo de 1998, el Colegio de Abogados de Villa Mercedes, la segunda ciudad de la provincia, organizó un velorio para simbolizar la muerte de la Justicia, muerte que había provocado el gobernador –apodado “El último emperador” por sus detractores– con diversas medidas. Entre ellas, cesantías de secretarios, control ideológico, control del Jurado de Enjuiciamiento, sometimiento del Poder Judicial, denegación de Justicia, supresión de la matrícula, disolución del Colegio de Abogados.A lo anterior, hay que sumar que el mandatario provincial maneja el canal estatal y que su hermana dirige el único diario importante de la provincia. Su patrimonio también es una incógnita. Los bienes del gobernador declarados hace quince años, cuando asumió la gobernación, eran dos modestos automóviles y una casita. A principios de 1998 habitaba una mansión en el centro de San Luis y poseía otra en las afueras de la ciudad, cuya valuación conjunta ronda los dos millones y medio de pesos. A esto hay que sumarle negocios inmobiliarios, empresas constructoras y propiedades en la Capital Federal.

 

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