José Luis
Machinea, seguro ministro de Economía de Fernando de la Rúa, se reunió ayer con su
par, Roque Fernández, para comenzar a hacer el inventario que dejará Menem a
la administración entrante. La situación no solamente es complicada en temas como
desocupación, pobreza y problemas sociales, sino que la situación fiscal es más
complicada de lo que aparenta ser, cuando uno mira las cifras que se dicen desde
Economía, disparó Machinea, pasando factura de la pesada herencia menemista. Hasta
ahora Machinea respaldó a Roque en todas sus disputas con el ala política del Gobierno.
Pero ayer asumió otra postura, remarcando que las cuentas de Roque no están tan
ordenadas.Para Machinea, este año no se cumplirá con la meta fiscal acordada con el
Fondo Monetario, por lo que anticipó una renegociación con el organismo. En tanto,
obtuvo el compromiso de parte de Fernández de que no habrá aumentos salariales, ni de
otros gastos extraordinarios, en los últimos días del gobierno saliente. Además,
coincidió con el ministro en que, para seguir contando con el aval del FMI, el nuevo
gobierno deberá aplicar un fuerte ajuste fiscal durante el primer año de gestión. El
paquete incluiría recortes de gastos, pero también la suba del impuesto al gasoil, la
generalización del IVA y la eliminación de exenciones en Ganancias. Creo que el
déficit fiscal de este año no va a estar en los 5100 millones de pesos (acordados con el
FMI), sino que va a ser más parecido a 5700 millones de pesos, afirmó Machinea,
durante una conferencia de prensa que, para familiarizarse con el ambiente, concedió en
el Palacio de Hacienda tras su reunión con el ministro. Eso quiere decir que la
meta (de déficit fiscal) del cuarto trimestre no se va a poder cumplir y en ese caso
habrá que buscar con el FMI algún mecanismo de renegociación, explicó.Más
alarmante todavía fue el panorama que trazó Machinea para el año próximo. Con
meticulosidad, dijo que al déficit de este año habrá que agregarle 1800 millones
por ingresos excepcionales de este año, por concesiones o privatizaciones, y así
llegamos a un déficit de 7500 millones. A esta cifra agregó hay
que computarle la baja de aportes patronales prevista para agosto, que llega a 500
millones y ya estamos en 8000. También hay que sumar entre 900 y 1000 millones, que es el
incremento de los intereses de la deuda previsto para el año que viene, y la reducción
de aportes patronales prevista para diciembre, lo que pondría la cifra final en 9900
millones de dólares, afirmó. Tanto interés en detallar la magnitud del déficit
que heredará el gobierno de De la Rúa no es casual. El déficit pautado para el año
próximo con el Fondo Monetario es de tan sólo 4500 millones. Entonces, la conclusión es
obvia: o se aplica un fortísimo ajuste o el acuerdo con el FMI será imposible de
cumplir. Y como nadie piensa en dejar de lado el paraguas del Fondo para cubrirse en el
tormentoso mercado financiero internacional, el flamante equipo económico aliancista
tendrá hasta mediados de noviembre para presentarle el paquete de ajuste a la misión de
Washington, que llegará a Buenos Aires encabezada por Teresa Ter Minassian.En ese
diagnóstico Roque coincidió con Machinea. Por eso, el ministro le prometió a su
eventual sucesor que frenará cualquier presión para aumentar el gasto en las últimas
semanas del gobierno menemista. No vamos a hacer ningún aumento salarial. No
produciremos modificaciones. No comprometeremos el gasto del Presupuesto 2000,
aseguró. Fernández envió al Congreso un proyecto de ley de Presupuesto 2000 que
contempla una reducción en el gasto de 1800 millones de pesos, a la que se llega con
diversas medidas: eliminación del Fondo del Conurbano Bonaerense, del Fonavi (vivienda) y
otros fondos específicos; poda en los Aportes del Tesoro Nacional, de gastos reservados;
congelación de vacantes en la administración pública, despidos, jubilaciones forzosas,
etcétera. Es necesario reducir el déficit fiscal, es una cuestión relevante,
estamos trabajando en eso y mañana (por hoy) nos vamos a reunir con el secretario de
Hacienda (Pablo Guidotti) para empezar a mirar todo con mayor detalle, comentó
Machinea. La semana próxima empezarían las reuniones con las otras áreas de Economía.
