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FINAL DE LA MUESTRA "EL SIGLO NORTEAMERICANO"

Medio siglo desde el Norte

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Segunda parte de la exposición que el Museo Whitney de Nueva York organiza para mostrar un panorama enciclopédico del arte y la cultura norteamericanos entre 1950 y el 2000.


Por Valeria González *
Desde Nueva York

t.gif (862 bytes)  En estos días y hasta mediados de febrero del 2000 se exhibe la segunda mitad de la retrospectiva sobre los últimos cien años del arte norteamericano que el Museo Whitney de Nueva York ha organizado durante 1999 en ocasión del cambio de milenio. Como se destacó en esta página, el 13 de julio pasado, acerca de la primera parte de la exhibición, el objetivo de superar la imagen de atraso relativo de las artes plásticas en Norteamérica antes de 1950 había impulsado a la curadora Lisa Phillips y a su equipo a recurrir a un tipo de montaje dinámico, de límites fluidos y espacios interconectados, en el que se establecía un juego constante entre las artes visuales y los variados aspectos de la cultura urbana (música, literatura popular, diseño...). En la nueva edición (1950-2000), en cambio, el liderazgo asumido por el arte norteamericano en las décadas de posguerra torna innecesaria esa estrategia de engarce. El montaje es mucho más conservador: una sucesión de unidades espaciales más o menos independientes, basada en criterios cronológico-estilísticos. Los detalles puntuales de mayor impacto escenográfico se deben a la naturaleza misma de ciertas obras, cuyo formato muchas veces desborda los límites del objeto tradicional, cerrado y autosuficiente. Este tipo de obras se ha aprovechado, por ejemplo, para dar pregnancia a los sectores de ingreso de cada piso (empapelado de vacas de Andy Warhol, gigantografía de la espiral de tierra de Robert Smithson, instalación con carteles electrónicos de Jenny Holzer).

Independientemente del esfuerzo teórico por un análisis contextual del arte, evidenciado en los textos, el montaje en sí tiende a favorecer una lectura formalista. A pesar de que en el prólogo del catálogo Maxwell L. Anderson (director del museo) destaca que la multiplicidad de la producción artística del período "no puede ser reducida a una progresión lineal unitaria", la selección de obras y el diseño de la exposición no dejan traslucir esa búsqueda de equilibrio. La identificación de las secciones no depara sorpresa alguna. Sigue al pie de la letra el discurso institucionalizado de la historia del arte norteamericano, en cuya consolidación el propio Museo Whitney (a través de políticas de adquisición y demás actividades) jugó desde el comienzo un rol protagónico. Se pone en escena una vez más el consabido encadenamiento de etiquetas morfológicas: "expresionismo abstracto", "abstracción postpictórica", "neodada", "arte pop", "minimalismo", "posminimalismo", "land art", "arte conceptual", "renacimiento de la pintura", "tendencias actuales".

En esta oportunidad, la relación entre arte y entorno es trabajada a partir de microambientaciones multimedia resueltas como núcleos independientes. Estos "sitios" culturales que jalonan la exhibición fueron comisionados a un curador invitado, Maurice Berger. Los mismos se despliegan a partir de las siguientes temáticas: Guerra Fría y Culto del individuo (los '50), Espíritu de liberación (los '60), Pluralismo (los '70), La guerra de la cultura y Globalización (los '80-'90). Los cinco

primeros tópicos ocupan sectores espaciales aislados; el último --reflejando el propio efecto de descentramiento de la era informática-- se "desmaterializa" a su vez en seis puntos dispersos a lo largo del recorrido.

En dos oportunidades los rótulos abrevan en la terminología militar. Una es la frase de apertura de la exposición: "Norteamérica toma el comando". Como potencia de Occidente, durante los años de la Guerra Fría, los Estados Unidos asumen el rol de definir para todos el concepto de libertad individual. El rebrote de la vanguardia en las tierras del Norte será tomado como símbolo de esa política exterior. La segunda frase caracteriza el proceso de crisis interna del modelo democrático que se abre paralelamente con la caída del Muro. En "La guerra de la cultura", Berger documenta de modo sistemático la propagación de denuncias, escándalos y actos de censura contra artistas e instituciones que ponen en evidencia la fragilidad del sistema. El equivalente norteamericano del Fondo Nacional de las Artes, blanco preferencial de los ataques de la derecha, es uno de los sponsors de la muestra. Berger había publicado en 1993 (junto con Ronald Feldman) una firme defensa de la institución y de la libertad de expresión en general.

