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Carta abierta del historiador Eric Hobsbawm al presidente Sanguinetti

Londres, 22 de octubre de 1999

Su Excelencia:

Permítame escribirle en tanto que admirador de las tradiciones democráticas de su país, que, como usted sabe, tuve recientemente la fortuna de visitar a fin de recibir el doctorado honoris causa de la Universidad de la República. Tal vez recuerde usted la ocasión en que tuve también la posibilidad de encontrar y apreciar al Dr. Bluth, secretario de la Presidencia de la República.Amigos del Uruguay han señalado a mi atención el caso del poeta argentino Juan Gelman, cuyo hijo y nuera fueron asesinados en los terribles días de la “guerra sucia” de los regímenes militares de los ‘70. Hace varios años que busca los rastros de su nieto o nieta, nacido o nacida de su nuera en cautiverio, que fue vista por última vez en Montevideo a fines de diciembre de 1976, cuando ella y su bebé partieron con destino desconocido escoltados por miembros de las Fuerzas de Seguridad hoy identificados. El señor Gelman y su esposa solicitaron la atención de su despacho acerca de este caso el 7 de mayo y nuevamente algunos meses después. Todavía está esperando los resultados de las investigaciones de su gobierno, que su despacho prometió comunicarle.Entiendo que no se debe permitir que el pasado, por terrible que sea, se interponga en el camino del presente. Sin embargo, creo que el destino de los niños nacidos de madres en cautiverio no se puede dejar en lo desconocido. Fuera quien fuere el culpable de lo que pasó en los años de tortura y asesinato, esos niños eran inocentes. Si el bebé de María Claudia García Irureta Goyena de Gelman está vivo, él o ella tiene derecho a conocer lo ocurrido con sus padres. Para los abuelos, que también tienen derecho a saber, el nieto perdido es un lazo con el hijo y la nuera muertos. En el caso de que el propio niño haya muerto o haya sido asesinado, hay que darlo a conocer. Hoy se dispone de elementos para descubrir la verdad. No puede haber una razón aceptable para el silencio.He visto la carta que el señor Gelman a usted le escribiera. Apoyo su demanda, no porque sea poeta, uno de los más importantes de América latina, sino porque me convence de que su pregunta debe ser contestada: ¿qué pasó con el niño de la mujer que, embarazada de ocho meses, fue secuestrada el 24 de agosto de 1976 y desapareció en lo ignoto con su bebé a fines de diciembre? Solamente usted puede dar una respuesta definitiva. Lo insto muy respetuosamente a hacerlo.AtentamenteEric Hobsbawm *

* Companion of Honour, Fellow of the British Academy, Professor Emeritus, Dr. h.c. Universidad de la República.

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