Empate
técnico es la frase del momento de las encuestadoras en Uruguay. Con el ballottage
a tres días y la veda política que empieza mañana, los dos candidatos a la presidencia
están cabeza a cabeza. Ayer, un sondeo de Interconsult confirmó que el candidato de la
coalición de izquierda Encuentro Progresista-Frente Amplio, Tabaré Vázquez, con el 45,1
por ciento de la intención de voto, lleva una ventaja de apenas el 0,5 por ciento al
colorado Jorge Batlle. Después de la primera vuelta electoral del 31 de octubre, la
intención de voto para Batlle ahora apoyado por su tradicional enemigo, el Partido
Nacional o blanco creció casi un ocho por ciento. Pero la disputada franja de
indecisos quedó con más del siete por ciento del electorado. A la caza de ese codiciado
porcentaje apunta el tramo final de la campaña, que ayer incluyó una denuncia de
discriminación televisiva lanzada por la izquierda y un recorrido casa por
casa para sumar apoyo a Tabaré. Al empezar esta campaña sabíamos que partíamos
en inferioridad de condiciones, por ejemplo en los medios informativos de los grandes
canales, atacó Vázquez. Y contó que él mismo visitó a los dueños de los tres
canales privados de Uruguay Montecarlo Canal 4, Saeta Canal 10 y Teledoce para
evitar esa situación. Nos dijeron que iba a ser todo muy equitativo. Pero los
tiempos y salidas en los informativos centrales triplicaron y cuadruplicaron el tiempo de
salida de Batlle con respecto a nosotros, criticó. Batlle salió al cruce
asegurando que Vázquez informó que no iba a aparecer en ningún programa ni
televisivo ni radial. Esa era su estrategia. Hasta que advirtió el error.Según un
informe de la consultora Equipos Mori publicado ayer por el diario El Observador de
Montevideo, Batlle apareció en la televisión privada y estatal un 20 por ciento más que
Vázquez, al acaparar el 59,7 por ciento del espacio dedicado por los noticieros a las
campañas políticas. El diario La República coincidió al asegurar que anteayer el
noticiero del Canal 10 favoreció al candidato colorado en un porcentaje mayor al 500 por
ciento. Allí, Batlle y los dirigentes colorados y blancos hablaron durante 10 minutos,
contra dos que ocupó Vázquez. La izquierda precisó que la discriminación de los
canales llegó a la falta de cumplimiento de un contrato que podría valerles un juicio
después de las elecciones. El motivo es que emitieron sólo 100 de los 900 segundos
contratados para difundir una conferencia de prensa de Vázquez considerada
vital para definir el ballottage, que además cobraron en efectivo y por
adelantado.Hoy, ambos candidatos cerrarán sus campañas. Pero, a diferencia de la primera
vuelta, esta vez no habrá actos públicos ni manifestaciones. Batlle se despedirá del
electorado con su enésima aparición por televisión y Vázquez lo hará con una
estrategia a la antigua. Para compensar la falta de publicidad en la pantalla chica, el
Encuentro Progresista-Frente Amplio lanzó a sus militantes a la conquista de los
indecisos a través de 100.000 reuniones, casi todas en casas de familia y con el
objetivo fundamental de convencerlos para que nos apoyen en el objetivo de realizar un
cambio a la uruguaya. El 7,7 por ciento de uruguayos que aún no sabe a quién
votará el domingo, y que definirá el resultado, será el objetivo del mensaje final.
Ayer, la encuesta de Interconsult dio a Vázquez el 45,1 por ciento de la intención de
voto y el 44,6% para Batlle, confirmando el empate técnico anunciado en los últimos
días por todas las consultoras. Ahora se trata de desempatar. Esto es, cometer la
menor cantidad de errores posibles porque es un duelo cabeza a cabeza, explicó
quien sería ministro de Economía en el caso de triunfo de la izquierda, Danilo Astori.
Con la consigna Por un voto más, Vázquez pidió ayer a sus seguidores que
sigan militando durante las próximas 48 horas porque no está prohibido conversar
con otros uruguayos con respeto y tolerancia. Con esa misión, y después de
un prolijo trabajo de identificación de indecisos, los militantes recorrerán
calles, plazas y más de 100.000 hogares repartiendo una carta escrita por Vázquez para
contrarrestar la invasión colorada enlos medios uruguayos. En ella, el hombre
que el 31 de octubre consiguió la mayor cantidad de votos en la historia del país
asegura que sólo se trata de cambiar, y se despide con un simple
Tabaré.
LA IZQUIERDA BRASILEÑA SE ASOMA AL
TERCERISMO
El Muro del PT empieza a caerse
La
Tercera Vía llegó a Brasil. Casi 20 años después de su creación, en 1980,
el Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil debate, por primera vez, su opción por el
socialismo, durante su II Congreso Nacional, que se inició ayer en Belo Horizonte. El
tema ha sido puesto sobre la mesa por dos de los principales representantes de la moderada
facción Articulaçao, mayoritaria en el partido: el líder del PT en la Cámara baja,
José Genoíno de Souza, y el propio presidente del partido, José Dirceu. Si la
izquierda presenta un programa socialista, no logrará derrotar a (los aliados del actual
presidente) Fernando Henrique Cardoso. La sociedad no quiere debatir el socialismo
ahora, expresó Dirceu, quien se presentó como candidato a un tercer mandato en la
presidencia del PT. Genoíno de Souza defiende la misma tesis, y aboga por que el PT pase
a afirmarse ante los electores como un partido de izquierda, anticapitalista, que
defiende una sociedad democrática y justa, basada en los valores del socialismo.
El PT siempre abogó por un socialismo basado en libertad religiosa, libertad
sindical, libertad política y libertad cultural. Sin esos valores, no es posible pensar
el socialismo y, en este sentido, el PT sigue siendo un partido socialista, sostuvo
el principal líder del partido, el ex sindicalista Luiz Inacio Lula da Silva.El documento
que orientará el debate, elaborado por los grupos moderados Articulaçao y Unidad en la
Lucha, afirma que el socialismo es una posibilidad histórica abierta para la
humanidad en la era del capitalismo, pero afirma que, para llegar a él, hay que
implantar antes en Brasil un proyecto de reorganización de la sociedad, de la
economía y de la política. En realidad, la propuesta defendida por Lula, Dirceu y
Genoíno contiene sutiles diferencias en relación con el programa del partido, reflejando
el esfuerzo de los líderes por mantener unido el PT, que hoy alberga siete diferentes
facciones. No obstante, el discreto cambio propuesto por los dirigentes podrá provocar
encendidos debates en el Congreso Nacional del PT, que se celebrará hasta el domingo en
Belo Horizonte, y los analistas consideran improbable que sea apoyado por los sectores de
izquierda radical del partido. Es más fácil convertir agua en vino que unir el
PT, comentó ayer el comentarista político Mauricio Dias, de la emisora televisiva
GloboNews. También el ex gobernador de Brasilia, Cristóvam Buarque, que es uno de los
exponentes de la corriente Articulaçao, admitió que será difícil unir al partido, por
lo menos a corto plazo. Sólo tendremos la unificación cuando un conjunto de ideas
sea asumido por todos los petistas, dijo ayer Buarque. Según los analistas, sin
embargo, este Congreso podrá iniciar un cambio gradual que podría concretarse antes de
las elecciones generales de 2002, que definirán el sucesor de Cardoso. Ese cambio ya se
expresa en el distanciamiento del PT de los sectores radicales de uno de sus principales
aliados, el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST).
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