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ZULEMA YOMA ATACA LA OFENSIVA OFICIAL CONTRA
EL ABORTO Y REVELA QUE SE HIZO UNO EN 1969 “
Yo no puedo ser una hipócrita”

“Esta es una campaña política y yo no puedo soportar el cinismo de los diputados gritando en el Congreso”, aseguró la ex primera dama para explicar su decisión de revelar que tuvo un aborto y que para hacerlo contó con “el apoyo de Carlos Menem”.

Circunstancias: “Toda la vida ha sido en contra del aborto, pero también hay circunstancias que te ponen entre la espada y la pared. Hay que ser sincero”.

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La campaña de varias diputadas oficialistas empujó a Zulema Yoma a contar su experiencia.
“Si estás en apuros es tu conciencia y vos. No le vas a consultar a nadie. Este tema no es fácil.”


Por Mariana Carbajal

t.gif (862 bytes) “No voy a ser cínica. Yo tuve un aborto. Me lo hice porque Carlos Menem me apoyó. El estuvo de acuerdo. Inclusive, yo no conocía a nadie en La Rioja (para que me lo practique) y él me acompañó”, reveló ayer Zulema Yoma en un reportaje exclusivo con Página/12. “Lamentablemente, siempre he callado este episodio y hoy me veo en una situación en la que tengo que decir la verdad. Si estás en apuros, en un problemón grande, es tu conciencia y vos. No le vas a consultar a nadie ni le vas a hacer caso a la ley. Este tema no es fácil. Es muy duro”, agregó la ex primera dama, indignada por la ofensiva del Gobierno y de diputadas oficialistas en contra del aborto. “No puedo soportar el cinismo de los legisladores que encabezan esta campaña como (Martha) Alarcia, cuando yo estoy buscando por todos los medios que me den una contestación sobre qué pasó con Carlitos”, señaló Zulema.La mujer tiene la cara cansada, sin maquillaje. Sobre el aparador del living se apilan decenas y decenas de carpetas con copias del expediente judicial de la causa abierta por la muerte de Junior, su principal preocupación desde hace cuatro años. Las fotos de su hijo solo, con Zulemita, con el Presidente y con ella tapizan repisas, mesas y estantes de bibliotecas. Prefiere conversar en el comedor diario, su lugar preferido en el piso quince de un edificio de la avenida del Libertador al 2400, donde vive con la compañía de dos perritas Yorkshire blancas, idénticas, con moñito rojo en la cabeza, que corretean inquietas por los amplios ambientes. Sobre la mesa redonda, muy cerca de la cocina, hay una laptop desenchufada. Una amiga que la visita señala que por estos días su única fuente de entretenimiento son “los jueguitos de la computadora”.Tuve el aborto después del nacimiento de Carlitos. El nació en noviembre de 1968 y a los pocos meses volví a quedar embarazada. Con Menem teníamos una muy mala relación. Por el ritmo de vida que él llevaba y otros problemas, yo estaba muy sola en La Rioja, por eso cuando Carlitos tenía siete meses de vida me fui con mi hijo a Siria. Y antes de viajar fue el aborto. Lamentablemente siempre he callado este episodio y hoy me veo en una situación en la que tengo que decir la verdad empieza Zulema. Pidió que le traigan un té, porque le cayó mal un plato de alcahuciles que almorzó. Cuenta que le sugirieron que ingiriera hierro a raíz de unas hemorragias que ha tenido, pero el hierro le afecta el hígado. ¿Cuál fue la actitud de Carlos Menem ante el aborto?El estuvo de acuerdo. ¿Cómo tomó la decisión?Porque él me apoyó. Inclusive, yo no conocía a nadie en La Rioja (que me lo pudiera hacer) y él me acompañó. No recuerdo el nombre de la señora (que lo practicó). Hoy el sector del Vaticano que le entrega una medalla a Menem (por su campaña en contra del aborto) es el mismo que oculta el atentado de mi hijo. ¿Cómo vivió esa situación?Muy mal. Nunca jamás una mujer puede ser feliz ante el hecho de abortar. Para mí fue terrible, como la pérdida de mi primer hijo, Juan Domingo, que murió a las dieciocho horas de haber nacido. No me olvido de ninguno de los dos.¿Cuál es su posición personal sobre el aborto?Toda la vida ha sido en contra del aborto, pero también hay circunstancias en la vida que te ponen entre la espada y la pared. Hay que ser sincero. Yo no puedo ser una hipócrita. En esa época yo estaba viviendo tan, tan mal... tenía que tener en cuenta también la salud de la criatura que yo tenía en mis brazos y un futuro embarazo... Y como él (por Carlos Menem) estaba de acuerdo conmigo...¿Usted es partidaria de la despenalización del aborto?Si estás en apuros, en un problemón grande, es tu conciencia y vos. No le vas a consultar a nadie ni le vas a hacer caso a la ley. Este tema noes fácil. Es muy duro. Lamentablemente, yo tuve circunstancias en mi vida en las cuales tuve que llegar a un aborto. En lugar de armar esta campaña por el “no al aborto”, se debería hablar más del valor de la familia, que es una institución, para que no se cometan los gravísimos errores de tener hijos extramatrimoniales. Y hablando de la familia va a haber menos abortos. Pero acá se destruyó la familia, se destruyó la institución familiar y plantean el “no al aborto”. En qué quedamos. Hablan del hijo por nacer, pero no hay familia. Es incoherente lo que plantean.¿Por qué el Gobierno lanzó esta campaña contra el aborto?Menem lo sabrá. Yo lo sé, pero no lo voy a decir. El que lo respalda es el señor (Esteban) Caselli, que está haciendo toda esta movilización como embajador (ante el Vaticano).¿Pero por qué cree que eligió este momento?Todo es una gran hipocresía. Pero una gran hipocresía con mayúscula es el tema de Carlitos Menem. En la Cámara de Diputados se matan por el “no al aborto” y el hijo del presidente ¿qué fue?, ¿un perrito, con respeto a los animalitos? Yo entré con una familia cuando Menem asumió. Entonces, no puedo soportar el cinismo de los legisladores que encabezan esta campaña contra el aborto cuando yo estoy buscando por todos los medios que me den una contestación sobre qué pasó con Carlitos, dónde están sus restos, por qué me dieron un cadáver armado.¿Cree que estas campañas buscan conseguir el apoyo de la Iglesia para el Gobierno?Yo me hago una pregunta: cuándo Menem sacó a su familia de la residencia de Olivos, ¿iba a ser tan valiente si no tenía el apoyo de algo muy fuerte? Yo no puedo acusar directamente a la Iglesia, pero preguntémonos qué pasó ahí, con el respaldo de quién Menem tuvo la fuerza para sacar a sus hijos y a su mujer de Olivos. ¿Piensa que cuando termine el gobierno de Menem avanzará por otro camino la investigación sobre la muerte de su hijo?En este país no tengo esperanza. Hoy veo a Carlos Menem fotografiado en una revista durante una fiesta de casamiento en la que están todos los miembros de la Corte Suprema de Justicia, mientras yo estoy pidiendo justicia sola y nadie me responde. Por eso no me queda otra salida que pedir justicia en las cortes internacionales.

