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El hombre que está preso por el
crimen de otro que se llama igual

Hace ocho meses que Javier Inostrosa está en prisión en Río
Negro por un intento de violación. Los jueces acaban de reconocer que el culpable es otro hombre con igual nombre.

De la Rosa y Bosch, dos integrantes de la Cámara que juzgó a Inostrosa.
Ahora ese cuerpo reconoció que fue un error, pero debe expedirse el Superior Tribunal.

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Por Cristian Alarcón

t.gif (862 bytes) Entre Javier Inostrosa y Javier Inostrosa nunca hubo parecido y mucho menos parentesco. Aunque hay que reconocer que sí vivieron en el mismo barrio de Villa Regina, en Río Negro. Luego las casualidades y la calidad de la Justicia los vincularon tanto que uno todavía paga en la cárcel por el otro un delito que nunca cometió. El uno es Javier Alberto Inostrosa y está preso hace ocho meses acusado de intento de violación. El otro es Javier Gustavo Inostrosa y quién sabe dónde se habrá metido después de haber zafado de la acusación de una chica de 17 años en su contra. El asunto es que Javier Alberto ha sido condenado a tres años y medio de prisión por ser para la Justicia quien después de un baile en junio de 1998 intentó violar a una muchacha. El error fue reconocido esta semana por la misma cámara del crimen que condenó a Javier Alberto, pero hasta que el Superior Tribunal rionegrino no ordene lo contrario el inocente seguirá preso.
Los hechos: el 21 de junio de 1998, a eso de las cinco de la mañana, el veradero inculpado, Javier Gustavo, salió del boliche Casablanca, en el centro de Regina, junto a una chica de 17 años. Le ofreció llevarla en moto –una Honda 125 nueva– a su casa, en el barrio Provincial. Conversaban haciendo puerta en la casa de ella, a pocas cuadras del santuario de Ceferino Namuncurá, cuando él avanzó y quiso tocarla. Ella no quería. Gritó. Quiso soltarse. El la golpeó. Le dejó marcas. Se levantó el padre de la chica. Los vecinos también se despertaron. Javier Gustavo huyó sin siquiera importarle la moto. En la oscuridad sólo se vieron sus pantalones blancos escapando. La Honda quedó abandonada. Fue secuestrada por la policía, que además labró una simple acta de infracción, porque la chica dijo que él estaba borracho. El asunto quedó entonces en manos de una jueza de paz.
Por si faltaban confusiones, el hombre le había mentido a la chica. Se conocían hacía un año, pero él se hacía llamar Gabriel. La mentira fue descubierta cuando cayó preso a las pocas horas. Era Javier Gustavo. Hasta la tarde del 23 estuvo bajo la sombra. Salió montado en su moto. No se le volvieron a ver el pelo ni su metro ochenta de estatura. Quizá no llegó a enterarse, pero escapaba no sólo de la contravención por ebriedad. Al declarar la chica y su padre, la causa pasó a la Justicia criminal y fue derivada al juzgado 6 de General Roca, a cargo de Margarita Carrasco, por presuntas lesiones. El fiscal pidió la declaración indagatoria de Javier Gustavo Inostrosa, un changarín que vivía en el barrio Don Bosco. El pedido fue sin dirección exacta. La ambigua citación quedó en manos de la policía: toda una invitación al error.
El candidato natural fue un conocido de la policía. No sólo pobre, changarín y morocho, de metro setenta y de nariz chata como la de un boxeador manco, sino que encima enemigo declarado. “Este Inostrosa era conocido y le tenían bronca –cuenta el abogado defensor del inocente, Eves Tejada–. Hacía pocos días había denunciado en un diario local a un grupo de canas liderados por el comisario Alberto ‘Turco’ Alí por apremios ilegales, una pateadura con heridas y huesos quebrados que le habían dado a él y una patota”. Inostrosa entró en la causa. Ya había sido antes acusado de dos crímenes y en ambos casos fue sobreseído. Al declarar no le alcanzaron las justificaciones: que no tenía 21 años como el otro sino 20. Que no era jornalero de chacras de manzanas sino changarín urbano. Que no conocía a la chica, que no había ido a ninguna fiesta, que de tan pobre no tenía ni para bicicleta, que mucho menos sabía andar en moto. Fue en vano.
“En el momento mismo de la indagatoria cambiaron el nombre en el acta, o sea, el acusado pasó a ser Javier Alberto”, sostiene Tejeda. Enseguida fue procesado por lesiones. El cargo por intento de violación fue apelado por el fiscal ante la cámara. La cámara recomienda el procesamiento. La jueza ordena su detención el 21 de diciembre. Desde entonces está preso. El abogado Tejeda asumió la defensa de Javier Alberto cuando llegó el juicio oral. Comenzó su alegato diciendo “se está juzgando a un fantasma”. Insistió en lo raro que era que la chica denunciante y su familia desaparecieran de la casa donde vivían y que nunca hubiera habido reconocimiento. Pidió una visita domiciliaria para demostrar que el que vive en una tapera no puede comprar una 150 nueva. Pidió que se rastreara a la muchacha. La cámara tercera, de Jorge Bosch, Aldo Rolando y Rafael De la Rosa, consideró suficientes las pruebas. Condenaron al Inostrosa equivocado a tres años. Los mismos jueces aceptaron el recurso de casación impugnando la causa por error “in persona”. Pero hasta que no se pronuncie el Superior Tribunal de Justicia, el doble de nombre seguirá en el pabellón de violadores.

