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OPOSICION AL AJUSTE DE LOS GOBIERNOS PROVINCIALES
El PJ contra el presupuesto de Roque

En una reunión con legisladores deloficialismo, los ministros de provinciasperonistas hicieron oír su protesta.

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Ministros de Economía provinciales reunidos con los legisladores del oficialismo.
“El proyecto presupuestario es un mamarracho inventado por Guidotti. Vamos a modificarlo.”

t.gif (862 bytes)  “El proyecto presupuestario es un mamarracho inventado por (Pablo) Guidotti. Vamos a modificarlo. No puede ser que todo el peso del ajuste recaiga sobre las provincias”. Con esa frase, el ministro de Economía formoseño, Juan Benítez, le ponía ayer punto final a una acalorada reunión mantenida por los ministros de Economía de las provincias gobernadas por el justicialismo con los senadores y diputados del PJ y un par de gobernadores. La dureza de las exposiciones, tanto de funcionarios como de legisladores, no hace más que prever la fuerte puja política que se avecina entre la Alianza y el justicialismo en torno del ajuste presupuestario del año 2000.
Una muestra gratis de la pelea que se viene ya ocurrió anteayer en el Senado: el PJ hizo valer su mayoría y convirtió en ley un proyecto que rechaza vetos de Carlos Menem a la distribución de fondos específicos por un total de 360 millones de pesos. La movida compromete dinero que debe ser girado el año que viene, cuando Fernando de la Rúa ya sea haya calzado la banda presidencial.La reunión multitudinaria de ayer en el Congreso tuvo el objetivo de enviarle una señal inequívoca al próximo gobierno: el PJ no permitirá un recorte de los fondos que reciben las provincias, en su mayoría gobernadas por el actual partido gobernante.Sin embargo, el proyecto enviado al Parlamento por Roque Fernández prevé un recorte de 1800 millones de pesos. “De ese total, a las provincias nos tocaría realizar un ajuste de 1400 millones, lo cual sería muy recesivo e injusto”, explicó a legisladores y ministros Carlos Rovira, gobernador electo de Misiones. A su vez, Rubén Marín, el mandatario reelecto en La Pampa, calificó de “inconstitucional” a la iniciativa girada por Economía. “Se destinan menores fondos a los establecidos en la Ley de Coparticipación Federal”, señaló.Los más entusiastas ante la muestra de fortaleza tras las elecciones de octubre eran los legisladores. “Es cierto que ganó De la Rúa. Pero que nadie se olvide de que en casi todas las provincias ganamos nosotros”, aseveró un diputado en medio del aplauso generalizado.Durante la reunión de gabinete, Humberto Roggero, titular de la bancada oficialista en la Cámara baja, le había adelantado a Carlos Menem la realización del encuentro: “Gringo, no quiero problemas. Hay que acompañar los cambios al proyecto que proponga la Alianza”, le dijo el Presidente al legislador en Olivos minutos antes de la cumbre que mantuvo con Fernando de la Rúa. “No se preocupe, Presidente. Pero lo cierto es que las provincias van a defenderse. No hay lugar para más ajustes”, le respondió Roggero.En lo central, los ministros, legisladores y gobernadores del PJ aseguran que van a resistir cuatro puntos que figuran en el proyecto presupuestario: la eliminación del fondo del conurbano y de la partida del Fonavi (a través del cual se edifican viviendas populares), la desaparición de fondos específicos y subsidios (como al gas en la Patagonia) y la extinción del Plan Trabajar, por el cual reciben empleo 120 mil personas en todo el país.“Que no se entienda mal. Estamos dispuestos a cumplir con la Ley de Convertibilidad fiscal (que establece un déficit de 4500 millones en el 2000). Pero queremos que el esfuerzo lo haga la Nación y no las provincias. En todo caso, que no se bajen los aportes patronales. Vamos a defendernos”, aseguró Roggero.A la reunión no faltó ningún ministro provincial: estuvieron Jorge Sarghini (Buenos Aires), Marcelo Cassaretto (Entre Ríos), Gerardo Nieto (Santa Cruz), Néstor Schiavone (Misiones), Rafael Kyol (La Rioja), Graciela Corbalá (San Luis), Luis Roca (Santiago del Estero), Alicia De Pasarell (Salta), José Las Heras (Córdoba), Ernesto Franco (La Pampa) y Joaquín Ferré (Tucumán).La próxima semana, los legisladores justicialistas comenzarán los diálogos formales con sus pares de la Alianza para consensuar elPresupuesto 2000. “Queremos que De la Rúa asuma con la ley aprobada”, aseveró el líder de los diputados justicialistas. Se viene la pelea de fondo de la transición

 