 

Claves

ron2.gif (93 bytes) El oficialismo acusó a sectores de la Alianza de defender la despenalización del aborto e intentó ubicar el tema en el centro de la campaña.
ron2.gif (93 bytes) Fernández Meijide dijo que el aborto es un “asunto íntimo” y no debe utilizarse para ensuciar el debate.
ron2.gif (93 bytes) Duhalde acusó a Graciela Fernández Meijide de “mentir” porque antes presentó un proyecto restringido de interrupción del embarazo.
ron2.gif (93 bytes) La Iglesia hizo saber que “no entrará en el juego de chicanas electorales de ninguno de los dos partidos”.
ron2.gif (93 bytes) Zulema Yoma le dijo a Página/12 que “frente a esta hipocresía yo no voy a ser cínica” y reveló que tuvo un aborto con el acuerdo de Carlos Menem.


 

EDITORIAL DEL “NEW YORK TIMES” SOBRE EL ABORTO
Por los derechos de la mujer

t.gif (862 bytes) “El peligroso camino hacia los derechos del feto”, es el título de un editorial de The New York Times criticando un proyecto que busca conseguir una base jurídica para separar el feto de la madre que lo alberga, como si el feto fuera una persona con derecho a que el Estado lo proteja de un ataque criminal. El editorial apareció en medio de una de las campañas más virulentas contra la facultad de las mujeres de practicar el aborto. La campaña es promovida por un movimiento que enarbola los presuntos derechos de los no nacidos, con un vocabulario muy similar al que en la Argentina suele utilizar el ex ministro de la Corte Suprema Rodolfo Barra, el principal asesor del Presidente en cuestiones de planificación familiar e interrupción del embarazo. Estos son los principales tramos del editorial del diario más influyente diario del mundo: u “Los parlamentarios que se oponen al aborto incluyeron otro tema más para avanzar en su campaña. Se llama “Víctimas no nacidas de la ley sobre la violencia” y propone erradicar la libertad reproductiva de la mujer dando un nuevo status legal a los ‘niños no nacidos’ bajo el objetivo de combatir el delito.”u “El proyecto de ley debería añadir al Código Criminal Federal una figura especial para castigar a los individuos que afecten o causen la muerte de un ‘niño’ que esté ‘in utero’, sin que importe el momento de la gestación o si la persona bajo sospecha conocía el estado de embarazo. Bajo esa figura, un fiscal podría decidir la persecución penal de una persona por dañar un feto independientemente de si a la vez procesó a la misma persona por dañar a la madre.”u “Nadie podría discutir que atacar a una mujer embarazada y causar el aborto espontáneo o impedir el desarrollo normal del feto es una tragedia. En esos casos, sería correcto imponer penas agravadas y severas. Pero eso se puede hacer acusando a un reo por atacar a una mujer embarazada. El proyecto, sin embargo, trata a la mujer como una entidad diferente del feto. A los efectos de la ley, eleva al feto hasta el status de persona. Durante mucho tiempo ése fue un objetivo del movimiento por el derecho a la vida”.u “El texto contiene excepciones en caso de tratamiento médico y abortos legales. Gracias a esas excepciones quienes presentaron el proyecto dijeron que éste no tiene nada que ver con la cuestión del aborto. Es una visión para nada ingenua. Al crear un status legal propio para los fetos, los promotores del proyecto tienen la esperanza de construir una base para que después sea posible una ofensiva legal sobre la Corte Suprema.”u “Meter a la nación en un proceso legal que puede minar los derechos personales de las mujeres no es una forma razonable de proteger a la mujer y combatir el delito.”

 


 

El oficialismo colocó al aborto en el corazón de su campaña

El PJ encontró un punto en común al cargar contra Graciela Fernández Meijide calificándola de “abortista”. Menem y Duhalde, por una vez juntos.