El encuentro con Guidotti le servirá para determinar en qué medida es posible seguir
avanzando en el achique del gasto. En el equipo de Machinea consideran que el ajuste por
el lado del gasto podría rondar los 1000 millones de dólares, y que ir más allá
como imagina Roque crearía no poco ruido político a poco de
asumir De la Rúa. El resto del ajuste hasta cubrir el agujero fiscal llegará por el lado
de los impuestos. Por estos días, el equipo de Machinea trabaja contrarreloj en un
paquete (ver aparte), que incluiría los siguientes puntos:u Suspensión de la baja de
aportes patronales.u Generalización del IVA, alcanzando la publicidad, los medios y la
medicina prepaga.u Eliminación de exenciones en el impuesto a las Ganancias.
Un mundo color de rosa Aunque, en privado, coincidió con Machinea en la complicada situación
fiscal que deberá afrontar el próximo gobierno para cumplir con el FMI, Roque Fernández
buscó en sus declaraciones públicas destacar el lado positivo de su
gestión. Tenemos una situación de cobertura de gastos cómoda hasta fin de año.
Hay un cronograma de gastos y desembolsos en término de préstamos que se obtienen, de
manera que hasta marzo el próximo gobierno no tenga que recurrir al mercado,
afirmó. Y agrego que les dejamos (a los equipos de la Alianza) una economía con
acceso al mercado. O sea que si necesitaran recurrir al mercado en diciembre o en enero,
el mercado está abierto para la Argentina. También se manifestó contrario a la
aplicación un impuesto extraordinario a las ganancias de las empresas de servicios
públicos privatizados. No me parece. Las políticas tributarias deben ser neutras
en asignación de recursos y sectores empresariales. No creo que fuera un criterio de
política tributaria para llevar adelante, opinó. |
THE WASHINGTON POST RECLAMO APOYO
DEL FMI Y EL BM
Argentina entra en período de riesgo
La
madurez democrática y económica de Argentina encierra una lección de esperanza, la mala
noticia es que el experimento entra ahora en un período de riesgo. Con esta
reflexión y advertencia a la vez, el diario The Washington Post saludó que el candidato
de la Alianza Fernando de la Rúa haya triunfado en las elecciones presidenciales del
domingo último prometiendo más austeridad y reclamó un apoyo efectivo del
Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional para la difícil etapa, según prevé,
que se avecina. La economía puede empeorar antes de volver a un sendero de
crecimiento, y De la Rúa deberá cohabitar con gobiernos provinciales y un Senado
dominados por el partido de la oposición, afirmó ayer el prestigioso periódico en
un editorial. El diario elogia el notable desarrollo de la Argentina tras
salir en 1983 de un período de dictaduras militares, pero advierte que el país atraviesa
ahora momentos difíciles, con un desempleo del 14,5 por ciento (que aumentaría en la
próxima medición), una caída en su nivel de actividad económica y un importante
incremento de la pobreza.Esas circunstancias difíciles conducen a veces al
populismo, que en cierta época caracterizó a la Argentina, indica el editorial en
tono de advertencia. Sin embargo agrega, De la Rúa ganó la elección
prometiendo más austeridad, como la aplicada en la década anterior, que produjo
impresionantes tasas de crecimiento y una victoria contra el viejo espectro de la
inflación.Según el diario de la capital estadounidense, la madurez
democrática y económica de Argentina encierra una lección de esperanza.
Argentina demuestra que políticas apropiadas pueden dar resultados, mediante un
liderazgo determinado y el respaldo de los organismos crediticios internacionales.