 


 

EL JUEZ SUSPENDIDO APARECIO EN LOS TRIBUNALES
Bernasconi dio una sorpresa

t.gif (862 bytes) Cuando se ausenta Coppola aparece Bernasconi. El suspendido juez federal de Dolores Hernán Bernasconi se presentó sorpresivamente en la mañana de ayer en los tribunales de Comodoro Py 2002, en Retiro, para presenciar la vigésima audiencia del juicio oral y público contra sus ex subordinados, el secretario Roberto Schlagel y tres policías, en el marco del “caso Tarantini”. El cuestionado magistrado sobre el que pesan varios pedidos de juicio político justificó su presencia en el tribunal como producto de su situación –“Como estoy suspendido, vengo a presenciar el juicio”– y adelantó que “es mi propósito, si Dios quiere, continuar viniendo hasta el día de la sentencia”. En la misma jornada, cuando caía la tarde, el tribunal rechazó el pedido de excarcelación presentado por la defensa de Julieta La Valle, quien está detenida en el Departamento Central de Policía.
El clima judicial en el Tribunal Oral Federal 5 se vio conmocionado durante la jornada de ayer a raíz de la presencia en la sala “del gran ausente en el banquillo de los acusados”, el suspendido juez de Dolores Hernán Bernasconi. La inesperada aparición se produjo justo cuando su archi rival, Guillermo Coppola, quien solía asistir a diario, viajó a España para acompañar a su representado, Diego Armando Maradona, en la firma de un contrato para televisión.
El juez, que la semana pasada fue suspendido por la Comisión de Juicio Político del Senado, se mostró distendido durante la audiencia, en la que el abogado Rubén Parnisari continuó con su alegato, iniciado la semana pasada, y pidió la absolución de los policías Gustavo Diamante y Carlos Gómez, para quienes días antes el fiscal federal Ernesto Rizzi solicitó ocho y siete años de prisión respectivamente. Parnisari, en su exposición, también pidió al tribunal que investigue al juez federal Gabriel Cavallo, “por asociación ilícita y prevaricato”. Por otra parte, luego de un cuarto intermedio, el tribunal rechazó la solicitud de excarcelación para Julieta La Valle, quien deberá permanecer detenida en el Departamento Central de Policía, a raíz de que el Tribunal conoció su intención de abandonar el país.

 

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