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Sanguinetti tiene respuesta para las cartas de Gelman

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El presidente saliente Julio María Sanguinetti.
Después de meses de silencio, anunció que dirá algo.
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Juan Gelman espera desde hace veintitrés años.
Tiene esperanzas en las promesas de Tabaré Vázquez.

t.gif (862 bytes)  El presidente se había comprometido a averiguar. El poeta se lo reclamó y ahora el primer mandatario de Uruguay anunció que cumplirá antes de abandonar el sillón, en marzo del 2000. Julio María Sanguinetti aseguró ayer en Montevideo que responderá el lunes o martes próximos a las manifestaciones en apoyo al escritor Juan Gelman, que desea saber el paradero de su nieto desaparecido en Uruguay durante la dictadura que oscureció ese país desde 1973 hasta 1985. Y agregó que también contestará los reclamos de familiares de otros desaparecidos. “Voy a hacer todo lo posible para saber y averiguar esto. De este caso me ocupo yo”, habían sido las palabras que Sanguinetti pronunció cuando leyó el memorándum con los datos de la historia de Gelman, según le manifestó al poeta uno de sus más estrechos colaboradores.
El jefe de Estado, en la preparación de su respuesta, recopiló material sobre investigaciones administrativas y otros datos que espera difundir antes de viajar al exterior el miércoles 10, según manifestaron voceros oficiales. La compilación incluye documentación sobre compensaciones y otras medidas adoptadas.
Los familiares y víctimas de las violaciones a los derechos humanos cometidas por los militares durante la dictadura afirman que la coordinación represiva del subcontinente instrumentada en el Plan Cóndor causó la desaparición de 141 uruguayos, siete de ellos menores de edad, 35 en Uruguay, 98 en Argentina, seis en Chile y dos en Paraguay. Sanguinetti se ha caracterizado por su firme oposición a esclarecer estos hechos. Esta posición fue reafirmada el miércoles por el comandante en jefe del Ejército uruguayo, Fernán Amado, quien afirmó que el tema de los desaparecidos está “definitivamente cerrado” en Uruguay. “La ley estableció que el Poder Ejecutivo iba a realizar las investigaciones y eso ya se hizo en su oportunidad”, agregó el militar que debe retirarse el 1º de febrero de la vida militar activa.
El socialista Tabaré Vázquez –ganador de la primera vuelta de la elección presidencial del domingo con el 39 por ciento de los votos, y que el 28 de noviembre disputará el ballottage ante Jorge Batlle, del gobernante Partido Colorado– prometió el lunes que un eventual gobierno de la izquierda “se abocará inmediatamente a dar respuesta al tema de los desaparecidos”. Su propósito es dar cumplimiento al artículo 4 de la ley de perdón a los militares, conocida como Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, aprobada en un plebiscito en 1989, que ordena una investigación administrativa para determinar el paradero de los desaparecidos.
El 10 de octubre Página/12 publicó una carta abierta de Gelman al presidente uruguayo donde detalló las circunstancias de la desaparición de su nuera cuando estaba embarazada de ocho meses y las gestiones que hizo para saber la verdad. María Claudia Irureta Goyena de Gelman fue secuestrada el 24 de agosto por un grupo de tareas argentino y llevada al campo clandestino de detención Automotores Orletti. Fue trasladada por militares uruguayos en la segunda semana de octubre de ese año a la División III del Servicio de Información de Defensa (SID), en Boulevard Artigas y Palmar, Montevideo. Estuvo prisionera en la planta baja de ese local, fue llevada al Hospital Militar de esa ciudad para dar a luz, fue devuelta al SID y de allí salió a fines de diciembre de 1976 con rumbo desconocido.
Gelman había puesto a Sanguinetti en conocimiento de este relato cuatro meses antes, y en esa carta le preguntaba: “¿Ordenó usted la averiguación prometida? Y, si lo hizo, ¿ninguna razón de humanidad lo mueve a comunicarme el resultado? Y, si no la ordenó, ¿ninguna razón de humanidad lo mueve a comunicarme el resultado?”. El escritor agregó que el saliente presidente uruguayo tiene “a la mano fuentes directas de información”. Y mencionó los nombres de varios represores que siguen en las filas de las Fuerzas Armadas de ese país. El escritor pidió una respuesta a susufrimiento y desde entonces generó un movimiento de cartas de artistas e intelectuales en su apoyo.
ron2.gif (93 bytes) El historiador Eric Hobsbawn afirmó que “el destino de los niños nacidos de madres en cautiverio no se puede dejar en lo desconocido”, que “no puede haber una razón aceptable para el silencio” e instó “muy respetuosamente” a dar respuesta al poeta.
ron2.gif (93 bytes) El escritor Osvaldo Bayer dijo que, cuando aparezca “el Nieto del Poeta, volverán de sus manos todos los nietos inhallados. Y se alegrarán los abuelos. Y los padres ya podrán descansar para siempre porque se sabrán presentes”.
ron2.gif (93 bytes) El escritor portugués José Saramago le pidió a Sanguinetti que “ayude a Juan Gelman, ayude a la Justicia, ayude a los muertos, a los torturados y a los secuestrados ayudando a los vivos que los lloran y los buscan, ayúdese a sí mismo, ayude a su conciencia, ayude al nieto desaparecido que no tiene, pero que podría tener”.
ron2.gif (93 bytes) El Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, las Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos y el movimiento sindical uruguayo PIT/CNT se sumaron al reclamo.
ron2.gif (93 bytes) El cantautor Fito Páez le pidió “por el amor de Dios, devuelva la luz en la casa de Juan. Dicen que usted puede, que se lo prometió”, mientras que el músico Chico Buarque le recordó que “brutalidades semejantes son una vergüenza común en la historia reciente de nuestros tres países”.
ron2.gif (93 bytes) Cuatrocientas instituciones y personas ligadas a la cultura argentina le solicitaron “que ponga en juego toda su autoridad para encontrar a la nieta o nieto de Gelman”.
ron2.gif (93 bytes) Cientos de intelectuales mexicanos, nucleados en la comunidad de Creadores Académicos e Intelectuales (CAI), publicaron ayer una carta abierta. Hace dos semanas, un grupo de escritores mexicanos (Carlos Monsiváis, Sergio Pitol y José Emilio Pacheco, entre otros) expresaron que “ninguna ley ni amnistía puede decretar el olvido de estos crímenes”.

 

 

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