Por Washington Uranga Con la
designación de Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, como vicepresidente segundo de
la Conferencia Episcopal, y de Guillermo Rodríguez Melgarejo (obispo auxiliar de Buenos
Aires) como secretario general, el Episcopado católico reunido en asamblea completó ayer
las designaciones de la Comisión Ejecutiva. Los dos obispos acompañarán a Estanislao
Karlic (reelecto el martes como presidente) y a Eduardo Mirás, que ocupará la
vicepresidencia primera. El cardenal Raúl Francisco Primatesta, arzobispo emérito de
Córdoba, seguirá por un período más al frente de la estratégica Comisión de Pastoral
Social y Mario Maulión, obispo de San Nicolás, fue reelegido al frente de la no menos
importante Comisión de Educación. En otros cargos fueron elegidos Juan Carlos Maccarone
(Catequesis), José Rovai (Fe y Cultura), José María Arancibia (Ministerios), Agustín
Radrizzani (Vida Consagrada) y Mario Carniello (Liturgia).A última hora se produjo la
designación de Luis Villaba, arzobispo de Tucumán, como titular de la Comisión de
Laicos, de José María Arancedo (Mar del Plata) en Comunicación Social, de Luis Stockler
en Misiones y de Guillermo Garlatti en Ecumenismo.Queda todavía por designar al
presidente de Caritas, el organismo de solidaridad de la Iglesia, puesto para el que se
menciona con insistencia al obispo de San Isidro, Jorge Casaretto, que viene de
desempeñarse por dos períodos al frente de la Comisión de Comunicación Social y que
perdió la votación con Primatesta para la presidencia de Pastoral Social.Las elecciones
ofrecen un mapa con algunas pequeñas diferencias respecto de la conducción anterior.
Aunque Karlic logró un fuerte respaldo de sus colegas, tuvo que atravesar dos votaciones
para alcanzar los dos tercios sobre Eduardo Mirás. Esto explica también la salida del
cuadro directivo de Emilio Bianchi di Cárcano, a quien muchos señalaban por su
experiencia y conocimiento como posible titular de Educación, hecho que finalmente no se
concretó al perder la votación con Mario Maulión.Es evidente el peso que en la nueva
conducción tendrá el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio. Además del puesto que
el futuro cardenal de la Capital tendrá en la Comisión Ejecutiva, uno de sus obispos
auxiliares y directo colaborador, Guillermo Rodríguez Melgarejo, fue elegido por
abrumadora mayoría para el puesto clave de secretario general de la CEA. Rodríguez
Melgarejo, de 56 años, es obispo desde 1994, después de haber tenido una larga
trayectoria como teólogo y de haber encabezado experiencias pastorales que lo vincularon
con la religiosidad popular. Entre ellas fue párroco del santuario de San Cayetano y una
de las personas que animó un nuevo estilo de atención a los peregrinos, estimulando
también las ofrendas en alimentos y ropas que luego se destinan a los más pobres. El
ahora secretario general de la CEA fue también el iniciador y director de la revista Pan
y Trabajo, órgano de expresión del santuario. Llegó al Episcopado a propuesta del
fallecido cardenal Antonio Quarracino y ahora se lo considera un estrecho colaborador de
Bergoglio.
Un repudio a Etchecolatz Que no nos gane el olvido. Repudie a Etchecolatz. Atrás de la
bandera que llevaba esta leyenda, marcharon ayer alrededor de un centenar de personas en
la Plaza Monseñor DAndrea, de Córdoba y Anchorena. Hace diez meses, un grupo de
jóvenes se topó en ese lugar con el ex director de Investigaciones de la Policía
bonaerense, Miguel Osvaldo Etchecolatz, y no dudó en repudiarlo y gritarle
asesino. El represor sacó un revólver y los amenazó. Por ese incidente hay
una causa judicial en contra de Etchecolatz, quien además tiene una condena de tres años
en suspenso por injuriar al diputado Alfredo Bravo. La marcha, a la que se sumaron varios
vecinos de la zona, fue encabezada por integrantes de la agrupación de Madres de Plaza de
Mayo, línea fundadora, y por Roberto Samar y Fernando Coppola, dos de los jóvenes
amenazados por el represor. Las Madres aplaudieron a los chicos. Una de ellas, Taty
Almeida, destacó la actitud de Samar y Coppola que, sobreponiéndose al miedo,
repudiaron a ese siniestro personaje, que se pasea por el barrio como un vecino
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