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Por Pablo Rodríguez La violencia nocturna, tradicional de todos los 11 (como se conoce la fecha en Chile), se concentró en la capital. Los disturbios comenzaron al final de la tarde en las poblaciones de La Legua, la Victoria, el Castillo, Villa Francia y la Pincoya. Durante el día, la manifestación de la Asociación Nacional por los Derechos Humanos, había reunido pacíficamente a 50.000 personas según los organizadores (3000 según la policía). Pero al término del acto, en el cementerio general de Santiago, grupos de manifestantes, muchos encapuchados, hicieron ver su furia contra el senador vitalicio Pinochet y los gobiernos de la Concertación que lo sucedió, y colocaron barricadas y lanzaron cócteles molotov contra las fuerzas antidisturbios. Según la policía, hubo trece detenidos. Pero si la violencia fue la misma de todos los 11, las actitudes no lo fueron. Con Pinochet detenido en Londres y una mesa de diálogo entre militares y abogados defensores de los derechos humanos inaugurada hace un mes, el diputado de la derechista Renovación Nacional Alberto Espina, reconoció que durante el gobierno militar se violaron los derechos humanos. Lo que sin dudas aumentará la tensión política son las afirmaciones del ex dictador que anticipó ayer el diario La Tercera de Santiago. Fueron extraídas de Conversaciones inéditas con Pinochet, libro inédito de la periodista chilena María Eugenia Oyarzún. Pinochet reconoce que antes del 11 de septiembre Allende iba a convocar un plebiscito. Esto ratificaría que Allende no tuvo tiempo para dejar que el pueblo decidiera sobre la continuidad del gobierno socialista. Pero el libro tiene además varias perlas. Allende tenía varias reuniones conmigo para intentar lavarme el cerebro. Se paseaba hablándome de la tristeza y de los pobres. Mi mujer me decía: Ten cuidado, no vayas a tomar nada porque en lo que bebas te van a pasar droga y ahí te vas a meter quizás en qué cosa, dice Pinochet. Entre otras cosas por el estilo.
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