La mala noticia es que el experimento de Argentina entra ahora en un período de
riesgos, advierte el Washington Post. El Banco Mundial y el FMI están
dispuestos a ayudar, asegura, concluyendo que se trata de un caso en el que
una asistencia generosa debería arrojar hermosos frutos. De acuerdo con su
evaluación, el FMI expresó reiteradamente su disposición a ayudar al gobierno
resultante de las elecciones, y estima que la Argentina podría obtener a corto plazo una
línea de crédito contingente de 10.000 millones de dólares, siempre y cuando mantenga
el rumbo de reformas económicas preconizado por el organismo crediticio.
El paquete viene con un aumento al
gasoil
Por Cledis Candelaresi
Con el
afán de engrosar rápidamente los ingresos fiscales, los técnicos de la Alianza intentan
diseñar una batería de medidas tributarias que puedan aplicarse a partir de diciembre.
Entre las hipótesis de trabajo más firmes está la de subir al 21 por ciento la tasa del
Impuesto al Valor Agregado sobre la televisión por cable, alícuota que hace poco el
Congreso fijó en el 10,5 por ciento para ese servicio, cuando debatió la reforma
tributaria propuesta por el ministro de Economía, Roque Fernández. Ampliar la base de
Ganancias y una suba del Impuesto a la Transferencia de los Combustibles que afecta al
gasoil también están en la mira del equipo de Fernando de la Rúa.El núcleo de
especialistas que asiste al presidente electo descuenta que, por el momento, no sería
posible una reforma integral del sistema tributario. Entre otras razones, porque un
rediseño obligaría a buscar consenso en el Congreso y realizar una extensa ronda de
negociaciones con los sectores económicos involucrados. Pero la necesidad de cerrar el
bache fiscal los obliga a imaginar algunas soluciones inmediatas sobre la base del
régimen vigente.Consultados por Página/12, los especialistas Antonio Figueroa, cercano a
Rodolfo Terragno, y Alfredo Fólica, quien trabaja en el mismo centro académico que Juan
Sourrouille y el diputado Jesús Rodríguez, coincidieron en que la primera decisión es
eliminar las prerrogativas que existen en IVA y Ganancias. Entre las ideas en danza se
destacan:uLa suba al 21 por ciento del IVA a la televisión por cable permitiría un
aumento de la recaudación de unos 130 millones de pesos anuales. Lo que inquieta un poco
más es la idea de aplicar esa misma alícuota sobre las prepagas. Uno de los argumentos
en contra es que en el interior hay prestadoras pequeñas, cuyo servicio sólo suple las
deficiencias del hospital público.u Eliminar la promoción industrial, que exime del pago
de IVA y Ganancias por montos millonarios.u Eliminar prácticamente todas las exenciones
del Impuesto a las Ganancias y alcanzar con el tributo conceptos aún no gravados.uSe
analiza la posibilidad de disminuir las deducciones de Ganancias y, eventualmente, bajar
el mínimo no imponible. Hoy un asalariado casado puede descontar hasta 28 mil pesos por
año de su liquidación del gravamen, que sólo lo alcanza si su remuneración supera los
2400 pesos mensuales. La intención es que pueda deducir menos y que el impuesto pueda
aplicarse para salarios menores.u Otra apuesta fuerte sería la de subir el impuesto a los
combustibles, básicamente, el que grava al gasoil. Con el esquema actual, Economía
recauda alrededor de 1300 millones de pesos anuales por el ITC sobre todos productos. La
idea sería reforzarla, quizás, equiparando el tributo que pesa sobre el gasoil con el
que grava a las naftas.Esa mayor presión fiscal iría acompañada de una eliminación de
impuestos sobre el sector empresario. Entre los técnicos aliancistas hay acuerdo para
derogar el impuesto sobre las deudas empresarias y a la renta mínima presunta, creados
por la reforma tributaria de Roque. Esta iniciativa podría considerarse riesgosa: la
eliminación del primer tributo costaría a las arcas públicas no menos de 500 millones
por año.
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