FLEXIBILIDAD, MENOR GASTO Y EVASION Y MAS AJUSTE
Reclamos del establishment

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Los empresarios confían en Fernando de la Rúa y en una pronta recuperación económica. Pero condicionan el éxito de su gestión a la adopción de las siguientes medidas, que son también sus demandas al próximo gobierno: profundizar la flexibilización laboral, reducir el gasto público, combatir la evasión y hacer un nuevo ajuste sobre la estructura del Estado. Esa es la conocida receta del establishment, que la consultora Eduardo D’Alessio-Louis Harris refleja en una encuesta que realizó entre ese sector, y cuyas conclusiones se dieron a conocer ayer en el Coloquio de IDEA. Ante la pregunta de cuáles son los sustentos políticos de la futura administración, la mayoría de los empresarios (84 por ciento) dijo que son ellos mismos, y también la opinión pública (98 por ciento) y los medios de comunicación (81 por ciento). El primero de esos datos explica la luna de miel que disfruta la Alianza con el sector económico más poderoso, algo que se refleja además en el comportamiento de los mercados financieros. En cambio, los hombres de empresa consideran que el próximo gobierno mantendrá una relación tirante con los siguientes sectores: los sindicatos (83 por ciento), las fuerzas de seguridad (72 por ciento), el Poder Legislativo (63 por ciento) y el justicialismo (56 por ciento). Esa visión explica la preocupación por la gobernabilidad.De todos modos, el humor de los empresarios con respecto de la evolución de la economía cambió sustancialmente con el triunfo de la Alianza en las elecciones. El 68 por ciento se manifestó “moderadamente optimista” ante la consulta de sus expectativas para los próximos seis meses, y el 8 por ciento dijo que espera estar “mucho mejor”. El 16 por ciento cree que la economía estará “igual”, mientras que el 7 por ciento sostuvo que es “moderadamente pesimista”, y el 3 por ciento afirmó que la situación será “mucho peor”. En cambio, cuando se les consultó sobre su percepción de la situación económica actual con respecto de seis meses atrás, sólo el 35 por ciento dijo que es “moderadamente mejor” y apenas el 2 por ciento que es “mucho mejor”. El 37 por ciento opinó que es “igual”, el 25 por ciento que es “moderadamente peor” y el 6 por ciento que es “mucho peor”.También demuestra la confianza de los empresarios el hecho de que el 76 por ciento estima que la salida de la recesión se producirá en el 2000, con un 37 por ciento que vaticina que eso ocurrirá en el primer semestre y el 39 por ciento restante en la segunda mitad del próximo año. Otro 10 por ciento asegura que la recuperación ya comenzó. En tanto, 7 por ciento dice que habrá que esperar hasta el 2001 y el 5 por ciento más de dos años.Entre las prioridades de la agenda económica, los empresarios ubicaron en primer lugar a la flexibilización laboral, al combate a la evasión y a la reducción del gasto público, con el 94 por ciento. Después le siguen la reforma del Estado (93 por ciento), la reforma del sistema de salud (92 por ciento), desregulación impositiva (89 por ciento), subsidio a las pymes (86 por ciento), desregulación y estímulo de la competencia (71 por ciento) e integración con el Mercosur (68 por ciento).

Cuestionamientos a la renegociación ferroviaria
“Es una cachetada a los usuarios”

t.gif (862 bytes) El dictamen aprobado por la Comisión Bicameral de Seguimiento de las Privatizaciones continúa generando polémicas. La disposición, que tanto urge a los legisladores menemistas, permite al grupo Metropolitano –la empresa concesionaria integrada por la constructora Ormas y los colectiveros de Trainmet– descargar todo el peso de las inversiones proyectadas en los usuarios mediante aumentos tarifarios que llegarán al 129 por ciento en cinco años. Amén de una extensión de las licencias por 20 años, la resolución implica el virtual blanqueo de las disposiciones incumplidas. Desde el propio justicialismo, el ministro de Obras Públicas de la provincia de Buenos Aires, José Antonio Romero, se mostró sorprendido por la aprobación del dictamen. Los nuevos términos para los contratos de las ex líneas Roca, San Martín y Belgrano Sur son “un ultraje a los usuarios de la provincia”, declaró. El propio gobernador Eduardo Duhalde había dado expresas instrucciones de oponerse a la medida. Romero agregó que no se puede “extender a ciegas las licencias en el ámbito bonaerense, postergar la electrificación del ramal La Plata-Constitución y permitir, entre otras cosas, aumentar las tarifas. Es una cachetada para los bonaerenses”, se enojó.“El transporte ferroviario es un instrumento estratégico de crecimiento y desarrollo de la provincia, y yo era uno de los que sostenía que era impensable que se tome una decisión sin consultarnos”, agregó. El ministro también se mostró sorprendido por la actuación del legislador orteguista Julio Salto. “Llama poderosamente la atención que los legisladores nacionales por la provincia de Buenos Aires, Raúl Alvarez Echagüe y Dámaso Larraburu, quienes habían anticipado su negativa a la renegociación, hayan sido removidos de la Comisión y suplantados por un legislador de Río Negro”. Salto, quien firmó un contrato de 9 mil páginas a escasas horas de asumir en la Comisión, se vio envuelto en una confusa situación al pretender retirar su rúbrica luego de haber firmado.La renegociación contractual con el grupo Metropolitano también fue denunciada por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires. Rafael Veljanovich, defensor adjunto, declaró que la renegociación convalidada por la Bicameral no se reduce a una mera modificación del contrato inicial sino que en la práctica representa un nuevo contrato de concesión que vulnera –a través del ajuste tarifario– los derechos económicos de los usuarios. “Se atenta contra la capacidad adquisitiva de los usuarios y se los obliga a ser el sostén de futuras mejoras”, sostuvo Veljanovich.Respecto de las mejoras emergentes de la renegociación, el diputado frepasista Ricardo Vago declaró a Página/12 que “las tarifas se aumentan en cinco años, pero las mejoras se comprometen para dentro de quince”. Vago sostuvo que “el Estado ausente esta vez trató de ser más prolijo que en la escandalosa renegociación de TBA –las líneas Mitre y Sarmiento–, de allí las 9 mil páginas del contrato”, pero olvidó que trata con fondos comunitarios, fondos que surgen de los usuarios de las líneas más importantes en cuanto a cantidad de pasajeros y que las concesionarias podrán manejar con total discrecionalidad.

 

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