La recesión
económica se prolongará por lo menos hasta fin de año, de acuerdo con un análisis
realizado por la Fundación Capital, que dirige el ex titular de la Comisión Nacional de
Valores Martín Redrado. La falta de ingresos de capitales externos, la regresión del
crédito interno y el contexto regional de elevado riesgo (fragilidad de Brasil, Ecuador
en default y Colombia con un delicado cuadro sociopolítico) anulan los efectos benéficos
que podrían resultar del alza en el precio de las materias primas, la depreciación
mundial del dólar y la recuperación de la región asiática. En los últimos
días, muchos analistas están remarcando una serie de factores positivos, tanto exógenos
como endógenos, que parecen alentar la ilusión de una rápida salida del actual cuadro
económico recesivo, destaca la fundación. En el orden interno, ya se
descuenta que la recesión tocó fondo y los mercados bursátiles dan aire a una suba en
los activos de riesgo, señala el informe. El estudio apunta, sin embargo, que
llamativamente, esta visión optimista deja de lado la lectura de la evolución del
sistema financiero, uno de los verdaderos termómetros para inferir qué puede suceder en
los próximos meses en materia de actividad económica. Así, refiere la entidad,
cuando damos cuenta de la tendencia que siguen las variables en el sector monetario
y financiero, evidentemente se desdibuja el margen para sostener el rebote y la rápida
salida del actual estado recesivo; más bien, la evolución monetaria indica que el
estancamiento económico perdurará, como mínimo, durante la segunda mitad del presente
año. La entrada de capitales externos prácticamente se congeló tras la efímera
suba puntual por el efecto YPF (compra de las tenencias accionarias en poder de fondos,
empresas, gobiernos y público por parte de Repsol) registrado en julio. En consecuencia,
se agotó el impulso para un aumento sostenido de los depósitos y recursos monetarios.
Como contrapartida, se observa que el crédito continúa paralizado y con tendencia
negativa (ver aparte), alejando las posibilidades de una pronta recuperación por vía del
consumo y la inversión. El contexto regional tampoco ayuda a ilusionarse. Brasil
aún sigue mostrando fragilidad fiscal, por el abultado endeudamiento a corto plazo en
relación con sus recursos disponibles, y son escasos los avances hechos en materia de
reformas estructurales, dice la Fundación Capital. El contexto económico
regional presenta aún un elevado riesgo: la mayoría de los países latinoamericanos
están en recesión; Ecuador entró en default y Colombia enfrenta un delicado cuadro
sociopolítico, destaca el informe. Dadas estas circunstancias agrega la
fundación, resulta poco probable que Argentina logre en lo que resta de 1999 bajar
el costo del financiamiento tanto público como privado, ya que el riesgo país se
mantendrá en niveles altos, por lo que deberá seguir endeudándose a tasas tan elevadas
como las actuales. En las últimas emisiones de títulos de deuda para cubrir
vencimientos, el Estado ha pagado intereses en torno del 12 por ciento anual, lo que
prácticamente indica un mercado de capitales cerrado para un vasto conjunto del sector
privado, acota el informe.Como seña particular de la presente coyuntura, la
Fundación Capital destaca que el carácter persistente de la actual crisis se debe
a que ella está alojada enteramente en el aparato productivo de la economía (sector
real), a diferencia de 1995 (efecto Tequila) cuando la crisis golpeó al sector
financiero, que se repuso rápidamente. En esa oportunidad, se puso en marcha un
amplio operativo de salvataje del sistema financiero desde el gobierno nacional, que no
tuvo semejanzas con lo hecho por las autoridades económicas en las presentes
circunstancias para sostener al sector productivo. Por otra parte, la rápida salida del
Tequila contó como elemento a favor la expansión que entonces vivía Brasil, lo que
alentó un sostenido crecimiento de las exportaciones argentinas. |