El presidente Menem pidió “terminar con esta práctica”. Fernández Meijide reclamó discutir después de las elecciones.

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t.gif (862 bytes) Súbitamente convertido en tema de campaña, el debate por el aborto cruzó ayer las opiniones de los principales dirigentes políticos, incluido Carlos Menem, quien acusó de “abortista” a Graciela Fernández Meijide. Al igual que el martes, cuando los diputados del PJ la acusaron de propiciar una ley que legaliza el aborto, la candidata a gobernadora se negó a polemizar con el argumento de que se trata de una discusión “que no interesa a la gente”. La cuestión se instaló en la agenda de campaña luego de que, el martes pasado, un grupo de diputados del PJ exhibiera una vieja iniciativa parlamentaria de 1994 que la diputada frepasista acompañó con su firma y que proponía legalizar el aborto en determinadas circunstancias. Eduardo Duhalde insistió ayer con el tema. “Lo que no puede hacer una dirigente que pretende ser gobernadora es mentir. Ella presentó un proyecto en el cual legaliza el derecho de la mujer de suprimir su embarazo en las primeras semanas y luego dice que no”, aseguró el candidato justicialista. Menem se sumó a las acusaciones del gobernador e insistió con uno de los pocos temas en los que el PJ tiene una posición monolítica. “Es abortista, y me parece una barbaridad. Pareciera ser que el niño por nacer, el niño concebido, no es un ser humano. Es un ser humano, por eso somos antiabortistas y procuramos que se termine con esta práctica”, añadió el Presidente. En declaraciones radiales, Domingo Cavallo coincidió con Menem y subrayó su posición contraria al aborto.La candidata aliancista repitió ayer la postura que viene manteniendo desde hace años: no dice que está a favor de la legalización del aborto pero asegura que es un tema que hay que discutir en un contexto diferente al de la campaña electoral. “Si uno toma en cuenta cuáles son los temas que preocupan a la gente, en ningún momento aparece éste, y por lo tanto está instalado artificialmente. Yo creo que lanzarlo así revela muy poco respeto, sobre todo para las mujeres, porque es un asunto privado que siempre que ocurre lastima íntimamente a las mujeres. Si en algún momento hay que discutirlo, no hay que utilizarlo como un elemento de campaña. Debería discutirse en ámbitos serios, con aportes científicos y religiosos”, agregó Graciela. La interpretación que realizaban ayer asesores de la candidata era que el justicialismo, que figura detrás de la Alianza en todas las encuestas, había encontrado un tema de campaña en el que no existen mayores discrepancias internas. De todos modos, aseguraban que más allá de las acusaciones Fernández Meijide no modificará su posición.Con la instalación de la discusión sobre el aborto, el PJ intentó meter una cuña en la Alianza, en donde las opiniones sobre el tema son divergentes. El candidato presidencial Fernando de la Rúa marcó diferencias con la diputada del Frepaso: dijo que su posición es “contraria al aborto” y aseguró que, en caso de llegar a la Casa Rosada, está dispuesto a “trabajar en este sentido”. De todos modos, De la Rúa coincidió con Graciela en que “la Alianza no va a traer ningún tema conflictivo ajeno a la campaña, que divida a la sociedad”, y criticó al peronismo. Lo acusó de “utilizar políticamente” el debate sobre el aborto. Dos semanas atrás, el diputado socialista Alfredo Bravo hizo pública su posición a favor de la despenalización del aborto. “Es un tema que debe debatir la sociedad. Cada uno debe debatirlo expresando sinceramente su opinión. Lo que no debemos hacer, como hacemos siempre los argentinos, es seguir pateando las cosas para adelante”, justificó Bravo.


