Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


    UN DEBATE SOBRE EL DESMANTELAMIENTO DE LA EMISORA ESTATAL
Cómo destruir ATC en veinte años

Consultadas por Página/12, diversas personalidades relacionadas con ATC dan diferentes opiniones sobre el proceso destructivo que sufrió la emisora, y aventuran teorías sobre su futuro, que se apoya en una nueva ley que lo fusiona con Radio Nacional.

na29fo01.jpg (6902 bytes)

Por Luis Vivori

t.gif (862 bytes)  ATC surgió en 1979 a partir de la fusión entre el Canal 7 y Argentina 78 TV. Con Carlos Montero a la cabeza, se proponía ser una emisora estatal con ansias de competir: uno de sus miembros más encumbrados en el tenebroso presente del canal, Mauro Viale, aventuraba en aquel tiempo un porvenir lleno de gloria: “ATC es un impresionante complejo de comunicaciones que espera medidas equilibradas, creatividad, talento, pluralidad y que sin dudas será el futuro de la TV argentina”. La realidad fue otra, y ATC se convirtió en un canal reducido a su mínima expresión, para el cual recién ahora, con la sanción de una nueva ley (ver aparte) se enciende una luz de esperanza. Endeudado, con una pantalla refrigerada y un bochornoso oficialismo, preso en una infraestructura tan onerosa como arcaica y dueño de las peores carencias del cable, el ATC de referentes como Lita de Lázzari, Pedro Olgo Ochoa o Ante Garmaz espera una pronta recuperación. Seguramente vendrá de la mano de un cambio no sólo de nombres, sino, por sobre todo, de contenidos. Ante este panorama desolador, representantes de distintas áreas vinculadas con el medio televisivo y conocedores de la emisora, dialogaron con Página/12 sobre lo que es, lo que debería ser y sobre quiénes deben llevar adelante el nuevo ATC.Una gran coincidencia abre el debate: ATC no podría estar peor. “La situación es resultado de la improvisación, el amiguismo y los nombramientos a dedo”, afirma Emilio Cartoy Díaz, productor y director de TEA Imagen. Carlos Ulanovsky, periodista especializado en comunicación, dice que “ATC ha llegado al fin del milenio boqueando. Es una sumatoria de proyectos erróneos”. Alejandro Doria, prestigioso director que llevó adelante “Situación límite” en el canal, incorpora una visión más sentimental: “Lo que hicieron me da ganas de llorar, me produce una profunda pena. Era un gran canal que competía con los privados, pero fue víctima de la fiesta menemista. Representa a un gobierno que destruyó la cultura en general, porque con el cine hicieron lo mismo”. Para el actor Patricio Contreras, que participó en aquel ciclo de Doria, el canal “fue víctima de las reglas del mercado. Estas reglas tienen sentido para la TV privada, pero no para una emisora estatal. El colmo de esta sinrazón fue aquel slogan Ahora También Competimos. Un grotesco, porque ese no debería ser el propósito original”. Para la conductora y periodista Cecilia Laratro, que estuvo al frente de numerosos ciclos en ATC, lo que sucedió “es el producto de una larga historia. Pero de todos los motivos hay uno que es fundamental, la corrupción. Fui testigo de cómo se compraban equipos que no eran compatibles técnicamente para quedarse con la comisión. Hubo un vaciamiento y una falta de actualización que lo relegaron con respecto a los privados”. Tantos años de desatinos ejercen una fuerte presión para los que asuman su conducción. El aspecto de delinear el nuevo canal no ofrece para todos una misma mirada. Para Cartoy Díaz “se trata de refundarlo, con la idea de un canal público y eficiente como nunca hubo en nuestro país”. El productor nombra a la TV estatal chilena como un ejemplo y cierra su idea explicando “que debe ser pluralista y mixto, con contenidos y calidad. Es esencial incorporar a la gente del interior, siempre considerando al Estado como motor con un presupuesto acordado anualmente”. Por el contrario para el autor Alberto Migré, que tuvo un paso polémico por el canal a partir de sus críticas a los funcionarios militares, “ATC debería no depender del Estado. Lo ideal es que tenga independencia económica, que se arme un canal competitivo a partir de recuperar su parte publicitaria”.No parece ser la idea de Carlos Ulanovsky, porque “un canal del Estado debe eliminar de sus preocupaciones el rating. Debe ser público no gubernamental, sin control parlamentario”. Y también escoge ejemplos:”Creo que los clásicos canales 3 de las grandes ciudades o los canales públicos de EE.UU. son un buen espejo, pero habría que pensar en una estructura más pequeña”. Contreras, que comparte la idea de no ceñirse a la competencia con los privados, se replantea si no sería interesante que en una especie de referéndum “la gente tenga su oportunidad de votar qué quiere ver”. Desde su lugar, Alejandro Doria suma voluntades “por un canal cultural pero no culturoso. Lo que la TV privada no hace, salvo ‘Vulnerables’”. Acota que “deben terminarse los negocios”, y en sintonía con Migré aboga por la competencia con el resto de los canales “porque el Estado solo no lo puede mantener y además se roban todo, por eso hace falta publicidad”. Cecilia Laratro, que encontró en el Canal á un modelo a seguir, piensa “que ATC debe estar solventado por el Estado, pero no debe ser del gobierno y no debe competir con la torta publicitaria para después seguirle los pasos a las modas que imponen los canales grandes”, y se pregunta por qué ATC no puede representar a las minorías, “a esos 6 u 8 puntos de rating que no tiene opciones en la televisión”.Llegado el momento de pensar nombres, la cosa se pone complicada. A Ulanovsky le aparece uno solo, el de Carlos Gorostiza, pero piensa “que debería estar al frente un grupo de notables ajenos a los intereses creados de la TV”. Para Doria “hay mucha gente idónea” y cita a Nicolás Del Boca, Diana Alvarez y al primer director del canal, Carlos Montero. Contreras hace hincapié en la pluralidad y en la formación de un equipo, “si es por concurso, mejor”. Para Migré “el hombre debe ser Renán, acompañado de representantes de Actores, Argentores y Sadaic”. El resto no se anima a tirar más números en una ruleta en la que el ganador, testigo del panorama que le espera, no va a tener muchos motivos para el festejo.

