La réplica
del presidente Menem se baja de la limusina negra y, brazos en alto, saluda a periodistas
y curiosos. Luego brinda con los representantes de la energía nuclear en Argentina, que
enarbolaban una bandera con la leyenda: Un año más de boicot a la energía
eólica. Gracias Menem. La risueña parodia se desarrolló ayer a la mañana frente
al Palacio de Tribunales. Y fue organizada por la agrupación ambientalista Greenpeace
para reclamar por un tema nada gracioso: la reglamentación de la Ley Nacional sobre
Energía Eólica, que fue aprobada hace exactamente un año y todavía no tiene la firma
del Presidente. Mientras que, según denunció la organización, el Congreso nacional
concedió 132 millones de dólares de subsidio para la energía nuclear. Antes de la
protesta, Greenpeace presentó una denuncia penal contra Menem por el delito de
incumplimiento de los deberes de funcionario público.En el Juzgado Federal
Nº 8, a cargo del juez Jorge Urso, fue una de las primeras denuncias del día.
Inmediatamente después, Greenpeace desplegó toda su creatividad para el escrache. Cuatro
voluntarios, enfundados en mamelucos amarillos con el símbolo de la energía nuclear en
el pecho, máscaras antigás, cascos, guantes y botas de goma se instalaron en la plaza
Lavalle, frente al Palacio de Tribunales. Allí plantaron un cartel con el nombre de la
agrupación y desplegaron una bandera en donde se leía Un año más de boicot.
Gracias Menem. La puesta recién empezaba.Martín Prieto, director ejecutivo de
Greenpeace, explicó a Página/12 que un año atrás el Congreso sancionó la ley de
promoción de la energía eólica, que fue una victoria muy importante. Era la primera en
Argentina y Latinoamérica. Pero la ley nunca tuvo un camino fácil. Si bien fue
aprobada en setiembre de 1998 por la Cámara de Diputados, en octubre Menem vetó dos
puntos claves de la ley: un subsidio de un centavo por kilovatio/hora efectivamente
producido por los molinos de viento y el diferimiento por 15 años del pago del IVA en la
importación de tecnología eólica. Días más tarde, sin embargo, fue ratificada por el
Congreso nacional, que insistió con su texto original y la aprobó el 11 de noviembre. Lo
que pasó en estos doce meses, su no reglamentación, es un nuevo veto a la ley, que
debió haberse reglamentado en 60 días, comentó Prieto. Los perjuicios que causa
esa demora son varios. Entre ellos, el problema ambiental: Argentina no empezó a
generar una señal de corrección al problema de calentamiento global, mientras que con la
energía eólica, con el tiempo, implicaría un reemplazo de la generación de
electricidad a través de energías contaminantes por otras que no lo son. Por otro
lado, Greenpeace señaló el perjuicio social, porque ésta es una industria capaz
de generar 45 mil empleos por año.Pero la paradoja más grosera la plantea el hecho
de que, mientras el Gobierno no reglamenta la ley, está discutiendo en el Congreso
un subsidio de 132 millones de dólares para construir un nuevo reactor nuclear llamado
CAREM en la provincia de Río Negro, informó Prieto. Esto supone aprobar y
darles un espaldarazo a las tecnologías sucias agregó y darles la espalda a
las tecnologías limpias. En un momento, de dos tanques de 50 litros, los
encapuchados dejaron salir una humareda naranja de olor muy fuerte, que se expandió en el
aire hasta desaparecer. Representa el vapor radiactivo, explicaba la vocera,
mientras anunciaba la llegada del falso presidente Menem. Sobre la calle Tucumán
estacionó una limusina negra de la que bajó un hombre que lucía una careta de Menem.
Primero mostró su sonrisa inmutable, luego siguieron los saludos a la gente y, por
último, se acercó a los voluntarios, que representaban a las empresas de energía
nuclear, para llenarlos de besos, abrazos y sellar, con reiterados brindis, el boicot a la
energía eólica. |