 

ADVIERTE QUE NO SE PRESTARA A “CHICANAS ELECTORALES”
La Iglesia no quiere ser usada

Por Washington Uranga

t.gif (862 bytes) A través de una declaración de bajo perfil advirtiendo que “no entrará en el juego de chicanas electorales”, surgida de voceros de la Comisión Episcopal de Pastoral Familiar que preside Cándido Rubiolo, la jerarquía católica sorteó con relativo éxito una de las trampas en las que se pudo haber visto envuelta en medio de la campaña electoral: terminar apoyando a un candidato o descalificando a otro al tomar posición sobre una determinada materia. En este caso el tema fue el aborto, una cuestión sobre la que la Iglesia tiene una posición sumamente firme y sobre la que no existen fisuras dentro de la jerarquía. La totalidad del Episcopado se encolumna de manera monolítica detrás de la posición antiabortista defendida por el Vaticano. No hay en este tema las discrepancias o diferencias que sí se plantean en otras cuestiones.Tanto dentro del justicialismo como de la Alianza existen posiciones discrepantes sobre la materia. Hay opiniones a favor y en contra, aunque dentro de las filas del oficialismo el asunto es menos ríspido, porque quienes tienen una posición a favor del aborto están muy lejos de hacer del tema una cuestión militante. Distinto sucede dentro de la Alianza. Hay grupos, partidos y organizaciones que se sitúan debajo del paraguas de la coalición que han mantenido .desde antes de ingresar en este acuerdo político una posición proabortista a la que ahora no renuncian.En su búsqueda de temas de campaña, los asesores de Duhalde habían detectado que el tema del aborto podría ser un flanco importante para lanzar una ofensiva destinada a generar contradicciones públicas en el seno de la coalición opositora. El propósito adicional era colocar a la Alianza en la acera de enfrente de la Iglesia Católica. Fernando de la Rúa, Chacho Alvarez y Graciela Fernández Meijide habían sido advertidos a su vez por sus asesores sobre esta posibilidad y hace apenas unos días recibieron un memorando reservado sobre la actitud a tomar frente a esa posibilidad. En general, la recomendación fue no entrar en el debate.Pero también los obispos estaban sobre aviso. Y en este tema, como en otros, la mayoría de ellos están decididos a no entrar en el juego de las disputas electorales. Los obispos católicos creen que su credibilidad tiene que permanecer intacta, porque quizá sea necesario que jueguen toda su autoridad moral para el caso de que el país necesite de garantes ubicados por encima de partidos y sectores para asegurar la concertación y la gobernabilidad futura. Para poder jugar mañana ese papel, hoy tienen que mantener mesura y equidistancia. Así sea en temas, como el aborto, donde tienen una posición claramente fijada.

 

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