El concepto de "americanidad" que el evento postula se adapta a la nueva situación y toma como emblema la lucha de las minorías en el campo de la representación. La selección de obras, de carácter enciclopédico (un ejemplar por artista), es -–ante todo-- políticamente correcta. Los problemas de identidad sexual ocupan un lugar preeminente a partir de los '70. La representación del pasado anterior incorpora las correcciones propuestas por el revisionismo histórico feminista (Louise Bourgeois, Carolee Shneemann, Eva Hesse, Vija Celmins entre otras, cuya obra fuera desoída en su momento, acompañan ahora las piezas canónicas de sus pares masculinos). No obstante, el pluralismo norteamericano no deja en pie de igualdad a todos los otros. En el panorama del arte reciente, el problema de la discriminación de la raza negra aparece bien representado (Robert Colescott, Kerry James Marshall, Kara Walker, Glenn Ligon, David Hammons, Adrian Piper, Lorna Simpson, Carrie Mae Weems), mientras que la creciente influencia de la inmigración latinoamericana en la cultura y formas de vida urbanas aún no ha generado un eco consistente en el sistema del arte.

* Docente de la cátedra de Arte Internacional Contemporáneo en la carrera de Artes de la Facultad de Filosofía y Letras de la U.B.A.

 

DE PALERMO VIEJO AL CENTRO
Inauguran en la semana

* Marina De Caro, instalación, hoy, en Gara, Honduras 4952.
* Bustos, Daghero, Fuentes, Ruiz y Cagnolo, hoy, en Juana de Arco 4762.
* Fernando Xavier González, pinturas, desde hoy, en Nexus, Suipacha 1151.
* Susana Lamas, pinturas, hoy, en el Restaurant Piola, Libertad 1078.
* Verónica Guerman, Silvia Mufarrege, Mercedes Ninci y Ricardo Zambrani, fotos sobre Africa, hoy, en el Centro Cultural General San Martín.
* Nora Correas, "Sumando", mañana, en el Museo Nacional de Bellas Artes, Libertador 1473.
* Diálogo entre Luis Felipe Noé y la artista misionera Mónica Millán, en el marco de la muestra de esta última en el "Espacio Ojo al País" del Centro Borges, mañana, a las 19, Viamonte y San Martín.
* Javier Olivera, instalación de pinturas, el jueves 25, en los estudios cinematográficos Aries, Fitz Roy 1940. La muestra sólo se exhibe durante tres días.
* Ricardo Celma, Maximiliano Muñoz y Carlos Muslera, pinturas, el viernes 26, en el Centro Cultural San Martín.
* Comienzo de las jornadas de la Federación Argentina de Asociaciones de Amigos de Museos, en Figueroa Alcorta 2280, a las 9 de la mañana.
* Néstor Rozas, el viernes 26, en el Centro Cultural San Martín.


OPINION

A la querida Lea Lublin

Por Marie Orensanz *

¿Cómo hacerte conocer entre quienes no te conocieron? ¿Cómo hacer que te recuerden los que no te conocieron? Quizá contando que fuiste una mujer libre, con todo lo que esto significa, con todos los inconvenientes de tener un pensamiento propio.

Estas líneas no pueden ser una despedida porque siempre vivirás junto a quienes te conocimos, los que tuvimos el privilegio de saber de tu integridad, de tu creatividad, de tu generosidad, simbolizada en ese bol de frutas que siempre ofrecías en tu mesa, como se ofrece la naturaleza, con la mano abierta. Así eras y así te recordaré.

Cuando viajé en el año '63 a París y me enfermé, fuiste vos quien consiguió que me vieran los mejores médicos. Así, simplemente, naturalmente, empleando tu tiempo para los amigos de manera desinteresada. ¿Cómo olvidarlo?

Creo que esa energía que te habitaba era la que hizo que tu camino fuera tan rico: tus investigaciones, tus críticas sociales, tus hallazgos, que te dieron un gran reconocimiento como artista, no sólo Francia sino en todos los países en que expusiste tu obra.
Un beso grande,
Marie.

* Artista plástica. Carta por la muerte de la gran artista Lea Lublin, a los 70 años, en París, la semana pasada.


 

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