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HIPOTÉTICOS GAVILANES
Por J. M. Pasquini Durán

na36fo01.jpg (11822 bytes) t.gif (862 bytes) Hoy puede ser un gran día para los mercados, si el presidente electo confirma su gabinete  de ministros con la misma nómina que anticiparon en la prensa los voceros informales. En el flamante elenco habrá tantos economistas de centroderecha, casi todos partidarios del "modelo" económico del menemismo, que una reunión del Poder Ejecutivo será como un seminario semanal de IDEA o de ABA, dos reconocidas tribunas del neoliberalismo conservador. Aunque no están todos, por cierto: todavía están disponibles Adolfo Sturzenegger y Miguel Angel Broda y podrían seguir como asesores presidenciales Adalbert Krieger Vasena, Roberto Alemann y Alvaro Alsogaray. La hija de éste, María Julia, ya se sintió en confianza como para enviarle sugerencias a Nicolás Gallo, el recaudador en la campaña de la Alianza, como informó ayer Página/12. Sin protocolos almidonados --"Querido Nicolás", le escribe-- y sin vueltas le sugiere algunas posibilidades comerciales sobre represas y aeropuertos, dos temas que siempre atraparon el interés de los Alsogaray.

Ayer no fue un buen día para la gente del común, porque uno de los coordinadores de la transición en hacienda dejó saber que los estatales y los jubilados, lo mismo que con Menem, van a cobrar sus estipendios después de las fiestas. Tampoco la tienen fácil los maestros, que han vuelto al paro, porque no encuentran a nadie que les asegure la segunda cuota del impuesto y encima están cabreros por el nombramiento de Juan Llach, que fue segundo de Domingo Cavallo, para reorganizar la educación pública. Pero, como se vio en la tele decir a Fernández Meijide, "no es justo excluir a nadie porque formó parte de otro equipo". En eso, Ruckauf y Rico tendrán que estar de acuerdo. Poco a poco, habrá otras novedades en este campo. En el país, de cada diez pobladores tres son pobres, uno marginal, dos ricos y los otros cuatro están agarrados con las uñas a la pared de la pirámide; algunos, los menos, tratando de subir, y la mayoría resistiéndose a caer. Habrá que ver qué señala Teresa Ter Minassian, cuando haga su próxima visita, pero a lo mejor decide cargarlos con un poco más de IVA, aunque a más de uno se le rompan las uñas y los dientes.

Así es, por el momento, la versión argentina de la socialdemocracia. Lo que son las viejas culturas: antes socialdemocracia significaba centroizquierda. Ahora, hay versiones diferentes. Por ejemplo la siguiente: "Rendirse ante un modelo capitalista 'inevitable' y llamado 'natural', no. No debemos rendirnos al concepto fatalista de que el modelo capitalista neoliberal sea el único disponible. Al contrario, debemos moldear el mundo de acuerdo con nuestros valores. Ser socialista significa tratar de construir una sociedad más justa. Por lo tanto, ser socialista significa tratar de reducir la desigualdad: no las diferencias producto de las diversas capacidades de las personas, sino la desigualdad social derivada del nacimiento o de la posición social de una persona, que escapa a su control. Es nuestro deber hacer que la sociedad sea menos dura con el débil y más exigente respecto al poderoso". Esto lo escribió Leonel Jospin, primer ministro francés, después de la última reunión de la Internacional Socialista (IS), en la que habló el presidente electo Fernando de la Rúa y Raúl Alfonsín recibió mandato como vicepresidente (de la IS).

A fin de justificar las diferentes interpretaciones de esos principios por el inglés Tony Blair, el alemán Gerard Schroeder, el italiano Massimo D'Alema, y si no lo tuvo en cuenta hay que agregar al argentino Fernando de la Rúa, en el mismo discurso el francés reconoció que los propósitos de la democracia social pueden interpretarse según las características de cada nación. En la adaptación argentina, por lo que se prevé, la versión no cuenta con izquierda. Y a lo mejor porque no hay o, si hay, no asoma la cabeza para que no se la corten. Sería el colmo pedirle al gobierno, con todos los problemas que tiene, que se ponga a construir una izquierda. De esa tarea, según se comenta, se haría cargo Raúl Alfonsín, en su carácter de vicepresidente de la IS. Como futuro titular de la UCR, anticipó que el gabinete nacional es de onda.

Antes era distinto. Un cantautor italiano, hace como ocho años, contaba que pertenecer a la izquierda era "como ser más que uno mismo, dos personas en una. De una parte, la que pertenecía a la personal fatiga cotidiana; de la otra, la que tenía la sensación de pertenecer a una raza distinta, que quería levantar vuelo para cambiar verdaderamente la vida. Quizás ahora muchos han abierto las alas de nuevo, pero sin ser capaces de volar, como gavilanes hipotéticos. Ahora, también ahora se siente, de una parte, el hombre atrapado en el temblor de la propia supervivencia diaria y de la otra, el gavilán, pero sin siquiera la intención del vuelo, porque el sueño se ha quedado sin alas. Dos miserias en un cuerpo solo".


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