 

Los números de la deuda

Si se toma como referencia la discusión eterna emprendida entre los que se van del gobierno y los que entran con respecto a los números del déficit, se podrá deducir que ATC también envuelve a su deuda real en una incógnita. A pesar de ello pueden considerarse algunos números publicados recientemente en el libro Estamos en el aire, de Carlos Ulanovsky, Silvia Itkin y Pablo Sirvén. De acuerdo con esa investigación, la deuda ascendería a 30 millones de pesos, en un canal que se encuentra desde hace tiempo en convocatoria de acreedores. A su vez una parte importante del personal permanece sin cobrar desde hace meses, lo que ha repercutido de manera evidente en la pantalla, como lo demuestran los visibles problemas técnicos o los levantamientos de programación. Por otro lado, el presupuesto del ‘98 de una emisora que, entre otras cosas, llegó a sufrir la amenaza de transformar sus instalaciones en un anexo del Museo de Bellas Artes, acarició apenas los cincuenta millones. A años luz, por cierto, de los canales estatales europeos, pero seguramente suficiente como para realizar una propuesta de TV más seria.


 

COMO FUNCIONARA RTA, EL ENTE CREADO POR LA NUEVA LEY
El diseño de un nuevo medio estatal

Por Mariano Blejman

t.gif (862 bytes) De ahora en adelante ATC y RNA serán RTA, Sociedad del Estado. Y no es simplemente un cambio de siglas, sino tal vez un cambio en la concepción del control de los medios estatales por parte de los gobiernos. El miércoles, en una sesión de la Cámara de Senadores plagada de actores famosos y políticos haciendo una impresionante puesta en escena, fue votada por consenso entre todas las bancadas una ley que crea la entidad Radio y Televisión Argentina y que suplantará a ATC, Radio Nacional y Radiodifusión Argentina al Exterior. Fuera de la ley quedó la agencia de noticias Télam. La principal modificación está en que una comisión bicameral controlará la gestión de los directorios de los medios estatales. Según dijo el diputado y actor Luis Brandoni a Página/12, “es un punto de inflexión en políticas de Estado en telecomunicaciones”. Brandoni, junto a Eduardo Angeloz por un lado y Antonio Cafiero por otro, impulsaron el proyecto que ayer se convirtió en ley y que debería ser promulgado por el presidente electo. La votación unánime se explica por la articulación de proyectos de los legisladores Irma Parentella, Nilda Garré y Rafael Flores del Frepaso y Alvarez García de la UCR, y el antecedente planteado por Fernando Solanas. La ley tenía un altísimo consenso en ambas Cámaras. Sin embargo fue presentada una propuesta de ley correctiva debido a algunas disidencias. El inconveniente para Cafiero es que la comisión que controlará el directorio está conformada por diez diputados y cinco senadores, mientras que el senador propone una igualdad entre ambas Cámaras. Es que la mayoría del Senado es justicialista, mientras que la Alianza tiene la mayoría en Diputados. Otro de los ejes que no quedaron saldados está en las fuentes de financiación. La ley propone la financiación por los ingresos directos (están prohibidas las publicidades de cigarrillos, bebidas alcohólicas, etc), por la asignación de la Ley de Presupuesto Nacional y por el 30% de los gravámenes del Comfer. El conflicto se presentó cuando se dio a conocer que el Fondo Nacional de Telecomunicaciones, de donde se iba a sacar el 10% del fondo para el presupuesto de ATC, ya no existe.Según la nueva ley, entre los servicios que la RTA deberá incluir se encuentra el Servicio Básico, con contenidos destinados a la población en general, programas culturales, informativos, documentales, educativos o deportivos, espacios destinados a reflejar actividades de gobierno y de organizaciones no gubernamentales. Como servicios especiales están los programas de producción destinados a cumplir necesidades específicas, como educación curricular y extracurricular, prevención de la drogadicción y la violencia, cobertura de emergencias y desastres. En cuanto a la situación patrimonial, se transferirá a RTA el activo de ATC S.A. y Radio Nacional, inmuebles, equipos, archivos, bienes y derechos. El pasivo, en cambio, no se transferirá, incorporándose al Tesoro Nacional. La nueva entidad arrancaría de cero, algo que vendrá muy bien a los empleados de ATC que todavía no cobraron octubre. RTA será supervisada por la comisión bicameral que nombrará a cuatro de los cinco miembros del directorio. Su presidente surgirá de una propuesta del Poder Ejecutivo que deberá ser aprobada por dos tercios de la comisión. Los directores surgirán de un comité de evaluación integrado por diputados y senadores, representantes de sindicatos y trabajadores de RTA, representantes de ARPA y ATA, productores de cine y teatro del Consejo Federal de Educación, del Consejo Interuniversitario Nacional, y de cultos reconocidos por el Estado.Actualmente Radio Nacional y ATC son los medios de comunicación que más territorio cubren por aire en el país: otro de los puntos centrales está en que la Secretaría de Comunicaciones otorgará a RTA iguales o superiores condiciones para la obtención de licencias que las emisoras privadas, y tendrá prioridad para la asignación de frecuencias experimentales. Habrá que ver si algo sucede cuando se otorguen nuevas licencias en materiafutbolística o transmisiones especiales, que son el caldo de las empresas privadas.

 

PRINCIPAL