¿Carlos
Menem pronunció ayer su último discurso que dará nunca ante la Asamblea Anual de las
Naciones Unidas como presidente de la República Argentina? A juzgar por sus propias
palabras, sí: Después de diez años y seis meses, me despido para siempre,
dijo para sorpresa de todos al cerrar su alocución. Claro que, en lugar de una
confesión, podría tratarse de un confusión en las que suele incurrir y que no haya
resignado sus aspiraciones de retornar en el 2003. Otra posibilidad es que piense que para
entonces las Naciones Unidas habrán pasado a la historia.Salvo por el cierre, el discurso
de Menem no salió de los carriles previsibles. Están dadas las condiciones para
que la Argentina y el Reino Unido inicien, sin más demora, el diálogo hacia una
solución definitiva a la disputa por la soberanía de las Islas Malvinas, sostuvo
ante la Asamblea General después de reafirmar nuestro derecho sobre el
archipiélago y subrayó que las relaciones entre ambos países están en el más
alto nivel de su historia. Como prueba de ello, puso de ejemplo las recientes
visitas de este Presidente al Reino Unido y de su alteza real, el príncipe Carlos, a la
Argentina.Antes de dirigirse a la Asamblea General, Menem tuvo su minuto de gloria:
fue en los minutos previos al almuerzo que el secretario general de las Naciones Unidas,
Koffi Annan, ofreció a los mandatarios y representantes que participan de la
deliberación anual del organismo que Menem pudo sacarse la que quizás sea su última
foto con el presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton (ver aparte). Menem también se
reunió con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, pero no con su colega de Paraguay,
Luis González Macchi. Ese encuentro fracasó ante la negativa del gobierno paraguayo de
condenar las declaraciones del ministro de Defensa de ese país, Nelson Argaña, quien
calificó de sinvergüenza a Menem después de que la Argentina rechazara el
pedido de extradición del ex general golpista Lino Oviedo. Ayer, el canciller Guido Di
Tella y su par paraguayo, José Estigarribia, mantuvieron negociaciones telefónicas sin
llegar a un acuerdo.En la suerte de balance de sus diez años como presidente que realizó
en Naciones Unidas, Menem hizo referencia a la solución durante su gestión de todos los
diferendos limítrofes entre la Argentina y Chile y no sólo destacó la
integración fructífera que se alcanzó con los chilenos, sino también con
los demás países de la región. Se refirió, además, a la política de no
proliferación nuclear y de armas de destrucción masiva que llevó adelante y recordó
los acuerdos al respecto firmados con Brasil.En estos momentos estamos participando
en 10 de las 17 operaciones existentes, incluidas Kosovo y Timor Oriental, señaló
Menem para remarcar la alta participación argentina en las operaciones de paz a cargo de
Cascos Azules y calificó como un éxito su idea de crear los Cascos Blancos.
Además, abogó por una reforma que contemple un sistema de rotación abierto
del Consejo de Seguridad de la ONU.La Argentina promueve una economía mundial de
mercados abiertos. Sin embargo, vemos resurgir formas encubiertas de proteccionismo,
se quejó Menem, en alusión a la política de subsidios agrícolas que aplica Estados
Unidos y la Unión Europea y que perjudica las exportaciones argentinas y de los países
del Mercosur.Menem también dijo que en sus años de gobierno se consolidó el sistema
democrático y se transformó la economía, aunque se dio el gusto de profundizar después
en una conferencia de prensa. Allí, reiteró que el peronismo ganará las elecciones y
volvió con aquello de que los radicales dejaron un país en ruinas, totalmente en
llamas. Entonces, anunció que en noviembre no irá a la Cumbre Iberoamericana de
Cuba. |