Por Fernando Almirón
Desde Formosa
 El
justicialista Gildo Insfrán, para envidia de Carlos Menem, logró su propia reelección.
El actual gobernador obtenía ayer con el lema del PJ, más del 65 por ciento de las
adhesiones, con los que se aseguraba su permanencia en la Casa de Gobierno de Formosa
hasta el 2003. Cerca del 20 por ciento de ese total lo aportó el otro candidato
justicialista, Vicente Joga, quien fue –a la luz de los hechos que antecedieron a los
comicios– el gran derrotado junto a la Alianza, que cosechaba menos del 30 por ciento
de los votos. El ganador se quedó sin que Carlos Menem y Eduardo Duhalde le levantaran
los brazos. Insfrán apareció en soledad recién después de las 22, mientras en junta
electoral contaban los votos con una lentitud desesperante. En las primeras tres horas
sólo se habían escrutado 60 mesas.En conferencia de prensa, el gobernador reelecto
aseguró que las críticas a su candidatura, considerada por la oposición y el jogismo
como anticonstitucional, “ya es cosa juzgada ante el resultado categórico de esta
elección”. Y agregó: “Les hemos dado una lección a los medios nacionales ya
que los formoseños nos hemos sentido dolidos y molestos por sus afirmaciones”, en
las que se ponía en duda la legitimidad de su segunda reelección. Según Insfrán esta
lección “lava la honra de los formoseños”.La fiesta no pudo ser completa ya
que un frente de tormenta en Buenos Aires obligó a Duhalde a bajarse del avión que
estaba a punto de partir rumbo a la provincia. No obstante pudieron mantener un breve
diálogo a través de una teleconferencia. Menem ni siquiera intentó llegar a Aeroparque,
y se comunicó con Insfrán por teléfono desde Olivos. Formosa tomó la elección con
calma: debe conservar algo de aliento para lo que se viene. El 10 de octubre elegirán
intendente de la ciudad capital, y el 24, diputados nacionales junto con presidente y
vice. Tres elecciones en menos de treinta días. Un record originado en las conveniencias
políticas. La elección a gobernador y diputados provinciales fue anticipada por el
oficialismo que no quería quedarse enganchado con la baja performance que el PJ logra en
las encuestas a nivel nacional. Pero al mismo tiempo postergó la elección de intendente
capitalino. Entre otros motivos porque el candidato aliancista, Gabriel Hernández,
arrastra más del 40 por ciento de intención de voto entre el electorado.Sin embargo los
votos de la Alianza no se vieron en las urnas de ayer. El radicalismo presentó tres
sublemas para gobernador y vice, y entre todos no llegaban a sumar el 30 por ciento
histórico de sufragios que desde hace diez años cosecha la UCR. El que más votos
obtenía –alrededor del 20 por ciento– era Antonio Venica. La comunión de
Formosa con el Paraguay está clara en las costumbres de su gente, la tonalidad con la que
se expresan y la vida cotidiana de la provincia, en la que según parece también votan
los paraguayos (ver aparte). Incluso los propios paraguayos se encargaron de llevar a cabo
la encuesta a boca de urna que favoreció y difundió el oficialismo apenas terminado el
comicio. Durante la jornada, bajo un agobiante temperatura que trepó a los 35 grados, las
270 mil personas habilitadas para votar eligieron también 15 diputados provinciales, 34
intendentes y presidentes de Sociedades de Fomento, y 72 concejales. En la competencia por
estos últimos cargos participaron 1521 candidatos.
MIL PARAGUAYOS HABRIAN PARTICIPADO ILEGALMENTE
EN LOS COMICIOS
Hubo un record de turismo en Formosa
Por F.A.
Desde Formosa
Al menos un millar de
paraguayos habrían votado en las elecciones provinciales de Formosa. Durante todo el
día, y desde las primeras horas de la mañana, media docena de embarcaciones contratadas
por los candidatos a la gobernación por el PJ cruzaron una y otra los estrechos metros
que separan ambas orillas del Río Paraguay. En una está la capital de Formosa, en la
otra la paraguaya ciudad de Alberti. Página/12 subió a una de las lanchas y se trasladó
hasta el poblado guaraní cuya principal actividad es el comercio de una amplia gama de
productos, que van desde un kiwi hasta un televisor de 42 pulgadas. Los empadronados en
Alberti son 1046, “y... ya trajimos como dos mil personas para votar”, asegura
uno de los punteros del justicialismo mientras arrea gente desde el muelle hasta los
remises que esperan a la salida del puerto. El hombre robusto de camisa a rayas y anteojos
oscuros, amistoso y dicharachero, se desplaza de un lado al otro del muelle dando órdenes
a su handy. Se lo ve feliz por la convocatoria de “residentes argentinos” en
Paraguay que llegaron en algunas de las cuatro lanchas contratadas por Gildo Insfrán para
trasladar a gente de la otra orilla hacia las urnas en las elecciones de ayer. “Ahí
vienen más de Joga”, comenta el mismo hombre sin rencores: “Esta es una
pequeña disputa, al final de cuentas todos somos peronistas”, dice refiriéndose al
enfrentamiento entre jogistas y gildistas que mantiene en vilo al PJ local mientras
observa a una nueva embarcación amarrar en el breve puerto sobre el Río Paraguay, en la
entrada de la ciudad de Formosa.A bordo de la precaria embarcación los pasajeros observan
en silencio y con cierta desconfianza al cronista de este diario. Alguno se anima a hablar
y cuenta que no vive en Alberti, sino a unos setenta kilómetros del poblado, y que junto
con él vinieron unas cuarenta personas, que viajaron en un camión que envió por ellos
la gente de Insfrán. Una mujer pequeña y regordeta lo regaña en guaraní y el hombre,
alto, delgado y con unos pocos dientes para rematar su permanente sonrisa, ya no volvió a
hablar. La lancha amarra en Alberti, una ciudad con apenas tres calles asfaltadas, casas
bajas y plagada de afiches y pasacalles de Insfrán y Joga. En las arterias principales de
esta pueblo de frontera se suceden uno tras otro los puestos en los que se venden todo
tipo de productos amontonados sin el más absoluto sentido común: mandioca junto a
videocaseteras de última generación y portaligas colorados. A la sombra de un alero un
grupo de mujeres le comentan a este cronista las alternativas de la jornada. Dicen que
muchos fueron a votar porque les pagaban “hasta más de veinte pesos”; que
“acá todos saben que la mayoría son paraguayos a los que les hicieron el documento
en Formosa para que puedan votar”, “a los que son del campo les ofrecen apenas 5
pesos y una vianda si votan a favor de tal o cual candidato a gobernador para
Formosa”. Y que ya no se puede contrabandear como antes por culpa de la estabilidad
argentina y los controles de Prefectura. No resulta sencillo en una provincia con treinta
kilómetros de frontera con el Paraguay diferenciar argentinos de paraguayos, salvo cuando
una persona le explica a otra en la lancha que regresa con nueva carga hacia la orilla
formoseña: “Este es el documento que los argentinos usan para votar, ¿te gusta como
saliste en la foto?”. Ella, joven y coqueta, separa de entre las hojas del DNI sin
estrenar las tres fotos que sobraron de las cuatro que le tomaron días antes con una
Polaroid.
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